Un lugar s¨®lo para ganarse el pan
El distrito de Retiro, uno de los m¨¢s caros de Madrid, tiene el tercer porcentaje m¨¢s bajo de vecinos extranjeros
Nicolai Kobyliakov y Natasha Gataktionova son una pareja de ex bailarines profesionales de ballet cl¨¢sico que lleg¨® a Espa?a hace 13 a?os huyendo del derrumbe de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ahora tienen un hijo de seis a?os, y son tres de los 44 rusos empadronados en Retiro. Lejos de dedicarse a la danza, esta pareja se gana la vida gracias a su restaurante de comida rusa en el distrito de Arganzuela, donde pasan la mayor parte del d¨ªa. Pero ellos son la excepci¨®n a la regla. Durante el d¨ªa, Retiro es como la mayor¨ªa de los dem¨¢s distritos: con una elevada presencia de inmigrantes por las calles, en el autob¨²s y despachando a los clientes en los comercios y bares.
Pero por la noche todo cambia: apenas quedan ya inmigrantes en las calles. La raz¨®n: Retiro es, despu¨¦s de Moratalaz (7,9%) y Fuencarral-El Pardo (8,7%), el tercer distrito de la capital donde reside el menor porcentaje de extranjeros, s¨®lo son el 9,1%. Un ejemplo de su escaso arraigo es que sus habituales negocios, como los locutorios y las tiendas de alimentaci¨®n que proliferan en otras zonas, aqu¨ª brillan casi por su ausencia. Lo habitual en Retiro es que los extranjeros trabajen en oficios como la hosteler¨ªa, en los comercios, y como asistentas de hogar, y suelen vivir en otros distritos, m¨¢s humildes, como Carabanchel, Villaverde o el cercano de Puente de Vallecas.
As¨ª, de los 127.476 vecinos empadronados, s¨®lo 11.545 son extranjeros. Ecuatorianos (3.464), colombianos (992), peruanos (636), argentinos (495), rumanos y dominicanos (estas dos ¨²ltimas nacionalidades con 444 personas), suponen las comunidades de inmigrantes m¨¢s numerosas, y se concentran en los barrios de Ibiza (donde son el 12% de los vecinos) y Pac¨ªfico, m¨¢s poblado, donde ya son 4.155 personas, el 11,1% del total.
Una de las causas del bajo n¨²mero de inmigrantes empadronados en Retiro es porque es un distrito caro. Por ejemplo, Ibiza es un barrio tradicionalmente pudiente, de edificios antiguos y comercios muy parecidos a los del cercano distrito de Salamanca. La mayor¨ªa de los 2.895 inmigrantes empadronados all¨ª viven en grupos numerosos compartiendo piso, generalmente antiguos, muy amplios y sin remozar. Y es que el precio medio por metro cuadrado en Retiro es de 4.043 euros, una cifra que casi se ha duplicado en cuatro a?os (en 2000 costaba 2.266 euros).
Sin embargo, Retiro es muy atractivo para vivir. Nicolai y Natasha lo saben. Desde que en 1991 ella lleg¨® a Madrid -Nicolai, un nost¨¢lgico del r¨¦gimen sovi¨¦tico lleg¨® un a?o despu¨¦s-, primero han vivido en un "estudio" de 15 metros en Lavapi¨¦s, y despu¨¦s en un "pisito" en Salamanca. Desde hace siete a?os viven en un piso en la calle del Pez Volador, en el barrio de la Estrella, y a pesar de que se ven apurados para llegar a final de mes -"tenemos que pagar alquiler del restaurante, de la casa, y los gastos de agua, luz y dem¨¢s de los dos sitios"-, afirman que les merece la pena el esfuerzo de pagar 600 euros por dos habitaciones peque?as, un sal¨®n y un ba?o, que no suman m¨¢s de 70 metros cuadrados ¨²tiles. "Buscaba un piso tranquilo que estuviese cerca de mi empleo", explica Natasha, que despu¨¦s de 12 a?os trabajando como monitora deportiva, se vio en la calle de un d¨ªa para otro.
"No encontr¨¦ trabajo como profesor de ballet cl¨¢sico, ni nada relacionado con lo m¨ªo", explica Nicolai, de 52 a?os, "pero he tenido que buscarme un futuro". Ahora es el cocinero de su restaurante de Arganzuela.
Pese a todas las dificultades, esta pareja est¨¢ decidida a quedarse en Madrid. Est¨¢n "muy integrados", sobre todo su hijo, Grisha (diminutivo de Grigori), que estudia en el colegio concertado Montserrat, donde el 12,6% de sus compa?eros son extranjeros. En otros centros como el Nuestra Se?ora de La Paz, esta cifra se eleva hasta el 20,26%; si bien otros como el Santa Elizabeth o el Agustiniano no tienen alumnado inmigrante.
Grisha tiene seis a?os y naci¨® en Espa?a. "Habla mejor espa?ol que ruso", dice su madre, raz¨®n por la que cada a?o viajan a Mosc¨² natal "para que no se olvide de sus ra¨ªces". Ni Natasha, ni Nicolai quieren retornar a Rusia. "Nuestra vida est¨¢ aqu¨ª", dicen, aunque es posible que tengan que marcharse de Retiro: "Es demasiado caro".
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