Por lo bajo
Era la noche de los contrabajos. Claro est¨¢ que, con Ron Carter de por medio, cualquier noche se convierte en "la noche de los contrabajos"; m¨¢s todav¨ªa si, junto a la leyenda, se halla Miguel ?ngel Chastang, contrabajista tambi¨¦n ¨¦l. Contaba el madrile?o que, cuando se enter¨® de que iba a compartir escenario con su maestro, a poco le da un patat¨²s. Qui¨¦n sabe si tal circunstancia influy¨® en que su set no terminara en una de las tantas reuniones de estrellas improvisando con desgana sobre un repertorio de est¨¢ndares; el tipo de jazz que deslumbra pero no alumbra.
Muy al contrario, en la interpretaci¨®n del sexteto reunido a la mayor gloria del fallecido Elvin Jones, hubo fuego y hubo aut¨¦ntica pasi¨®n, en mayor medida cuando quien tomaba la palabra era Eddie Henderson -35 a?os esperando a ser reconocido por la comunidad del jazz en virtud a sus muchos merecimientos- y Frank Lacy, raro esp¨¦cimen de artista arrebatado a quien se le va el alma a cada uno de sus solos; algo menos cuando el elegido era Sonny Fortune, solista no demasiado inspirado al que cuadra el calificativo de pegapases acu?ado por Joaqu¨ªn Vidal en sus cr¨®nicas taurinas.
Larry Willis & Miguel ?ngel Chastang Band. Ron Carter Four Sight
Larry Willis, piano; Miguel ?ngel Chastang, contrabajo; Tony Moreno, bater¨ªa; Sonny Fortune, saxo alto y flauta; Eddie Henderson, trompeta y fliscornio; Frank Lacy, tromb¨®n. Ron Carter, contrabajo; Stephen Scott, piano; Payton Crosslsy, bater¨ªa; Steve Kroon, percusi¨®n. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 16 de noviembre.
Fortune habl¨® mucho y no dijo nada. Carter habl¨® lo justo para presentar a los m¨²sicos. Lo hab¨ªa anunciado: "Lo que tengo que decir, lo digo a trav¨¦s del contrabajo". Carter entiende el jazz como un relato en el que un episodio lleva a otro, un tema al siguiente y todos juntos forman el argumento. Su m¨¦todo de lectura no incluye la parada para descansar: sali¨®, junto a los componentes de su combo, y a la hora segu¨ªan los tres a lo suyo sin haberse detenido siquiera para refrescarse el gaznate. Un sentido de la proporci¨®n, de la justeza, que no se ve¨ªa en el jazz desde el Modern Jazz Quartet.
La misma sensaci¨®n de frescura, de que nada est¨¢ atado y bien atado a¨²n est¨¢ndolo. El llamado jazz de c¨¢mara, pues de alg¨²n modo hay que llamar a este jazz de elegancia tan marcada. Enormidad musical envuelta en papel de celof¨¢n. Un somero leif motiv re¨²ne a Miles Davis -Flamenco sketches- con Rodgers y Hart -My funny Valentine-. Adem¨¢s de todo eso, Carter demostr¨® que es posible tocar jazz bajito.
Babelia
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