Distancia y proximidad
Brecht escribi¨® en 1930 este texto para la radio. Pasaron cosas desde entonces, y no se estren¨® hasta 1959: pasaban las mismas cosas. Llega a Madrid, despu¨¦s de girar por Espa?a, esta adaptaci¨®n que hace el Lliure de Barcelona, y siguen pasado las mismas cosas. El argumento es muy breve: las especulaciones del gran capital con los mataderos y los ganaderos van dejando sin trabajo a los obreros. Es algo que sucedi¨® concretamente entonces. Una muchacha que trata de ayudar a los pobres quiere negociar con los empresarios; sus informes, sus alegatos, sirven poco a poco para dar m¨¢s fuerza a los due?os. Y aumentar el paro y los motines y las huelgas... Juana es llamada Santa Juana y canonizada por sus compa?eros: muerta. Brecht debi¨® haber le¨ªdo, entre otras cosas, la Santa Juana de Schiller, donde la figura femenina es tambi¨¦n v¨ªctima de su propia credulidad, de sus fantas¨ªas y en lugar de ayudar, fracasa.
Santa Juana de los Mataderos
De Bertholt Brecht. Int¨¦rpretes: Pere Arquillu¨¦, Ivan Benet, Joan Carreras, David Cuspinera, Quim Dalmau, Daniela Freixas. Escenograf¨ªa: Bibiana Puig de F¨¢bregas. Vestuario: M. Rafa Serra. Iluminaci¨®n: Maria Dom¨¦nech. Coproducido por Teatre Lliure, Salzburger Festspiele, Festival Grec de Barcelona. Direcci¨®n y adaptaci¨®n: ?lex Rigola. Teatro de la Abad¨ªa. Madrid.
La adaptaci¨®n del Lliure de la obra de Brecht es peculiar. El "distanciamiento" existe, y creo que en el mundo, siempre que se quiere hacer una obra del gran revolucionario teatral se acude a ella: se distancia. El escenario es ancho y corto, sin fondo, y en ese frontis se mezclan bailarines, acr¨®batas, un pobre ciclista que pedalea durante las casi dos horas; hay una urna, o pecera, que es donde moran los capitalistas, quiz¨¢ con el efecto de no mezclarles; y una pantalla donde se proyectan im¨¢genes adecuadas: algunas explosiones calculadas de grandes edificios, gestos de algunos de los actores, un fondo de mar que a m¨ª s¨®lo me pareci¨® ¨²til para relacionar al capitalismo con los tiburones. Y un luminoso.
Ah, pero ese luminoso no pertenece al distanciamiento, sino a la aproximaci¨®n: en ¨¦l se leen noticias de ahora, como la reuni¨®n en G¨¦nova de los Ocho m¨¢s ricos del mundo; mientras en la pantalla se ven combates de obreros en huelga atacados por la polic¨ªa: muchas son espa?olas de ahora. Esto es, la lecci¨®n es tan brechtiana que viene a decir, en su did¨¢ctica, "no creas que esto pas¨® s¨®lo entonces, no creas que no te importa porque no te pasa a ti, porque un d¨ªa te pasar¨¢". Los mon¨®logos de algunos actores son catecismos de la doctrina marxista. Nunca quiso Brecht ser otra cosa m¨¢s que un predicador, un portador del anuncio de la nueva marxista.
Gust¨® la obra, se aplaudi¨® mucho: est¨¢ muy bien terminada, seg¨²n la tradici¨®n del Lliure; cada uno trabaja su acci¨®n sin fallos, y entre todos forman este fresco intemporal tratado por el director Rigola con sabidur¨ªa.
Babelia
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