El pen¨²ltimo accidente

Que un Mercedes 190 se empotre contra los muros de su casa, ya no sorprende a sus inquilinas. C¨¢ndida, de 68 a?os, y Manuela, de 65, est¨¢n curadas de espanto. Viven en Vejer de la Frontera (C¨¢diz) en una vivienda de una planta a pie de la carretera, tras una curva muy cerrada de la Nacional 340. El accidente ocurrido el pasado lunes, que dej¨® un importante agujero en la fachada de su vivienda, no ha sido el ¨²nico. El tramo de la v¨ªa es tan peligroso que llevan contabilizada una treintena de coches estrellados contra sus paredes en los ¨²ltimos doce a?os. Y viven preparadas para el siguiente. Porque est¨¢n convencidas de que el siniestro del lunes no ser¨¢ el ¨²ltimo.

Justo detr¨¢s de la casa, a s¨®lo unos 20 metros, reside Mar¨ªa del Carmen Foncubierta, de 37 a?os, junto a su esposo e hijo. Mar¨ªa del Carmen es la hija de Manuela y la nuera de C¨¢ndida. Y ha sido tambi¨¦n testigo directo de esos continuos accidentes. Tiene en su memoria apuntadas las fechas de cada impacto, las caracter¨ªsticas de los veh¨ªculos siniestrados e, incluso, los lugares de origen y las profesiones de sus ocupantes. El primer choque se produjo el 12 de septiembre de 1992. Un trailer, conducido por un alem¨¢n, cargado de telas e hilos tir¨® media casa tras derrapar en la curva. Por delante, adem¨¢s de los ladrillos, se llev¨® al suegro de Mar¨ªa del Carmen, que necesit¨® ser hospitalizado.

Afortunadamente, ninguno de los accidentes ha vuelto a producir heridas a su familia y tampoco ha sido mortal. La vivienda ha sufrido variopintos accidentes. Uno de los m¨¢s llamativos fue el de un cami¨®n, que portaba una plaza de toros port¨¢til con destino a la feria de Tahivilla. "Est¨¢bamos en casa cuando de pronto escuchamos un ruido tremendo. Salimos y nos vimos la plaza de toros en el patio", explica la mujer.

En el recuento total incluye dos camiones m¨¢s, uno cargado de aceitunas, varios turismos y motos e, incluso, una furgoneta f¨²nebre. "Gracias a Dios, iba vac¨ªa", aclara Mar¨ªa del Carmen. Un fin de semana se accidentaron frente a sus ventanas hasta cinco veh¨ªculos. "Es una curva muy mala, caen cuatro gotas y se vuelve muy deslizante". Cada choque es una historia personal. La familia entera ayuda a los heridos, les da los primeros auxilios en su casa mientras espera la llegada de atestados y de los servicios m¨¦dicos. Tan bien se portan, que tienen sus recompensas. "Un inspector de pesca de Algeciras nos ofreci¨® trabajo y dos chicas a las que atendimos tras derrapar con su coche nos trajeron el otro d¨ªa magdalenas", dice orgullosa. Cuenta tambi¨¦n que algunos de los coches siniestrados ahora les pitan al pasar como saludo.

Mar¨ªa del Carmen relata cada suceso con calma, aunque sabe del peligro latente. Reclama que las administraciones pongan alg¨²n remedio urgente antes de que haya que lamentar una desgracia mayor. En Tr¨¢fico les ofrecen como soluci¨®n colocar unos quitamiedos pero eso les cerrar¨ªa la entrada y salida a la vivienda. El desdoble de la carretera, proyectado por el Gobierno central, prev¨¦ la eliminaci¨®n de la curva pero tardar¨¢ en llegar. Mar¨ªa del Carmen y los suyos aguardan antes el pr¨®ximo accidente.