La polic¨ªa inform¨® en 2001 al Gobierno del decomiso de Goma 2 en Asturias
Los agentes hallaron la dinamita en un garaje de Trashorras y Toro, presuntos implicados en el 11-M
La polic¨ªa de Gij¨®n inform¨® el 31 de julio de 2001 a la entonces delegada del Gobierno en Asturias, Mercedes Fern¨¢ndez, del decomiso durante la Operaci¨®n Pipol de 16 cartuchos de goma 2 y 94 detonadores en un garaje propiedad de Antonio Toro -recientemente interrogado por el juez por su presunta implicaci¨®n en el 11-M-, Emilio Su¨¢rez Trashorras -en prisi¨®n por haber sido presuntamente uno de los suministradores de los explosivos usadoss por los islamistas en los atentados de Madrid- y Jos¨¦ Ignacio Fern¨¢ndez D¨ªaz, Nayo. La dinamita fue destruida unos d¨ªas m¨¢s tarde, con autorizaci¨®n judicial porque se encontraba "en mal estado y exudando". No obstante, antes de la destrucci¨®n, los agentes hicieron un informe con fotograf¨ªas sobre los explosivos.
Los detenidos se negaron a declarar en comisar¨ªa y fueron llevados ante el juez
La red suministraba coca¨ªna "a la inmensa mayor¨ªa de traficantes" de Asturias
El comisario jefe de Gij¨®n, Jos¨¦ Villar del Saz, firma el documento que fue dirigido personalmente a la delegada del Gobierno, a fin de que d¨¦ el visto bueno a la nota de prensa elaborada por la polic¨ªa sobre una "operaci¨®n contra el tr¨¢fico de estupefacientes". En todo momento se habla de tr¨¢fico de drogas, principalmente coca¨ªna, que este grupo se dedicaba a distribuir "a la inmensa mayor¨ªa de los traficantes de la comunidad".
La nota destaca lo laboriosa que result¨® la operaci¨®n, "dada la gran cantidad de controles y vigilancias a realizar" -incluidas las de Toro, Trashorras y El Nayo- y las dificultades que puso para su seguimiento Laurencio Casta?o Garc¨ªa, apodado Charly y el Comandante, que era polic¨ªa local de San Mart¨ªn del Rey Aurelio.
En la comunicaci¨®n enviada a la delegada se escribe en negrita y letra may¨²scula que entre los elementos incautados se encuentran la dinamita y los detonadores. La nota fue revisada y distribuida a la prensa ese mismo d¨ªa, a pesar de que la operaci¨®n se hab¨ªa desarrollado d¨ªas antes, concretamente el 25 de julio de 2001.
Los agentes efectuaron 13 registros domiciliarios, entre ellos el garaje que Trashorras, Toro y El Nayo ten¨ªan alquilado en el n¨²mero 5 de la calle Eloy Fern¨¢ndez Carabera de Avil¨¦s. Los tres fueron detenidos pero se negaron a prestar declaraci¨®n ante la polic¨ªa, que los puso a disposici¨®n de la autoridad judicial. Toro estuvo en la c¨¢rcel hasta diciembre de ese a?o, El Nayo sigui¨® algo m¨¢s de tiempo y Trashorras fue captado en oto?o como confidente del jefe del grupo de Estupefacientes de Avil¨¦s, Manuel Garc¨ªa Rodr¨ªguez.
Los explosivos, no obstante, tuvieron una corta vida. El 25 de julio, la dinamita y los detonadores fueron trasladados a las dependencias del Tedax, "debido a la peligrosidad de su almacenaje indebido", pero segu¨ªan estando a disposici¨®n del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Gij¨®n, seg¨²n certifica Manuel Garc¨ªa Rodr¨ªguez como instructor del expediente policial.
Dos d¨ªas despu¨¦s, la polic¨ªa le envi¨® otro escrito al juez en el que le inform¨® de que ten¨ªa en su poder "16 cartuchos de dinamita industrial denominada goma 2 ECO de una medida de 26 por 200 mil¨ªmetros y 94 detonadores el¨¦ctricos industriales sensibles de retardo de 500 milisegundos, con marca de fabricaci¨®n UEB", explosivos cuya posesi¨®n adjudica a Antonio Toro.
El escrito dice que el equipo de desactivaci¨®n est¨¢ preocupado por los cartuchos, que "est¨¢n en mal estado y exudando bastante, por lo que ser¨ªa conveniente proceder a su destrucci¨®n dada su inestabilidad". La nota de 27 de julio contin¨²a: "Le significo que se ha hecho un reportaje fotogr¨¢fico del material explosivo intervenido, as¨ª como sus envoltorios, anot¨¢ndose los lotes correspondientes y de uno de ellos, el que estaba en mejor estado, se han estado tomando muestras que se han remitido al laboratorio central de Madrid para su an¨¢lisis". Los explosivos siguieron as¨ª hasta que, el 6 de agosto de 2001, el juez Juan Laborda contest¨® con una providencia en la que inform¨® a la polic¨ªa de que "acuerda acceder a la petici¨®n de destrucci¨®n de los 16 cartuchos de dinamita y detonadores el¨¦ctricos industriales intervenidos a Antonio Toro Castro".
D¨ªas despu¨¦s de que se destruyera la dinamita, el confidente Javier Villaz¨®n Lavandera, Lavandero, telefone¨® a la Guardia Civil para informar de que ten¨ªa algo que contar. El 28 de agosto de 2001, Lavandero se entrevist¨® con el agente de Informaci¨®n del instituto armado Jes¨²s Mar¨ªa Campillo, a quien le cont¨® los trapicheos de Toro y Trashorras y le inform¨® de que el segundo le hab¨ªa preguntado si conoc¨ªa a alguien que supiera montar bombas con tel¨¦fonos m¨®viles. Lavandero le dijo al agente que ¨¦l, por haber estado en las fuerzas especiales, ya sab¨ªa c¨®mo conectar el vibrador de un tel¨¦fono m¨®vil a una bomba para hacerla estallar.
Esa conversaci¨®n fue grabada en cinta magnetof¨®nica por Campillo, quien en su informe operativo, seg¨²n todos los mandos que han comparecido en la comisi¨®n de investigaci¨®n del Congreso sobre el 11-M, no reflej¨® el detalle de los tel¨¦fonos m¨®viles. Esa cinta estuvo en paradero desconocido hasta que fue encontrada casualmente en el puesto de Cancienes por el guardia David Robles. ?ste la retuvo hasta el 16 de octubre de este a?o, cuando la entreg¨® a sus superiores tras escuchar la comparecencia en el Congreso de sus m¨¢ximos jefes en Asturias.
La confidencia dio lugar a la apertura por parte de la Guardia Civil de la Operaci¨®n Serpiente, que no dio resultado alguno, entre otros motivos porque algunos de los principales sospechosos se encontraban en prisi¨®n en ese momento. El pasado jueves comenzaron las comparecencias en la fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Asturias para determinar si hubo obstrucci¨®n a la justicia por no haberle informado de citada grabaci¨®n.
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