El pacto de Jerez
En pol¨ªtica hay errores que no se pueden cometer. Se trata de aquellos errores que despu¨¦s no se puede reconocer que se han cometido, porque el reconocimiento del error es peor que haber sido protagonista inicial del mismo.
De esta naturaleza es el error cometido por el PP y el PSA para repartirse por igual el gobierno del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera tras el resultado arrojado por las urnas en las ¨²ltimas elecciones municipales. De acuerdo con el tenor literal del pacto dado a conocer p¨²blicamente, el PP ocupar¨ªa la alcald¨ªa durante los dos primeros a?os del mandato y el PSA la ocupar¨ªa los dos ¨²ltimos. Sin embargo, a medida que se aproxima la fecha en que Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa Pelayo tendr¨ªa que dejar que Pedro Pacheco pasara a ser alcalde de Jerez, han aparecido las resistencias a cumplir lo pactado, justific¨¢ndose dichas resistencias en que hubo un "pacto secreto" de acuerdo con el cual ser¨ªa la edil del PP la que permanecer¨ªa los cuatro a?os al frente del Ayuntamiento.
La apelaci¨®n a un pacto secreto para justificar lo injustificable aumenta la falta de credibilidad del PP
No s¨¦ si hubo pacto secreto o no lo hubo. El PP dice que s¨ª y el PSA dice que no. Pero esto es completamente irrelevante. Un pacto secreto en pol¨ªtica no existe, aunque exista, porque no se puede reconocer que existe. El pacto secreto no es incompatible con tal o cual precepto jur¨ªdico, sino que es incompatible con las premisas en las que descasa la actividad pol¨ªtica representativa en todas sus formas de manifestaci¨®n en todo Estado constitucional digno de tal nombre.
El poder pol¨ªtico en el Estado constitucional es un poder constitutivamente representativo por dos motivos:
1? Porque se produce la separaci¨®n del poder pol¨ªtico de la propiedad privada. El poder no es de nadie, por mucha que sea su propiedad. Justamente por eso, porque el poder no es de nadie, tiene que ser de todos. Y como no es posible que todos puedan ejercerlo directamente, es necesario la introducci¨®n de mecanismos de representaci¨®n, que hagan posible que todos puedan participar en el proceso de direcci¨®n pol¨ªtica de la comunidad . Tanto desde el punto de vista de la legitimidad como de la organizabilidad t¨¦cnica del poder es necesario que los gobernantes sean representantes de los gobernados, elegidos por ¨¦stos en elecciones libres, competidas y peri¨®dicamente celebradas. La separaci¨®n del poder pol¨ªtico de la propiedad privada es lo que hace que el Estado constitucional sea un poder materialmente representativo. El proceso electoral es lo que hace que lo sea desde una perspectiva formal.
2 ? Porque los representantes que reciben su legitimidad de origen de la manifestaci¨®n de voluntad de los electores, tienen que acreditar su legitimidad de ejercicio mediante el ejercicio p¨²blico de su funci¨®n representativa. La publicidad tiene que estar presente tanto en la fase de acceso al poder como el fase de ejercicio del mismo. Un poder es leg¨ªtimo porque se accede a trav¨¦s de un proceso electoral p¨²blico y porque se ejerce despu¨¦s a traves de un proceso presidido asimismo por el principio de publicidad.
Esto es lo que signific¨® la Revoluci¨®n Francesa en la fundamentaci¨®n y el ejercicio del poder. La pol¨ªtica en el Estado constitucional es una representaci¨®n p¨²blica, en el sentido que le damos usualmente a esta expresi¨®n. Los representantes pol¨ªticos son actores que tienen que subir al escenario y desempe?ar el papel que les corresponde. Por eso el Parlamento es el centro de gravedad del sistema. El principio de publicidad es un elemento constitutivo de la pol¨ªtica en democracia.
Esta es la raz¨®n por la que el secreto no es admisible en la pol¨ªtica representativa en el Estado democr¨¢tico. Un pacto secreto es lo que los juristas llamar¨ªamos un pacto nulo de pleno de derecho. No es que no tenga ning¨²n valor, es que no puede tenerlo. Es que no se puede admitir que exista. Reconocer que se ha suscrito un pacto secreto es peor que haberlo firmado. El que lo reconoce se desacredita de manera irremediable para hacer pol¨ªtica.
Por eso no entiendo que se haya justificado la resistencia a cumplir el pacto p¨²blicamente suscrito con esta apelaci¨®n a un pacto secreto. Es verdad que este tipo de pactos no van a poder ser residenciados ante un tribunal de justicia y que, en consecuencia, no pueden ser valorados en t¨¦rminos jur¨ªdicos, sino exclusivamente pol¨ªticos. Pero el cuerpo electoral es un tribunal que dicta sentencia. Lo hace en t¨¦rminos pol¨ªticos, pero su decisi¨®n acaba teniendo efectos jur¨ªdicos. Y tengo para m¨ª que los ciudadanos que integran el cuerpo electoral y que constituir¨¢n el tribunal que tendr¨¢ que dictar sentencia en 2007 sobre el pacto suscrito por el PP y el PSA no llegar¨¢n a una conclusi¨®n distinta a la que habr¨ªa llegado un tribunal de justicia en el caso de que hubiera tenido que pronunciarse sobre tal pacto secreto.
El PP tiene un problema de credibilidad muy serio en la comunidad aut¨®noma de Andaluc¨ªa. Sus dirigentes han dicho demasiadas cosas contradictorias a lo largo de demasiado tiempo, como para que no hayan generado muchas dudas en los ciudadanos acerca de su fiablidad. No creo que tengan mayor obst¨¢culo en este momento para convertirse en opci¨®n de Gobierno en Andaluc¨ªa que su falta de credibilidad, que el escaso valor de la palabra de sus dirigentes.
La apelaci¨®n a un pacto secreto para intentar justificar lo injustificable no puede conducir sino a aumentar esa falta de credibilidad. Sobre todo, porque el pacto se suscribi¨® por iniciativa de la direcci¨®n regional del PP y ha sido sacado a relucir por miembros de dicha direcci¨®n regional. "Arenas no ve otro escenario en Jerez que no sea que Pelayo contin¨²e de alcaldesa", titulaba su informaci¨®n Abc ayer s¨¢bado. ?No hay nadie en el PP que sepa que hay cosas que no se pueden hacer y mucho menos reconocer que se han hecho?
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