El Museo de Historia de Catalu?a repasa la relaci¨®n entre Dal¨ª y Lorca
Obras y documentos ilustran la exposici¨®n sobre los dos artistas
El encuentro, el descubrimiento, la atracci¨®n y luego el rechazo, el distanciamiento y el recuerdo. La exposici¨®n Salvador Dal¨ª y Federico Garc¨ªa Lorca. La persistencia de la memoria, abierta hasta el 31 de enero en el Museo de Historia de Catalu?a (plaza de Pau Vila, 3, de Barcelona) en el marco del A?o Dal¨ª, recorre todas las etapas de la atormentada relaci¨®n entre el pintor ampurdan¨¦s y el poeta granadino, a trav¨¦s de obras y documentos representativos de sus pasiones y su rec¨ªproca influencia creativa.
Sin insistir en los aspectos morbosos y sin mencionar ni una sola vez la palabra homosexualidad, la exposici¨®n consigue hacer evidentes la mutua admiraci¨®n y estima que se profesaron los dos artistas, desde su primer encuentro en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1922 hasta el definitivo distanciamiento de Dal¨ª en 1928.
La historia entre Federico Garc¨ªa Lorca (Granada, 1898- 1936) y Salvador Dal¨ª (Figueres, 1904-1989) se materializa en cinco ¨¢mbitos que ilustran otros tantos periodos, a trav¨¦s de pinturas, dibujos, fotograf¨ªas, cartas, documentaci¨®n de la ¨¦poca y archivos audio. Debido a la coincidencia con la exhibici¨®n sobre Dal¨ª en Venecia, en muchos casos se trata de reproducciones, aunque se exponen el manuscrito original de la Oda a Salvador Dal¨ª y varios dibujos de Lorca, incluido El beso, de 1927, en el que el poeta representa de forma m¨¢s que patente su tristeza por el rechazo de Dal¨ª. Del pintor se exhibe un retrato poco conocido de su hermana Anna Maria, realizado en 1924.
"No se trata de una exposici¨®n de arte, sino de un proyecto de car¨¢cter hist¨®rico con un fuerte componente did¨¢ctico y explicativo. Aunque no se expongan los originales, no hemos renunciado a ver obras que prefiguran el desarrollo de la relaci¨®n entre los dos artistas", afirma la comisaria de la exposici¨®n, Vinyet Panyella. Entre las obras destacan Desnudo en el agua, de 1925, en la que el sexo indeterminado del protagonista de la pieza revela las incertidumbres sexuales de Dal¨ª, y Academia neocubista, donde se pone de manifiesto el amor imposible de Lorca por Dal¨ª y de la hermana de ¨¦ste por Lorca. Tambi¨¦n se reproduce una obra actualmente desaparecida: La miel es m¨¢s dulce que la sangre, que preconiza la separaci¨®n junto a Cenicitas, de 1927, donde una venus sangrante y deforme representa el amor destruido. La ruptura se consuma un a?o m¨¢s tarde, cuando Dal¨ª destroza con una cr¨ªtica virulenta el Romancero gitano. La llegada a la vida de Dal¨ª de Luis Bu?uel, y sobre todo de Gala en 1929, acelera el proceso de alejamiento. Los dos amigos emprenden caminos distintos y, antes del asesinato de Lorca, tan s¨®lo se volver¨¢n a ver una vez en 1935. Una serie de totems reproduce las obras de Dal¨ª en las que se hace patente el recuerdo del poeta, desde El enigma sin fin de 1938 hasta el Torero alucin¨®geno de 1970. "Dal¨ª que siempre hab¨ªa pintado Lorca con los ojos cerrados, a partir de su muerte empieza a retratarle con los ojos abiertos", apunta Panyella.
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