La seducci¨®n del cine oriental
Maggie Cheung interrumpi¨® su carrera hace diez a?os. Con m¨¢s de sesenta pel¨ªculas en una d¨¦cada era una estrella en Hong Kong. Se arriesg¨® con filmes de autor y acert¨®. A los 40, la actriz da el salto a Francia y vuelve a triunfar. Y Cannes la premia. Sus armas: fuerza, belleza y seducci¨®n.
Me lo hab¨ªan advertido: es imposible caminar por las calles de Hong Kong con Maggie Cheung. Es una estrella absoluta, no s¨®lo en su ciudad natal, sino en toda China: "?Conoce a Maggie? ?La adoro! ?Sabe que acaban de premiarla en Cannes?". La joven que me habla as¨ª, lanzando gritos, recorre, como muchos otros paseantes, la avenida de las Estrellas, la r¨¦plica hongkonesa de Hollywood Boulevard. La gente viene a rozar la huella de las manos de las estrellas de cine fijadas en el suelo. Pero si aqu¨ª todo el mundo conoce a Maggie Cheung no es por Clean, la pel¨ªcula de Olivier Assayas que le ha valido el premio de interpretaci¨®n femenina en Cannes en mayo. Ni siquiera por Deseando amar, el famoso largometraje de Wong Kar-wai, estrenado en los cines en 2000. Si Maggie Cheung ha conseguido tanta popularidad en su ciudad natal, se debe sobre todo a las pel¨ªculas de g¨¦nero que triunfan en los cines de Hong Kong.
Un apartamento con vistas al mar. "?Entra!". Con una manzana en la boca, abre la puerta de su apartamento situado en una torre de ladrillos rojos, frente al mar. Ning¨²n lujo aparente, todo funcional. Lleva una camiseta negra y, en su rostro, una m¨¢scara de melancol¨ªa de la que se separa para acogerme con impulsos de generosidad. Cierra las cortinas disculp¨¢ndose: "En Hong Kong, los paparazzi me acosan constantemente. No soporto a los peri¨®dicos de esc¨¢ndalos y sus mentiras. Quiero llevar una vida normal. No deseo la de las estrellas de Hollywood. Cuando ya no soporto a los hongkoneses me largo a Par¨ªs. All¨ª respiro, puedo pasear de inc¨®gnito".
Pero cuando lleg¨® a Par¨ªs en 1996 con Olivier Assayas -su marido en aquella ¨¦poca - tuvo la sensaci¨®n de desembarcar en otro planeta. ?Un ejemplo? "Olivier com¨ªa con el ch¨®fer de la pel¨ªcula Irma Vep, que hab¨ªa realizado dos cortometrajes. ?Y discut¨ªan sobre cine! Yo estaba asombrada. Para m¨ª era impensable. En Hong Kong se tiende bastante a despreciar a los inferiores y a adular a los superiores. A pesar de nuestra voluntad de marcar la diferencia, conservamos una mentalidad muy china. Tambi¨¦n somos m¨¢s brutales en nuestras relaciones humanas. Los franceses intentan sin cesar ser educados, ?quiz¨¢ por hipocres¨ªa? No lo s¨¦. Cuando un amigo te llama para hablar de una pel¨ªcula, siempre te dir¨¢, aunque no le haya gustado, que es formidable. En Hong Kong, si no ha entendido nada, te dir¨¢ directamente: '?Qu¨¦ es esto?' Puede hacer da?o? Yo entend¨ª en Par¨ªs la necesidad de no enfrentarte a quienes amas".
