Marco Grossi, el hombre detr¨¢s del ¨¦xito de iLovePDF

Leer el siguiente texto hasta el final puede llevar unos 10 minutos. En ese tiempo, 300.000 personas habr¨¢n entrado en iLovepdf.com para cortar, unir, comprimir o cualquier otra tarea con un documento en formato PDF. La mayor¨ªa de esos usuarios no habr¨¢n pagado por utilizar esta herramienta r¨¢pida y democr¨¢tica que invent¨® un discreto joven llamado Marco Grossi (Barcelona, 39 a?os) que va cada ma?ana a trabajar en bicicleta con la intenci¨®n de poder jubilarse alg¨²n d¨ªa en su propia empresa en Barcelona.

¡°No tenemos ning¨²n inversor detr¨¢s, nunca lo hemos tenido y tampoco lo buscamos¡±, advierte Grossi. ?Pero nunca ha recibido ofertas por una web que est¨¢ entre las 50 m¨¢s visitadas del mundo? ¡°La verdad es que nunca tuve alma de emprendedor. Las propuestas de compra ni las abro porque s¨¦ c¨®mo terminan. A m¨ª lo que me hace feliz es venir en bici a trabajar y encontrarme con el equipo en la oficina. Ojal¨¢ nunca me tenga que plantear vender¡±. Grossi trabaj¨® solo en su casa hasta 2017. Cuando el monstruo creci¨® tanto (entre 200.000 y 300.000 visitas diarias), tuvo que contratar al primer empleado, un compa?ero de su propia universidad. Mantiene ocultas las cifras de negocio actuales de su empresa pero paga las n¨®minas de 43 personas y apenas da entrevistas.

El origen de la idea se remonta a 2010, cuando este graduado en Dise?o de padre italiano y madre catalana necesitaba cortar y pegar un PDF. ¡°Me di cuenta de que era una labor muy sencilla y que en realidad lo pod¨ªa crear yo mismo¡±. As¨ª se cre¨® iLovepdf.com, una web que compite en la clasificaci¨®n de los sitios de internet m¨¢s visitados del mundo, con 150 millones de visitas en octubre de 2024, en el lugar 34?, un puesto por debajo de Wikipedia en Rusia y un puesto por encima de Amazon en la India, seg¨²n datos del portal de Singapur ahrefs.com.

¡°Mucha gente cree que el nombre y el logo es mejorable, pero¡­ ?a que lo recuerdas?¡±, comenta en una entrevista v¨ªa Google Meet. Durante unos a?os compagin¨® el desarrollo de su web para solucionar problemas con los pdf con su trabajo de aut¨®nomo como dise?ador de p¨¢ginas web. ¡°Estudi¨¦ el grado de Multimedia y Fotograf¨ªa en la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, mi padre es de Mil¨¢n. Vino a Barcelona con 20 a?os y conoci¨® a mi madre, que es de aqu¨ª, y empez¨® a dise?ar webs en los a?os noventa. Yo nac¨ª en Barcelona aunque estudi¨¦ en la escuela italiana¡±.

Es sorprendente la humildad de este emprendedor en el actual ecosistema empresarial de las apps y empresas digitales, donde el culto a la egolatr¨ªa de los CEO, las extravagancias, llamadas de atenci¨®n de inversores y palabrer¨ªa en busca de pelotazos capitalistas es la moneda com¨²n. Grossi sostiene su fe en desarrollar ¡°un buen producto gratuito¡±.

¡°No puedo entender que iLovepdf sea una herramienta gratuita. Es tal vez uno de los mejores inventos de la historia despu¨¦s de la rueda, el aire acondicionado y la penicilina¡±, dice un tuit de agosto de 2023 de Mariano Heller, abogado y actual secretario de planificaci¨®n del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Aut¨®noma de Buenos Aires. De vez en cuando, el rostro de Grossi, visible en su perfil de LinkedIn y poco m¨¢s, se hace viral en X gracias a memes que le presentan como el mes¨ªas que cre¨® una herramienta como iLovepdf que tantos quebraderos de cabeza soluciona. ¡°S¨ª, a veces lo veo, y agradecemos el cari?o, pero de verdad que por eso casi no doy entrevistas, me gusta llevar mi vida normal sin personalismos. Por ejemplo, nuestro crecimiento empresarial es sostenido. Nunca nos pasar¨¢ aquello de una empresa que un a?o contrata a 200 personas y luego tiene que cerrar. El a?o que m¨¢s hemos contratado ha sido a 10 personas y la rotaci¨®n es muy baja¡±, apunta.

Entre el 80% y el 90% de los ingresos de iLovepdf son de las suscripciones premium que ofrecen sobre todo a empresas. Apenas tienen un banner de publicidad que cubre el resto de los ingresos. La suscripci¨®n de pago por cuatro euros al mes incluye la posibilidad de usar sus herramientas sin estar conectado, soporte t¨¦cnico y la conversi¨®n de un PDF a Word con una herramienta de reconocimiento de imagen. ¡°En realidad, la capa gratuita le sirve al 99,9% de la gente que nos utiliza y seguir¨¢ siendo as¨ª. Pero desde hace un par de a?os tenemos un equipo de cinco personas de ventas para empresas¡±, a?ade.

Uno de los mayores temores de los usuarios ante las soluciones digitales gratuitas es la seguridad de los archivos y la transparencia en el uso de los datos. ¡°Todos los PDF se eliminan a las dos horas. Nadie puede acceder a ellos. Nosotros sabemos que ha habido un uso de ese archivo pdf, pero no podemos entrar. Adem¨¢s, tenemos la certificaci¨®n ISO 27001 y pasamos varias auditor¨ªas internas y externas de seguridad, que no es lo mismo que decir simplemente de palabra que es seguro usar iLovepdf¡±, explica.

En 1982 naci¨® en California una empresa fundada por un matem¨¢tico obsesionado con solucionar un gran problema inform¨¢tico: c¨®mo conseguir imprimir lo mismo que aparece en la pantalla. El doctor John Warnock finalmente lo logr¨® en 1991 inventando una herramienta que permit¨ªa que las pantallas pasaran a las impresoras. Llam¨® a su idea Camelot, para un a?o despu¨¦s patentar el PDF (portable document format). Warnock y su socio, Chuck Geschke, fundaron Adobe Systems, adoptando el nombre del arroyo junto a su casa en Palo Alto. Durante d¨¦cadas crearon un gigante empresarial de manera discreta rodeados de personalidades mesi¨¢nicas como Steve Jobs o Bill Gates.

Marco Grossi cree que ¡°el pdf seguir¨¢ existiendo como formato est¨¢ndar a corto y medio plazo porque de momento la IA [que podr¨ªa inventar una competencia directa] no est¨¢ en esto¡±. Su versi¨®n para im¨¢genes, ?iLoveimg.com, crece tambi¨¦n a un ritmo acelerad¨ªsimo y con su pedaleo firme y constante espera seguir innovando con su herramienta gratuita, mantener su equipo de trabajo y practicar deporte al aire libre para desconectar de las pantallas. ¡°La manera en la que internet afecta a las personas, sobre todo en las redes sociales, ha ido a peor. La mente humana no est¨¢ preparada para estar tan conectada. Se puede decir que yo vivo de esto, de internet, pero se trata de una herramienta que te facilita el trabajo. Creo que nos tenemos que readaptar a c¨®mo enfocamos la sociedad para no verla a trav¨¦s de Instagram¡±.