Plan familiar
La concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano de Madrid ha anunciado que va a poner en marcha un Plan Municipal de Apoyo a la Familia. En principio me result¨® extra?o que no lo hubiera hecho ya, conocida su gran sensibilidad y la simpat¨ªa que siente por esta instituci¨®n. Pero, al ver que lo hace porque reconoce la existencia de nuevas situaciones familiares y que su plan se propone adecuar las pol¨ªticas existentes a esas nuevas realidades, no s¨®lo justifiqu¨¦ el empe?o renovador de do?a Ana Botella, sino que celebr¨¦ que se distanciara de su correligionario italiano Ruco Buttiglione, al que todo lo nuevo le parece pecado. Bien es verdad que no basta con que la se?ora Botella reconozca una nueva realidad sin haber comprobado antes que lo que ella tenga por nuevo no sea lo m¨¢s antiguo y que la familia que ella entiende como "unidad b¨¢sica de la sociedad" no sea la misma que la de los Legionarios de Cristo y la de Buttiglione. Si es la de Buttiglione, que se despida la familia monoparental de cualquier apoyo, porque una madre soltera puede que sea tan mala madre para Botella como para Buttiglione. Pero la familia que se quedar¨¢ a buen seguro sin apoyo ser¨¢ la homosexual, por necesaria coherencia de la se?ora Botella con la teor¨ªa que tan brillantemente ha expuesto en televisi¨®n con sus descollonantes ejemplos de las peras y las manzanas. Aunque si bien se ve, si seg¨²n ella dos frutas distintas, no pueden dar una misma fruta, eso explicar¨ªa que al fin y al cabo dos frutas iguales s¨ª la podr¨ªan dar.
De todos modos, como conocemos bien el rechazo de la ilustre te¨®rica a la pareja homosexual, creo que la entendimos bien por haber conseguido decir precisamente lo contrario. Lo que no hemos conocido, a prop¨®sito de las madres solteras, es si una fruta sola se basta para hacer crecer otra fruta. Pero el hecho de que nos planteemos interrogantes como ¨¦ste es posible que estimule el ¨¢nimo investigador de Ana Botella, siempre tocado de la gracia de Dios, aunque no parezca que Dios se esmere mucho en otorgarle el don de la clarividencia. Y ser¨ªa una l¨¢stima que la se?ora Botella pensara que en nuestra discrepancia no admitimos la suya o que, por el hecho de que no tengamos en cuenta el pecado, no admitamos que ella, al igual que Buttiglione, pueda tener por pecado ser gay o madre soltera. Nadie debe rechazarla por cat¨®lica como se espera de ella que no rechace a alguien por no serlo. Lo que se rechaza es que las creencias personales de un servidor p¨²blico influyan en las pol¨ªticas que deba desarrollar en una sociedad no confesional. Y lo que ya no tiene que ver con las ideolog¨ªas ni con las creencias son las teor¨ªas o la expresi¨®n de los pensamientos, de modo que no tiene relaci¨®n con las diferencias ideol¨®gicas la risa que produzcan las peritas y las manzanitas. Con san Agust¨ªn se puede a veces no coincidir, pero no por un problema de talento del prodigioso doctor de la Iglesia. Que es lo mismo que suele suceder con el que, si no me equivoco, es el jefe de la se?ora Botella, menos prodigioso que san Agust¨ªn pero de innegable talento.
Aunque, ya que lo nombro, es de suponer que cualquier Plan Municipal de Apoyo a la Familia no debe entrar en contradicci¨®n con las ideas que respecto a las nuevas unidades de convivencia, incluida la homosexual, expres¨® el alcalde de esta villa en la apertura del Congreso de su partido. No es descartable, sin embargo, que la concejal de Servicios al Ciudadano haya logrado un cambio de criterio en Ruiz-Gallard¨®n por medio de su convincente teor¨ªa de las peras y las manzanas, nacida del af¨¢n pedag¨®gico que la se?ora Botella ha demostrado en sus libros. Y ahora que los partidarios de su teor¨ªa de las peras y las manzanas han apoyado al victorioso Bush en Norteam¨¦rica, m¨¢s vigencia cobra lo que ella advirti¨® al concejal Zerolo en una de sus actuaciones homof¨®bicas. Si le dijo entonces al concejal que los votantes de Madrid que hab¨ªan elegido a Esperanza Aguirre pensaban como ella por lo que a los gays respecta, qu¨¦ no le dir¨ªa ahora, convencida de que el gobierno del mundo est¨¢ en manos de los que juntan peras con manzanas y no les salen las cuentas. Sea como sea el Plan Municipal de Apoyo a la Familia, para el que tanto ¨¦xito se le desea, lo que resulta una pena es que una mujer tan rigurosa en los an¨¢lisis se dedique mucho a los asuntos municipales y se la pierda el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas. Es una pena que los talentos tengan que emigrar y terminen todos en Georgetown.
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