Maggie Cheung naci¨® en Hong Kong en 1964. Su madre hab¨ªa dejado Shanghai, su ciudad natal, para dirigirse a la antigua colonia brit¨¢nica en los a?os cincuenta, dej¨¢ndolo todo detr¨¢s. ?Por qu¨¦? "Siempre fue discreta en este asunto. En China no compartimos nuestros secretos. Sin embargo, s¨¦ que su primer matrimonio fue concertado. Tuvo dos hijos y su marido huy¨® de China para ir a Hong Kong. Ella parti¨® en su busca, pero las cosas ya no funcionaron entre ellos. Entonces encontr¨® a mi padre. Se instalaron en Estados Unidos cuando yo ten¨ªa seis a?os. Despu¨¦s se fueron a Inglaterra, donde me reun¨ª con ellos dos a?os m¨¢s tarde. Nunca supe muy bien a qu¨¦ se dedicaba mi padre. Un negocio extra?o, con altibajos. ?Un d¨ªa llegaba al volante de un Mercedes y al d¨ªa siguiente todo desaparec¨ªa! Mis padres no paraban de pelearse. No recuerdo un solo momento de felicidad entre ellos, y creo que no tuve una infancia realmente feliz. Excepto en Inglaterra, en el colegio, donde me divert¨ªa. Me qued¨¦ hasta los 17 a?os".
Le pregunto si, a pesar de todo, sus padres siguen siendo importantes para ella. Ella me confi¨® en el Festival de Cannes de 2004 que iba a ir a Hong Kong a verlos, entre dos sesiones de fotos y una cita con su nuevo novio europeo. "Cuando estoy con ellos, s¨¦ de d¨®nde vengo, lo necesito. Mi madre no recibi¨® educaci¨®n. Si ha permanecido con su segundo marido, ha sido por mi hermana y por m¨ª. Pero se dec¨ªa: "Cuando Maggie tenga 16 a?os me divorciar¨¦. Ya no tendr¨¦ m¨¢s preocupaciones". Y cuando tuve 16 a?os dej¨® a mi padre.
La mayor de las dos hermanas Cheung es Helen, que quer¨ªa ser actriz. Maggie no. "Helen era muy guapa, y mi madre la animaba. Pero se cas¨® a los 19 a?os y su sue?o se desvaneci¨®. Yo quer¨ªa ser peluquera. No respond¨ªa en absoluto a la norma de belleza de la ¨¦poca. Hab¨ªa que tener la piel muy blanca y 'formas'. Hoy es muy distinto?".
Confiesa que no le gustaba demasiado el cine cuando era adolescente. "Las cosas sucedieron sin que las provocara". Un d¨ªa, yendo por la calle con su madre, se le acerc¨® una joven. Trabajaba en una agencia de publicidad y se hab¨ªa fijado en Maggie. As¨ª comenz¨® a posar para anuncios y se present¨® al concurso de Miss Hong Kong en 1983. Qued¨® la segunda. Ten¨ªa 18 a?os. Una semana despu¨¦s firm¨® para una pel¨ªcula. Luego dej¨® de contarlas. "Setenta y cinco, creo?". Pregunta con iron¨ªa: "?Cu¨¢ntas pel¨ªculas ha hecho Catherine Deneuve?". Respondo: "Unas cien". Bromea: "?Entonces, dentro de poco, yo habr¨¦ hecho otras tantas!".
Rod¨® su primera pel¨ªcula en 1984: Prince Charming, de Jim Wong. Hace 20 a?os, en un n¨²mero especial de Cahiers du Cin¨¦ma dedicado a Hong Kong, una cr¨ªtica calificaba esta pel¨ªcula de perfectamente "hortera". El art¨ªculo estaba firmado por un tal? Oliver Assayas. "Prince Charming era el prototipo de comedia popular de Hong Kong. Yo era la joven bonita con la que ligaban los chicos burl¨¢ndose de ella. Tengo una colecci¨®n de papeles as¨ª".
