A un metro del Ed¨¦n
Un paseo por los acantilados y lagunas del bajo Jarama, para¨ªso de avifauna al que se accede en la l¨ªnea 9 de Metro
Es fama que cuando en 1863 se inaugur¨® en Londres el primer tren suburbano del planeta, lord Palmerston, a la saz¨®n jefe del Gobierno ingl¨¦s, no asisti¨®, pretextando que deseaba permanecer el mayor tiempo posible sobre la tierra. Casi un siglo y medio despu¨¦s, los ¨²nicos que no viajan en metro son precisamente los fiambres. De hecho, la forma m¨¢s sencilla de sentirse vivo en una ciudad como Madrid es coger la l¨ªnea 9 y apearse en Rivas. All¨ª mismo, a orillas del Jarama, comienzan a reunirse por estas fechas cientos de cormoranes, 3.000 an¨¢tidas y 30.000 gaviotas reidoras, un caldo hirviente de ave que devuelve la color al urban¨ªcola m¨¢s mustio.
Que el Parque Regional del Sureste tenga acceso en metro, es bueno y es malo. Lo malo es que ese mismo metro da servicio a Rivas, la poblaci¨®n que m¨¢s r¨¢pido ha crecido en Espa?a, pasando en dos d¨¦cadas de 600 habitantes, la mayor¨ªa agricultores, a m¨¢s de 40.000, la mayor¨ªa capitalinos que no han elegido Rivas por amor a los patos, sino porque los chal¨¦s son m¨¢s baratos. Lo bueno es que un amante de la naturaleza (lo que queda de ella) puede dar un paseo de 17 kil¨®metros entre dos estaciones, la de Rivas-Vaciamadrid y la de Rivas Urbanizaciones, por la ribera salvaje y acantilada del Jarama, sin acordarse del coche en toda la jornada.
Por estas fechas empiezan a reunirse all¨ª cientos de cormoranes y 30.000 gaviotas
Con ese prop¨®sito, saldremos de la estaci¨®n de Rivas-Vaciamadrid y atravesaremos el casco antiguo por la calle de San Isidro para bajar a continuaci¨®n por una carreterilla paralela a la v¨ªa.
Al cuarto de hora de andar, deberemos desviarnos a la izquierda por una pista de tierra cerrada al tr¨¢fico con barrera que trepa al cortado yes¨ªfero y bordea a m¨¢s de 50 metros de altura la laguna del Campillo: una charca de 35 hect¨¢reas y 30 metros de profundidad, orlada de vegetaci¨®n palustre y frecuentada por aves tan ins¨®litas como -por citar la que m¨¢s hace frotarse los ojos a los ornit¨®logos- el ¨¢guila pescadora, pr¨¢cticamente extinguida en Espa?a.
A medida que ganemos altura, iremos descubriendo en lontananza muchas otras lagunas -las diez del Porcal, las cuatro de las Madres...-, todas con id¨¦ntico origen que la del Campillo: viejas extracciones de grava y arena que, al alcanzar la capa fre¨¢tica, se inundaron, siendo abandonadas luego a su suerte. Y su suerte fue el milagro que hoy vemos: 123 graveras anegadas y naturalizadas que forman, cerca de la uni¨®n del Jarama y el Manzanares -el coraz¨®n del Parque Regional del Sureste-, un conjunto lagunero de tal riqueza faun¨ªstica que hay incluso quien habla del Do?ana madrile?o.
Sin dejar la pista, siempre por el borde superior de los acantilados, llegaremos tras dos horas de paseo al v¨¦rtice geod¨¦sico del Campillo. Estupefactos contemplaremos, all¨¢ abajo, el r¨ªo Jarama, adornado de sotos y peque?as cascadas; los prados de El Piul, tachonados de vacas frisonas, y las lagunas de Velilla, de un azul violento, casi cobalto, como el de los ibones montanos. Y es que este paisaje, a luz de la oto?ada, parece menos un arrabal de Madrid que un valle pirenaico.
Aqu¨ª, tal como se indica en los paneles informativos que jalonan la ruta, comienza el llamado tramo del pinar, una repoblaci¨®n de pinos carrascos que nos acompa?ar¨¢ hasta que, al cumplirse tres horas de marcha, dejemos la pista para subir por una escalera al cerro del Tel¨¦grafo. Habremos alcanzado entonces la m¨¢xima altura del recorrido -699 metros sobre el mar y 130 sobre el cauce del Jarama- y abarcaremos con la mirada un inmenso panorama: desde la cresta nevada del Guadarrama hasta la alcarria olivarera de Campo Real, que distan una de otra la friolera de 80 kil¨®metros.
Lo que resta es el denominado tramo urbano, cuatro kil¨®metros de descenso por las calles de Enebro, Almendros, Provincias y Pamplona, hasta llegar a la estaci¨®n de Rivas Urbanizaciones. Esta ¨²ltima hora no es nada memorable, pero s¨®lo con las tres anteriores tendremos de sobra para so?ar, para vivir, hasta la pr¨®xima semana.
Tambi¨¦n en bici de monta?a
- C¨®mo ir. Rivas-Vaciamadrid dista 19 kil¨®metros de la capital yendo por la A-3 y tomando la salida Rivas Este. El paseo empieza en la estaci¨®n de Rivas-Vaciamadrid y acaba en la de Rivas Urbanizaciones, ambas pertenecientes a la l¨ªnea 9 del metro (tel¨¦fono 902 44 44 03), lo que permite prescindir del coche en todo momento.
- Datos de la ruta. Duraci¨®n: cuatro horas. Longitud: 17 kil¨®metros. Desnivel: 160 metros. Dificultad: media-baja. Tipo de camino: itinerario lineal, la mayor parte por pista de tierra cerrada al tr¨¢fico, se?alizado con paneles informativos; muy adecuado tambi¨¦n para hacer en bici de monta?a (dos horas). Cartograf¨ªa: hojas 19-22, 19-23, 20-22 y 20-23 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito.
- Otras excursiones. Paseo alrededor de la laguna del Campillo, ruta del bajo Manzanares (de Casa Eulogio a la presa del Rey), senda ecol¨®gica de las lagunas de las Madres y carrascal de Arganda.
- Tapear. El Candil (tel¨¦fono 91 670 45 80): en el casco antiguo, gambas a la plancha, bienmesabe, ancas de rana.... Lizarr¨¢n (tel¨¦fono 91 301 15 18): tapeo al estilo vasco, en la zona de las urbanizaciones.
- Comer. La Posada del Alcalde (tel¨¦fono 91 670 02 65): carnes rojas a la brasa y asados en horno de le?a; precio medio, 20 euros. Kontraste (91 499 07 00): cocina con productos frescos y de temporada, en un entorno minimalista; 25-30 euros. Las Navas (91 301 14 23): cochinillo asado, chuletillas de lechal y dorada a la sal; 30-35 euros. La Posta Real (91 672 12 74): carne de novilla a la piedra y pescados a la parrilla; 40 euros. Palacio del Negralejo (91 669 11 25): cocina vasco-castellana; 50 euros.
- Actividades. Centro de Educaci¨®n Ambiental El Campillo (tel¨¦fono 600 50 86 38): sendas guiadas gratuitas alrededor de la laguna.
- M¨¢s informaci¨®n. Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid (plaza 19 de Abril, s/n; tel¨¦fono 91 670 00 00) y en www.elsoto.org
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