Espectacular lanzamiento de 'Encore', el nuevo y provocador disco de Eminem
Sale con 5,5 millones de ejemplares y una h¨¢bil campa?a contra Bush y Michael Jackson
Eminen, la sensaci¨®n blanca del rap, tiene ya nuevo disco en la calle, el sexto en su discograf¨ªa si se cuenta la banda sonora del filme 8 millas, con la que obtuvo un Oscar por su tema central, Lose yourself. Con cinco millones y medio de ejemplares para todo el mundo, el nuevo ¨¢lbum, Encore (que aqu¨ª se podr¨ªa traducir como Bis), entr¨® directo en los primeros puestos de las listas de ventas en los pa¨ªses en los que se adelant¨® su lanzamiento. Pero, como no pod¨ªa ser menos, la pol¨¦mica, m¨¢s o menos instrumentalizada por el marketing que rodea al artista, se ha visto atizada por dos temas que han encrespado a la puritana sociedad estadounidense y puesto en guardia al mism¨ªsimo Michael Jackson.
Dos canciones han tenido la culpa de este inicio fulgurante merced a sendos esc¨¢ndalos. La primera, Mosh, por su ataque directo y nada pol¨ªticamente correcto contra el presidente Bush y la guerra de Irak. El v¨ªdeo correspondiente, hecho en dibujos animados, supone una invectiva frontal rimada en textos como "No m¨¢s sangre por petr¨®leo, tenemos nuestras propias batallas que ganar. No m¨¢s guerra psicol¨®gica para enga?arnos y hacernos pensar que no somos leales". O bien, y para que no haya dudas: "Reb¨¦late, vamos a dej¨¢rselo claro. Pisotea, empuja, machaca, jode a Bush hasta que traigan a nuestras tropas a casa".
El otro motivo de pol¨¦mica es el escarnio que Eminem, nacido como Marshall Bruce Mathers en Kansas City en 1973, hace de Michael Jackson, inmerso en un proceso por pederastia, a trav¨¦s de una canci¨®n y un v¨ªdeo que, entre otras escenas par¨®dicas, concluye con unos ni?os que saltan alegremente en una cama en la que un Eminem disfrazado del peque?o de los Jackson -pero tambi¨¦n a lo largo del tema de MC Hammer, Madonna o Pee Wee Herman, con peluca ardiendo incluida- trata de recolocarse la nariz que se le ha ca¨ªdo al suelo. Parece ser que la broma del m¨¢s popular de los raperos blancos sent¨® mal a Michael. La respuesta vino entonces en forma de amenaza con acciones legales y provocando de hecho que el v¨ªdeo de Just lose it, que as¨ª se llama la canci¨®n, fuera retirado de la parrilla de la emisora BET (Black Entertainment Television), de Los ?ngeles, a causa de las quejas del propio Jackson, quien llam¨® "desolado" a un programa en directo de m¨¢xima audiencia para quejarse de la ofensa de Eminem y, en un plano m¨¢s general, del tratamiento que, seg¨²n Jacko, ¨¦ste daba a la comunidad negra. El resultado ha sido una campa?a por parte de la emisora para que el v¨ªdeo sea tambi¨¦n retirado de MTV y VH1. Fiel a su estilo, el rapero ni se inmut¨®, y en un comunicado posterior se limit¨® a lamentar la prohibici¨®n y a anunciar, de paso, la fecha de salida del nuevo ¨¢lbum en todo el mundo.
Broncas y chusquedades aparte -y ya es dif¨ªcil imaginarlo-, Eminen parece abonado a la maquinaria del ¨¦xito imparable con un disco que bien podr¨ªa ser producto del mejor laboratorio de mercadotecnia musical. Indudablemente pensado para la mentalidad blanca y, sobre todo, para calar hondo en el coraz¨®n de los adolescentes, que son quienes en todo el mundo mejor comprenden y comparten la brutal manera que tiene Eminem de rebelarse, el disco sigue manteniendo las claves de estilo intactas, de manera que el p¨²blico negro, aun desconfiando del hecho de que la industria pretende hacerlo pasar a la historia como una especie de Elvis del hip-hop, reconocen que como rimador y ejecutor de sus letras es t¨¦cnicamente un rapero con un inmenso talento. En ello tiene que ver notablemente el hecho de que su productor sea Dr. Dre, personaje de color cuya importancia en el g¨¦nero quiz¨¢ sea comparable a la de Phil Spector en el ¨¢mbito del rock. Es por ello que las bases musicales, escuchadas aparte de la voz, tengan tambi¨¦n una musicalidad excepcional y muy original.
Sea cual sea la raz¨®n, Eminem sigue provocando los m¨¢s rabiosos y contrapuestos comentarios a favor y en contra, mientras sonr¨ªe desde la portada de Encore, en un escenario asomado a un patio de butacas lleno. Unas tablas en las que Eminem se erige en primera y ¨²nica figura del espect¨¢culo, saludando a un elegante p¨²blico que le aplaude, mientras oculta una pistola que, en otra foto interior, terminar¨¢ llev¨¢ndose a la boca.
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