Tras este primer ¨¦xito, Maggie se comprometi¨® con los estudios de los hermanos Shaw, con los que colabor¨® hasta 1999. Actu¨® en comedias y pel¨ªculas de kung-fu, inevitables en Hong Kong. Pero nunca aprendi¨® la t¨¦cnica de las artes marciales, lo que no le impidi¨® rodar cinco pel¨ªculas con Jackie Chan, la estrella del g¨¦nero. "Todo el mundo ten¨ªa miedo de ¨¦l, de su fuerte personalidad. Yo descubr¨ª que s¨®lo era una gran producci¨®n. Y comprend¨ª que, precisamente, no me gustaban esas grandes producciones".
El 'kung-fu' marc¨® la edad de oro del cine de Hong Kong, que en los a?os sesenta se convirti¨® en un poderoso polo cinematogr¨¢fico basado en un sistema de estudios parecido al de Hollywood. Bruce Lee y despu¨¦s Jackie Chan eran los principales h¨¦roes. Maggie rodaba varias pel¨ªculas a la vez. Hasta diez al a?o. Cuando le preguntan c¨®mo eran los rodajes, precisa que el 98% de las pel¨ªculas eran diversi¨®n. Las migajas restantes eran de cine de autor. Enumera: "Stanley Kwan, Ann Hui y Wong Kar-wai. Pero en Hong Kong no hay p¨²blico para este g¨¦nero cinematogr¨¢fico". En 1988, Maggie interpret¨® el papel principal en la primera pel¨ªcula de Wong Kar-wai, As tears go by. Pero fue Stanley Kwan el que, en 1991, le descubri¨® otra forma de hacer cine con The actress Center Stage. Por primera vez experiment¨® el largometraje -casi tres meses en Shanghai-, lo que le impidi¨® hacer otra pel¨ªcula al mismo tiempo. "Entonces fui consciente de lo que supone ser actriz. Poder concentrarse completamente en un personaje". Su interpretaci¨®n le vali¨® el primer reconocimiento internacional: el oso de plata a la mejor actriz en 1992 en el Festival de Berl¨ªn.
A los 30 a?os interrumpi¨® su carrera durante 24 meses. "Hab¨ªa hecho 65 pel¨ªculas en diez a?os. Era mucho? Ya estaba harta de cierto tipo de cine. Me dije que no serv¨ªa para nada poner tanta energ¨ªa en algo que no ten¨ªa nada que ver con lo que esperaba. Ten¨ªa ganas de parar". Los papeles que le propon¨ªan y la imagen de la mujer en el cine hongkon¨¦s no tuvieron nada que ver en esta decisi¨®n. "Las mujeres nunca han tenido un buen papel aqu¨ª. Quer¨ªa otros personajes, pero hab¨ªa poca elecci¨®n. Yo no soy una militante feminista, pero siempre he rechazado los estereotipos sobre las mujeres. Y adem¨¢s, en Francia se respeta a los actores. Se intenta instalarlos en un clima propicio. Aqu¨ª no se da el caso en absoluto".
Evoco con ella esta brecha en su carrera. La importancia de las rupturas, las locuras en la vida y el riesgo que se corre. "?A lo mejor se olvidaban de m¨ª? Era un riesgo, es verdad, no hice gran cosa durante esos dos a?os. Deporte, veladas con amigos? Estaba muy contenta. La idea de dejar el cine no me hac¨ªa en absoluto desgraciada". Maggie Cheung se reconcili¨® con el cine en 1994, con Camarades, una historia de amor hongkonesa realizada por Peter Chan que tuvo un enorme ¨¦xito. Despu¨¦s rod¨® Song Sisters, de Mabel Cheung. Y el destino llam¨® una vez m¨¢s a su puerta bajo la apariencia de Olivier Assayas.
Se encontraron en el Festival de Venecia, donde el realizador franc¨¦s era miembro del jurado en 1994. Maggie hab¨ªa ido a presentar Les cendres du temps. "Olivier ten¨ªa que participar en la pel¨ªcula junto a otros dos realizadores, Claire Denis y Anton Ergoyan. Era la historia de una extranjera sola, en una habitaci¨®n de hotel en Par¨ªs. Pero la pel¨ªcula no se hizo. Entonces se lanz¨® al proyecto de Irma Vep. La historia de una extranjera que hac¨ªa una pel¨ªcula en Par¨ªs. Cuando decidi¨® que el personaje principal ser¨ªa una china, enseguida pens¨® en m¨ª. Vino a Hong Kong para verme. As¨ª empezamos a trabajar juntos".
