El Celtic inutiliza al Bar?a
Los azulgrana no pasan del empate en el Camp Nou ante el f¨²tbol primitivo del equipo escoc¨¦s
El Barcelona m¨¢s moderno no pudo con el primitivo Celtic. Muy distra¨ªdos, y puede que m¨¢s chulos que competitivos, los azulgrana no encontraron la manera de someter a los verdiblancos, que un a?o m¨¢s salieron muy contentos del Camp Nou. El empate s¨®lo le vale al Bar?a para firmar la clasificaci¨®n para los octavos por detr¨¢s del Milan. El resultado sancion¨® m¨¢s que nada la incapacidad barcelonista para darle vida a un partido que el Celtic mantuvo en tiempo muerto. Entre desenchufado y dormido, el equipo de Rijkaard se contagi¨® del muermo verdiblanco. Al fin y al cabo, la jornada fue como anunciaba el programa, el mejor homenaje al lesionado Larsson, a?orado por unos y extra?ado por otros, animado por todos.
BARCELONA 1 - CELTIC 1
Barcelona: Vald¨¦s; Belletti, Puyol, Oleguer, Sylvinho (Gio Van Bronckhorst, m.46); M¨¢rquez, Xavi, Deco; Giuly (Iniesta, m.60) Ronaldinho y Eto'o.
Celtic: Hedman; Agathe, Valgaeren, Varga (Camara, m.64), Balde, McNamara; Petrov, Sutton, Lennon, Thompson (Wallace, m.85); y Hartson.
Goles: 1-0, m.24. Ronaldindho pasa a Eto'o, ¨¦ste combina con Deco que devuele el bal¨®n al camerun¨¦s para que bata de un tiro potente y raso a Hedman.
1-1, m.44. Petrov saca, en la banda derecha, una falta, Varga peina el bal¨®n y Hartson empalma a la red.
?rbitro: Lubos Michel, Eslovaquia. Amonest¨® a Lennon y M¨¢rquez.
80.000 espectadores en el Camp Nou.
El equipo de Rijkaard logra el pase a octavos de final pero se complica ser primero de grupo
Privado de Larsson, el Celtic es como la cerveza sin alcohol. Aunque muy fuerte f¨ªsicamente, le falta f¨²tbol y gol y, de alguna manera, se ha vuelto muy pesado y algo desagradable, tambi¨¦n en la grada, por donde su hinchada se despliega como Pedro por su casa, como si la mejor de las sonrisas alcanzara para ganarse la localidad m¨¢s vistosa sin atender a los n¨²meros de los asientos ni otras obligaciones. Los muchachos de O?Neill intentaron ganar ahora los partidos por eliminaci¨®n, y ayer sus marcas individuales y defensa en bloque acabaron pesando m¨¢s que el juego colectivo de los azulgrana, muy despistados.
Perseguido por Valgaeren, Ronaldinho jug¨® m¨¢s con las manos que con los pies durante un cuarto de hora largo. Los aspavientos del brasile?o, tan quejoso con la marca como disgustado porque el ¨¢rbitro no le hac¨ªa ni caso, fueron tan apreciables como los braceos de Eto'o frente a Balde. No es que el Barcelona se espantara por la fiereza del Celtic sino que se concedi¨® un tiempo antes de afrontar propiamente el partido. Los azulgrana miraban a los escoceses desde la distancia, sin presi¨®n y tensi¨®n, y la noche no pintaba nada bien.
A nadie parec¨ªa apetecerle el encuentro. De la salida apresurada ante el Madrid se pas¨® a no arrancar frente al Celtic. El Camp Nou parec¨ªa una pista de autochoques hasta que se arranc¨® Giuly y se present¨® ante Hedman. El franc¨¦s movi¨® el partido y, acto seguido, marc¨® el Barcelona en una acci¨®n que pill¨® a la zaga verdiblanca con la cerveza en la mano. Ronaldinho sac¨® un falta con picard¨ªa, pr¨¢cticamente sin detener la pelota, Eto'o recibi¨®, tir¨® una buena pared con Deco y remat¨® a la red. El gol del camerun¨¦s anunci¨® un cuarto de hora de buen f¨²tbol, presidido sobre todo por los gestos t¨¦cnicos, a veces incluso sobredimensionados, m¨¢s propios del circo que del f¨²tbol.
Los azulgrana le pusieron un punto de velocidad al partido y se ganaron unas cuantas ocasiones. Demasiado relajados, seguramente por un exceso de confianza, desviaron el tiro y no atinaron a cerrar la contienda. La falta de punter¨ªa, especialmente por parte de Eto'o, le oblig¨® a recomenzar el partido despu¨¦s del descanso porque Hartson empat¨® en un libre indirecto botado por Petrov y peinado al segundo palo por el central Varga. Pese a que el ariete remat¨® en posici¨®n de fuera de juego, el gol castig¨® la falta de concentraci¨®n del Bar?a, que defendi¨® mal la falta, a¨²n cuando sab¨ªa que toda la munici¨®n del Celtic proced¨ªa de las jugadas a bal¨®n parado, m¨¢s que nada por su fortaleza a¨¦rea.
El Barcelona se vio nuevamente en la obligaci¨®n de buscar la porter¨ªa para desequilibrar el partido por su concesi¨®n defensiva y el Celtic se anim¨® con el empate. No es que los escoceses pidieran la pelota sino que presionaron su salida desde la porter¨ªa de Vald¨¦s y le complicaron la vida a los azulgrana, que no supieron administrar energ¨ªas y regalarse una jornada c¨®moda. Apareci¨® de pronto un Barcelona lento y err¨¢tico, sobre todo en la l¨ªnea de pase, poco puesto en el encuentro, falto de chispa, expuesto a cualquier sobresalto.
No le qued¨® m¨¢s remedio a Rijkaard que recurrir al banquillo y darle cancha al liviano Iniesta, un futbolista singular, capaz de avivar el choque, de cambiar la marcha de su equipo, de resolver el empacho futbol¨ªstico. Aguant¨® el Celtic otro buen rato, porque siempre avent¨® el cuero a cambio de asegurarse una buena organizaci¨®n defensiva y tambi¨¦n porque al Barcelona le faltaba ritmo y aire. Despreciaba a menudo las bandas, no trabajaba los espacios ni abr¨ªa el campo y la pelota corr¨ªa poco y tarde. No atinaba siquiera a generar una oportunidad de gol, y el cansancio jugaba a favor del Celtic. El transcurrir de los minutos confirm¨® el absentismo y esterilidad azulgrana frente al vigor verdiblanco. No hay manera de ganar a un equipo escoc¨¦s en el Camp Nou. Al Barcelona parece que empiezan a pesarle los partidos y, sobre todo, a molestarle los equipos que m¨¢s que desafiarle se dedican a inutilizarle.
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