Sal andaluza, riqueza ignorada
Un trabajo de investigaci¨®n defiende el futuro de las salinas de C¨¢diz y Huelva explotadas con sistemas tradicionales
El pasado siglo hab¨ªa en la bah¨ªa de C¨¢diz m¨¢s de un centenar de salinas. Hoy, s¨®lo quedan seis, de las cuales apenas cuatro se gestionan con m¨¦todos tradicionales. Un equipo de 56 investigadores, auspiciado por la Universidad de C¨¢diz, la Junta y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa Mar¨ªa, y coordinado por el profesor de Ciencias del Mar Alejandro P¨¦rez, ha publicado, tras dos a?os de trabajo Salinas de Andaluc¨ªa, un informe sobre la historia y las caracter¨ªsticas biol¨®gicas de las explotaciones de sal que concluye que ¨¦stas "pueden tener un futuro esperanzador".
La relaci¨®n del hombre con la sal arranca en el neol¨ªtico. Para los romanos, la salaz¨®n fue una t¨¦cnica com¨²n de conservaci¨®n y almacenaje de v¨ªveres que adquiri¨® un notable desarrollo en asentamientos de la costa gaditana, como Baelo Claudia o la propia bah¨ªa de C¨¢diz. En la Edad Media, el principal foco productor se estableci¨® a orillas del R¨ªo Guadalete, en El Puerto de Santa Mar¨ªa, que surt¨ªa de sal a las almadrabas de Conil y Zahara y a las flotas pesqueras de Cantabria y Almer¨ªa.
El desarrollo de las salinas se vio afectado por la llegada del fr¨ªo industrial. Pero del pasado quedan t¨¦cnicas artesanales de decantaci¨®n, extracci¨®n y depuraci¨®n de la sal, as¨ª como modelos arquitect¨®nicos de caser¨ªos desarrollados en las propias salinas para dar cobijo a los trabajadores. Estos valores patrimoniales, seg¨²n concluye el mencionado trabajo, "se encuentran en la actualidad fuertemente amenazados y desprotegidos".
Seg¨²n Alejandro P¨¦rez, la sal de las costas de C¨¢diz y Huelva "tiene una calidad biol¨®gica extrema" y, a pesar de ello, se vende a granel y se destina, en ocasiones, a paliar los efectos del hielo en las carreteras del norte de Europa (la sal sobre el firme provoca el deshielo), para lo que no se precisa un producto tan exquisito.
El profesor propone seguir el camino iniciado por los productores franceses y portugueses, que bajo la marca de producto ecol¨®gico, comercializan saquitos de apenas unos gramos de sal, con garant¨ªa de denominaci¨®n de origen y "a un precio cinco veces mas caro que la que vendemos nosotros".
Para ello, se hace necesaria la implicaci¨®n de las administraciones, "llamadas a conceder a la sal un trato similar al que reciben el jam¨®n o el aceite andaluz", explica Alejandro P¨¦rez.
La Consejer¨ªa de Medio Ambiente ha tramitado una petici¨®n de los investigadores para que la Uni¨®n Europea, a trav¨¦s del plan Interreg III, financie programas de recuperaci¨®n de las salinas. El resultado ha sido la concesi¨®n de una bolsa de 5,5 millones de euros que se deber¨¢n repartir los pa¨ªses productores de la fachada atl¨¢ntica europea.
El plan, seg¨²n ha informado el Gobierno andaluz, permitir¨¢ "la rehabilitaci¨®n de los humedales y la preservaci¨®n de riqueza comercial y biol¨®gica". Adem¨¢s se incluye un programa de difusi¨®n para que se conozca el "saber hacer" de los salineros.
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