Ella conoc¨ªa poco el cine franc¨¦s, casi ausente en las pantallas de Hong Kong. Hab¨ªa visto Les amants du Pont Nef, de L¨¦os Carax (1991), y algunas pel¨ªculas de Jacques Dollion. Irma Vep fue para m¨ª una redefinici¨®n total del cine. Durante el rodaje a¨²n no est¨¢bamos enamorados. Pero despu¨¦s fuimos a Cannes. All¨ª fue donde abr¨ª los ojos al cine, a su importancia. Desde entonces s¨®lo he hecho diez pel¨ªculas. Todas las defiendo. Pero por primera vez, con Clean, estuve realmente orgullosa de mi trabajo".
Olivier Assayas tuvo la idea de Clean cuando Maggie y ¨¦l a¨²n viv¨ªan juntos. Fue en el avi¨®n. En un peri¨®dico ley¨® la historia de una estrella de rock que acababa de suicidarse. E imagin¨® lo que podr¨ªa ocurrirle a la joven que entonces viv¨ªa con ¨¦l. "No es una pel¨ªcula sobre una estrella del rock o sobre una yonqui, sino sobre la manera en que una mujer, Emily, intenta reconquistar su vida despu¨¦s de la muerte de su novio. Dos periodistas me pidieron que les explicara las semejanzas entre Emily y yo. No pod¨ªa contestar nada concreto. Pero luego lo pens¨¦ y me di cuenta de que Olivier no hab¨ªa creado el personaje de Emily tomando cosas m¨ªas. Era algo m¨¢s profundo, lo escribi¨® pensando en c¨®mo reaccionar¨ªa yo al ver lo que le ocurre a Emily. Igual que Emily, yo soy obstinada, no renuncio nunca".
Abordo la cuesti¨®n de los hijos en su vida. Su deseo frustrado de ni?a. ?C¨®mo hacer de madre sin serlo? "Veo a los ni?os de mis amigas y desarrollo una forma de mirarlos, de vivir con ellos, lo que me permite actuar en la pantalla como si fuera madre. Tengo, dig¨¢moslo as¨ª, mucha imaginaci¨®n para saber c¨®mo actuar como una madre sin serlo. Creo que mi vida de actriz me impide ocuparme realmente de un ni?o".
En Cannes, cuando recibi¨® el premio de interpretaci¨®n, Maggie experiment¨® sentimientos contradictorios. "Estaba la pel¨ªcula, Olivier, yo? Todo se mezclaba. Por una parte era realmente feliz. Pero por la otra me di cuenta de que iba a hacerme un poco m¨¢s famosa, y s¨¦ que no busco esto en la vida. Durante la entrega de premios no sonre¨ªa. Y cuando me vi en la televisi¨®n me pregunt¨¦: ?qu¨¦ me ocurre? Era un sentimiento muy ¨ªntimo; ten¨ªa mucho que ver con Olivier. Era muy complicado". Le insin¨²o que quiz¨¢ fuera porque ese premio de interpretaci¨®n era a la vez un reconocimiento supremo y la confirmaci¨®n del fin de su historia como pareja. Duda un momento, despu¨¦s responde: "S¨ª, sin duda". Le pregunto si considera, con m¨¢s distancia, la pel¨ªcula como un regalo de despedida. No responde.
