?Le cabe a Sharon la paz en la cabeza?
La preponderancia informativa universal de los medios de comunicaci¨®n norteamericanos ha logrado trasladar el debate sobre la paz en Oriente Pr¨®ximo casi exclusivamente al campo palestino. Seg¨²n esa visi¨®n de las cosas, s¨®lo de Yasir Arafat depend¨ªa que hubiera sosiego en el ¨¢rea; y como el ya fallecido presidente de la Autoridad Palestina no acept¨® la soluci¨®n que le ofrec¨ªa Ehud Barak, fue declarado por Israel y EE UU negociador non grato. El hecho de que el rais pidiera la aplicaci¨®n de las resoluciones de la ONU sobre la retirada de los territorios y que su n¨¦mesis, el jefe de Gobierno jud¨ªo, Ariel Sharon, las ignorase a conciencia era irrelevante. Arafat no quer¨ªa la paz.
La firma, sin embargo, de cualquier documento que pudiera poner fin al conflicto depende hoy casi exclusivamente del l¨ªder israel¨ª, porque su pol¨ªtica de tierra quemada, asesinato selectivo y represalia masiva ha surtido efecto y la direcci¨®n palestina, a cuyo frente se hallar¨¢ tras las elecciones del 9 de enero, presumiblemente, Mahmud Abas, se conformar¨¢ con bastante menos de lo que rechaz¨® Arafat en Camp David, en julio de 2000. ?Cu¨¢les son, entonces, esos par¨¢metros de paz, que estar¨ªa dispuesta a aceptar una nueva Autoridad Palestina?
1) Retirada de Gaza, lo que ya asume Sharon; 2) evacuaci¨®n de un n¨²mero muy reducido de colonias en Cisjordania, de forma que la gran mayor¨ªa de los 200.000 colonos israel¨ªes pueda permanecer in situ, abandonando a su anexi¨®n por el Estado jud¨ªo cerca de un 10% del territorio; 3) compensaci¨®n simb¨®lica israel¨ª, con la transferencia de zonas contiguas a la franja, m¨¢s un corredor que uniera Gaza y Cisjordania, de forma que todo ello constituyese una unidad territorial continua; 4) Estado palestino, desarmado y bajo control militar israel¨ª por tierra, mar y aire; 5) conversi¨®n de alg¨²n barrio perif¨¦rico de Jerusal¨¦n, de poblaci¨®n muy mayoritariamente ¨¢rabe, en capital de ese Estado, as¨ª como pase a soberan¨ªa palestina o internacionalizaci¨®n de la explanada de las mezquitas en la Ciudad Vieja; y 6) renuncia a la repatriaci¨®n de los millones de desplazados por las guerras ¨¢rabe-israel¨ªes. Todo un chollo, que hace caso omiso a medio siglo de reivindicaciones palestinas, pero que recuerda casi al pie de la letra lo que, a la firma de los acuerdos de autonom¨ªa, en septiembre de 1993, el entonces ministro de Exteriores israel¨ª, Sim¨®n Peres, le dijo a la oreja a Arafat, que la OLP obtendr¨ªa a cambio de la paz.
Y el gran obst¨¢culo que se opone a la firma de un acuerdo final es la antropolog¨ªa, las promesas, la marm¨®rea figura de Ariel Sharon. ?A qui¨¦n preferir¨¢ ser fiel el nacionalista israel¨ª? ?A un pasado inamovible o a un futuro por construir? Ese pasado le hac¨ªa decir s¨®lo hace unos meses que en un acuerdo de paz, Israel retendr¨ªa m¨¢s de la mitad de los 5.800 kil¨®metros de Cisjordania, lo que obligar¨ªa, por a?adidura, a los palestinos a conformarse con un territorio moteado como piel de leopardo, dividido en gran n¨²mero de cantones; igualmente, Sharon exclu¨ªa toda retirada de Jerusal¨¦n-Este, o de la Ciudad Vieja; se ofend¨ªa si le preguntaban por la repatriaci¨®n de los refugiados palestinos; y, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, todo ello s¨®lo le resultaba concebible despu¨¦s de que cesara el terrorismo palestino, preferentemente porque la propia Autoridad Palestina hubiera liquidado f¨ªsicamente a los militantes radicales.
S¨®lo si Sharon se aviniera a pagar ese modest¨ªsimo precio por la paz -anexionar ¨²nicamente la parte de Cisjordania que los colonos ocupan ya- se sabr¨ªa qu¨¦ fuerza desmovilizadora ejercer¨ªa la fundaci¨®n del Estado palestino sobre el terrorismo; cu¨¢ntos partidarios del terror le quedar¨ªan entonces a Ham¨¢s y la Yihad, y parece dif¨ªcil que, tras la firma de una paz definitiva, la AP pudiera negarse a masacrar a sus propios disidentes.
El gran periodista del diario israel¨ª Haaretz, Gideon Levy, afirma que, a la postre, es Sharon quien se ha salido con la suya, porque ha sabido hacer tan insufrible la vida al pueblo palestino, que los sucesores de Arafat piden hoy que se les permita taparse las verg¨¹enzas para firmar casi cualquier paz. Y ¨²nicamente el ex general israel¨ª puede librarles de ello.
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