'Pau' de la jungla
El ejemplar descubierto viv¨ªa en un ambiente selv¨¢tico y posiblemente muri¨® en las garras de un depredador
Los primeros restos de Pau, un colmillo y luego el cr¨¢neo, aparecieron el 5 de diciembre de 2002 durante la excavaci¨®n preventiva donde deb¨ªa construirse un vertedero. En los dos a?os siguientes han ido surgiendo hasta casi un centenar de huesos que componen el esqueleto parcial de un individuo, un macho adulto pero joven de unos 35 kilos de peso y 1 o 1,20 metros de altura, algo m¨¢s peque?o que un chimpanc¨¦, seg¨²n explic¨® ayer Salvador Moy¨¤.
El lugar actual tiene bastante de p¨¢ramo, pero en el Mioceno Medio, hace 13 millones de a?os, la zona era una selva tropical densa y muy h¨²meda. Para dar una idea de la rica fauna que la poblaba, Salvador Moy¨¤ dijo que se podr¨ªa haber observado entonces la misma variedad que pasando un mes en la actual selva de Sumatra.
El registro f¨®sil muestra antiguos parientes del elefante y del rinoceronte, peque?os c¨¦rvidos de bosque, carn¨ªvoros muy primitivos, peque?os vertebrados como ardillas voladoras, reptiles e infinidad de tortugas, "como bien saben los muchos vecinos de la zona que han encontrado restos de caparazones de ¨¦stas".
En cuanto a la locomoci¨®n b¨¢sica, Pau era un trepador vertical de ¨¢rboles que se mov¨ªa muy ¨¢gilmente, arriba y abajo, entre ramas. "Llevaba el tronco del cuerpo vertical y lo que no hac¨ªa era suspenderse: sus manos eran muy cortas. Eso lo diferencia de los chimpanc¨¦s y orangutanes. ?l no se pod¨ªa colgar mucho, una adaptaci¨®n b¨¢sica de los dos anteriores. Su dieta, a la vista la dentadura, se basaba en frutos aunque deb¨ªa incluir otros vegetales, insectos y seguramente los peque?os mam¨ªferos que pudiera pillar, como en el caso actual de los chimpanc¨¦s".
De la suerte que pudo correr, Moy¨¤, haciendo "paleofantas¨ªa", dijo que al ser un animal joven al que se le supone buen estado de salud y dado que algunos de sus huesos muestran marcas de dientes, "se puede imaginar que alg¨²n d¨ªa, en un descuido al bajar de un ¨¢rbol a beber pudo ser cazado por un depredador y comido; luego sus restos fueron dispersados por carro?eros". Los huesos del malhadado ancestro aparecieron desperdigados en un ¨¢rea de 20-25 metros cuadrados.
Interrogado por la relaci¨®n de Pau con Jordi, el f¨®sil de driopiteco -un mono de 9,5 millones de a?os- hallado por el propio Moy¨¤, el paleont¨®logo dijo que aparte de la coincidencia geogr¨¢fica en el mismo ¨¢rea, las edades son muy distintas y los primates diferentes en muchos aspectos. "Jordi ten¨ªa la estructura corporal de un gran antropomorfo, estaba m¨¢s especializado, ten¨ªa las manos largas y los brazos largos, ya era un suspensor y se mov¨ªa como un orangut¨¢n. La cara era muy distinta". Para Moy¨¤ "es dif¨ªcil creer que Pau sea ancestro de Jordi".
Los investigadores conf¨ªan en que aparezcan m¨¢s f¨®siles: "La riqueza del yacimiento es excepcional, podemos tener m¨¢s sorpresas. Poseemos una secuencia sedimentaria casi continua entre 15 y 8 millones de a?os y con muchos vertebrados f¨®siles".
Interrogados acerca de los sentimientos que provoc¨® en el equipo el hallazgo, Salvador Moy¨¤ y su esposa Meike K?hler, a los que acompa?aban los otros miembros del grupo -que firma conjuntamente el art¨ªculo de Science-, David M. Alba, Isaac Casanovas-Vilar y Jordi Galindo, dieron rienda suelta a la emoci¨®n: "El d¨ªa que apareci¨® el primer resto fue extraordinario. Desde el primer momento tuvimos la sospecha de que no iba a ser s¨®lo la cara. Durante el tiempo que no pudimos excavar era un sue?o, pero luego en seguida empezaron a aparecer costillas, v¨¦rtebras, falanges... fue una emoci¨®n indescriptible. Sab¨ªamos que est¨¢bamos estratigr¨¢ficamente trabajando en una ¨¦poca clave para la evoluci¨®n del grupo al que pertenecemos nosotros y los grandes simios actuales, y que en otros lugares s¨®lo aparecen restos muy fragmentarios. Fue maravilloso".
Moy¨¤ record¨® ayer con buen humor la m¨¢xima de los paleont¨®logos espa?oles: "Uno no encuentra un buen f¨®sil, los buenos f¨®siles te encuentran a ti".
El Pierolapithecus fue bautizado Pau porque su hallazgo coincidi¨® con las manifestaciones masivas en Espa?a contra la guerra de Irak (Pau, en catal¨¢n, significa Pablo pero tambi¨¦n paz). Ayer, Pau compiti¨® con la nueva estrella de la paleontolog¨ªa el tan parad¨®jico Hombre de Flores.
Salvador Moy¨¤ se mostr¨® poco convencido del nuevo, extra?o y diminuto hom¨ªnido de s¨®lo 16.000 a?os procedente de la isla indonesia de Flores. "Soy muy esc¨¦ptico en todo por principio y espero a contar con m¨¢s hallazgos. Creo que hay muchas dudas razonables en torno a la atribuci¨®n de esos restos". Moy¨¤ apunt¨® que el n¨²mero de los que no creen en la identidad propuesta para los restos de Flores aumenta d¨ªa a d¨ªa.
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