Con prudencia, menciono su vida en Hong Kong despu¨¦s de la devoluci¨®n a China en 1997. Replica: "Como todo el mundo, sent¨ªa que la ciudad estaba en suspenso. Sab¨ªa que algo iba a pasar y que pod¨ªa ser malo. Pero ten¨ªa elecci¨®n. Ten¨ªa un pasaporte ingl¨¦s que me daba una gran libertad. Finalmente, los cambios fueron menos importantes de lo que tem¨ªamos. M¨¢s econ¨®micos que pol¨ªticos. Antes, por ejemplo, si quer¨ªamos hacer negocios, ¨ªbamos a Hong Kong. Ahora decimos: vamos a China".
Hong Kong se ha considerado durante mucho tiempo un trozo de China fuera del tiempo y del espacio. La ciudad se da cuenta ahora de que no es m¨¢s que un peque?o mundo de siete millones de habitantes ahogado en la inmensidad china. "Antes, cuando la gente de aqu¨ª ve¨ªa pasar a una china por la calle exclamaban: '?Oh! ?Mira c¨®mo camina! ?Has visto c¨®mo va vestida? ?C¨®mo se maquilla?'. Era un comportamiento arrogante y pretencioso. Viv¨ªamos en un espejismo, una ilusi¨®n. Hong Kong ha sido durante mucho tiempo un escaparate chino para Occidente. Ahora toda China tiene escaparates. Las tiendas son m¨¢s grandes en China que en Hong Kong. Antes de 1997 se pensaba que mucha gente iba a dejar Hong Kong por Occidente. Hoy dejan Hong Kong para ir a buscar trabajo a China porque aqu¨ª no hay. Yo, desde luego, me informo de la situaci¨®n. Pero no me permito juzgarles, porque al d¨ªa siguiente s¨¦ que voy a irme a otro lugar. Desde luego, si ocurriera algo grave, me movilizar¨ªa a favor de los derechos humanos, igual que todo el mundo aqu¨ª. Pero tambi¨¦n me siento china y defiendo a China. Muchos piensan como yo. Es una toma de conciencia de nuestro verdadero contexto geogr¨¢fico y de nuestra identidad. Nuestra historia es un poco la de unos ni?os adoptados por los ingleses y que encuentran a sus verdaderos padres. Nuestros padres tienen otra forma de educar a los hijos, pero est¨¢ claro que son nuestros padres. China es fuerte. Es una oportunidad para nuestro cine. Si el 10% de la poblaci¨®n china viniera a ver nuestras pel¨ªculas, se abrir¨ªan nuevas posibilidades".
Maggie se impacienta. Espera a su novio y los hijos de ¨¦ste. Cuando llega, el compa?ero de Maggie me conf¨ªa que acaban de cambiar de coche para despistar a los paparazzi. Ella lleva las inevitables gafas de sol. Corremos por la costa. A¨²n evoco esta frase de Nick Nolte, que hizo el papel de suegro de Emily en Clean: "Valor es cuando las cosas van mal". ?Qu¨¦ es lo que realmente se aprende en esos momentos? "Hace a?o y medio, despu¨¦s de mi divorcio de Olivier, cuando decid¨ª abandonar Par¨ªs, volv¨ª aqu¨ª, estaba deprimida. Me pasaba sola la mayor parte del tiempo, no hac¨ªa casi nada. Entonces decid¨ª comprar un apartamento en Par¨ªs. Cuando Leslie Cheung, un actor conocido en Hong Kong, se suicid¨®, aprend¨ª, si no a vivir, al menos a no querer abandonar la vida". Me confiesa que le resulta dif¨ªcil rezar en los momentos dif¨ªciles. "Mi madre, creo, es cat¨®lica. Pero yo nunca la he visto entrar en una iglesia. Mi hermana est¨¢ bautizada, pero yo no. Yo no soy creyente, pero me siento cercana a la filosof¨ªa budista. Para m¨ª es una forma de rezar. Me dirijo al cielo, pero no a Dios ni a Buda, le hablo a un amigo".
? 'Le Monde'.
La pel¨ªcula '2046' se estrena el d¨ªa 26 de noviembre en cines de toda Espa?a.
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