Hay motivo, pero?
Pero ?qu¨¦ te propones? ?No! ?No y no! Por lo que m¨¢s quieras, no lo hagas. Aparta tus manos, m¨¦tetelas en los bolsillos, en las partes, donde sea, pero al¨¦jalas de la tentaci¨®n. ?Vas a echarlo todo por la borda precisamente ahora? ?Tantas horas de sacrificio? ?Semejante r¨¦cord de estoicismo, de contenci¨®n, de autocontrol? ?Atr¨¢s, ni se te ocurra! ?Ni lo toques! Tienes motivos, lo s¨¦. El mundo apesta.
Y, sin embargo, amados lectores y lectoras que hab¨¦is dejado el vicio funesto, no pod¨¦is daros por vencidos. Ni pensar en volver a fumar.
George W. Bush y su camarilla no pueden apuntarse tambi¨¦n esta victoria sobre vuestra salud. En cuanto a daros a la bebida: comprendo que la visi¨®n de lo que son capaces de hacer los Sobrios del Partido del Bienestar para Unos Pocos os empuje con fuerza hacia la botella (en adelante, para evitar temibles malentendidos, frasco) y sus cantos de sirena. Mas no y mil veces no. La que se nos viene debe mantenernos alerta y en las mejores condiciones de lucidez posibles.
?nimo, fortaleza, entereza. Que no se diga que somos unos disolutos. Y sobre todo: no nos disolvamos. Ahora m¨¢s que nunca vamos a necesitar estar derechos, mantenernos s¨®lidos, afirmar nuestra unidad, nuestra defensa un¨¢nime y sin fisuras de los valores que defendimos en la calle y en las urnas (la verdad por encima de todo, la paz), y que cambiaron el Gobierno de este pa¨ªs.
Ni volv¨¢is a fumar ni os dej¨¦is enga?ar por quienes, abrumados por el ¨¦xito del Amo del Mundo Total, se apresuran a aceptar que la mierda es buena s¨®lo porque millones de moscas acuden a su apestosa llamada. Admito que, en adelante, ponerse del lado del triunfador va a resultar m¨¢s rentable. Pero pensad que no estamos solos. Jodidos s¨ª, pero no solos.
Y tenemos un Gobierno (espero, deseo, hay que decirle que no se equivoque, que no se doblegue) dedicado a cultivar ideas distintas de las que el Nuevo Orden pretende imponer.
Lo s¨¦, va a resultar dif¨ªcil. Sin embargo, ?aparta tu mente del horrendo camino de vuelta, y los pies de la senda que conduce al estanco! Recuerda aquellos despertares plagados de toses, esputos, raspar de tr¨¢quea, espesa lengua y paladar atestado de humores. Recuerda la piel mate, el sabor amargo de los alimentos, la cara que pon¨ªa tu abstemia pareja cada vez que os dabais un beso con lengua. Recuerda lo que fue el primer mes sin fumar, recuerda c¨®mo, al tercero, estuviste a punto de caer, cuando pasaron Casablanca en la tele y, al ver a todos los actores prender un cigarrillo tras otro, te echaste a llorar como si hubieras perdido a un verdadero amigo, cuando en realidad hab¨ªas hecho algo mucho mejor: dejar de enriquecer con tu vicio a las marcas de tabaco que se dedican a engancharnos, y cuyo comportamiento industrial resulta a¨²n m¨¢s repugnante cuanto m¨¢s se dirige al Tercer Mundo.
Recuerda, desde luego, a la gente que amamos y que ha muerto por culpa de su adicci¨®n al tabaco, gente que era buena y que ahora nos ser¨ªa m¨¢s necesaria que nunca.
Porque ser¨¢ preciso pensar, ser¨¢ importante responder, ser¨¢ indispensable no dejarse achantar. Y, queridos, en caso de manifestaciones multitudinarias (pongamos para defender nuestros valores morales: libertad, igualdad, fraternidad; sin ir m¨¢s lejos) para responder a aquellas de signo contrario que pretendan coaccionar a la sociedad y a su libremente elegido Gobierno? En ese caso, amigos, ser¨¢ mejor que tengamos los pulmones en buen estado, porque los largos recorridos a paso lento son muy matadores. Y las claras consignas ("No te metas en mi vida, que yo no me meto en la tuya", por ejemplo) tienen que ser voceadas bien alto y bien claro.
Ya s¨¦ que es muy fuerte, que estamos asistiendo a un cap¨ªtulo bronco y oscuro de la historia humana, un viento primario de conquista que amaga con devolvernos a la caverna. Y se te va la mano, lo s¨¦, se te va la mano cuando alguien cerca de ti saca una cajetilla; y hay noches que, ante las noticias (o lo que nos llega y llaman noticias), dedicar¨ªas al frasco mayor atenci¨®n de la que merece.
Ni se te ocurra. No estamos solos. Ni siquiera en el pa¨ªs del Amo del Mundo.
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