Ir¨¨ne N¨¦mirovsky, una escritora resucitada
Gabriel Corte, un novelista preciosista e incapaz de pensar en otra cosa que en s¨ª mismo, la muy cat¨®lica familia Pericand que "se siente satisfecha al verse al mismo tiempo colmada de toda clase de riquezas materiales y sin embargo tan caritativa", los Michaud que huyen de Par¨ªs a pie porque todo el mundo les ha olvidado, el banquero Corbin que mientras los alemanes desfilan por Par¨ªs tiene como ¨²nica preocupaci¨®n c¨®mo evitar que su esposa le descubra con su amante... todos esos personajes y muchos otros se entrecruzan en Suite fran?aise, una novela coronada el pasado 8 de noviembre con el Premio Renaudot, obra de Ir¨¨ne N¨¦mirovsky, una escritora asesinada en Auschwitz en 1942.
En 'Suite fran?aise' retrata las mil peque?as cobard¨ªas y miserias de una poblaci¨®n errante, m¨¢s preocupada por comer o dormir que por el destino de la patria
El secretario del jurado, Andr¨¦ Brincourt, se mostr¨® en desacuerdo con sus colegas. "Los premios son para ayudar a un escritor en su carrera" y la de N¨¦mirovsky termin¨® tr¨¢gicamente hace 62 a?os. El problema es que su libro es extraordinario por muchas razones, y, entre ellas, porque evoca un momento clave de la historia francesa reciente -ese mes de junio en que las tropas de Hitler ocupan un Par¨ªs casi desierto-, porque describe con exactitud el clima moral reinante durante la Ocupaci¨®n, porque la autora es una jud¨ªa que detesta buena parte de la tradici¨®n jud¨ªa -"?eso que vosotros llam¨¢is ¨¦xito, victoria, amor u odio, yo lo llamo dinero!", escribi¨® en otra novela-, y lo es tambi¨¦n por el destino del manuscrito. La novela se publicar¨¢ en Espa?a dentro de un a?o.
Min¨²sculas historias
Suite fran?aise fue escrita "en directo", casi como una cr¨®nica de lo que iba ocurriendo, amoldando las min¨²sculas historias personales de los personajes a la gran Historia. La primera parte, titulada Temp¨ºte en juin (Tempestad en junio), cuenta el ¨¦xodo de los parisienses ante un avance germano que se les antoja incomprensible en su rapidez y eficacia. N¨¦mirovsky retrata las mil peque?as cobard¨ªas y miserias de una poblaci¨®n errante, m¨¢s preocupada por comer o dormir que por el destino de la patria. En la segunda parte -bautizada Dolce- se nos propone el retrato de un pueblo ocupado, de la cohabitaci¨®n entre civiles franceses y soldados alemanes, con una paleta muy amplia de posibilidades entre el odio y el amor.
Ir¨¨ne N¨¦mirovsky hab¨ªa nacido en Kiev, en 1903, hija de uno de los banqueros m¨¢s ricos de Rusia, L¨¦on N¨¦mirovsky. Mam¨¢ se llamaba Fa?ga, pero se hac¨ªa llamar Fanny, y nunca pretendi¨® saber lo que era el instinto maternal. El resultado es que Ir¨¨ne, ya adulta, har¨¢ expl¨ªcito en varias oportunidades el odio que sent¨ªa por una madre que no se ocup¨® de ella y dej¨® que fuese una nurse y varios profesores los que la educasen. Los veraneos de la peque?a Ir¨¨ne, por ejemplo, ve¨ªan c¨®mo la madre se instalaba en un gran hotel de la Costa Azul o de Biarritz -de ah¨ª que Ir¨¨ne, adem¨¢s de hablar ruso, ingl¨¦s, alem¨¢n, sueco y franc¨¦s, tambi¨¦n conociese el vasco- mientras la hija y el servicio se alojaban en pensiones modestas. Mientras, pap¨¢ viajaba, hac¨ªa negocios y recorr¨ªa los casinos de media Europa. En 1929, ya exiliada en Francia y convertida en escritora francesa, Ir¨¨ne N¨¦mirovsky se har¨¢ un nombre con David Golder, una novela en la que el h¨¦roe es un banquero que se parece mucho a L¨¦on. El libro tuvo una gran acogida y Julien Duvivier lo convirti¨® en una gran pel¨ªcula en 1931 protagonizada por el genial Harry Baur, un actor jud¨ªo que morir¨¢ en Par¨ªs a causa de una paliza propinada por los mismos nazis con los que colaboraba. En David Golder, el padre es inmensamente rico y odia a su esposa tanto como adora a su hija, una criatura caprichosa y fr¨ªvola.
La Revoluci¨®n sovi¨¦tica de 1917 pill¨® a los N¨¦mirovsky en su residencia de San Petersburgo y el padre quiso protegerlos reuni¨¦ndolos a todos en Mosc¨². Durante un a?o estuvieron escondidos esperando que amainase el temporal bolchevique. Ir¨¨ne ley¨® todo Oscar Wilde, Huysmans, Maupassant y el pensamiento de Plat¨®n. La Revoluci¨®n hizo p¨²blicas sus intenciones al poner precio a la cabeza de L¨¦on N¨¦mirovsky. Ya no val¨ªa la pena seguir ocult¨¢ndose, era m¨¢s prudente huir. Y disfrazados de humildes campesinos emprendieron el camino del exilio que, en 1919, les llev¨® a Francia tras pasar meses de espera en Estocolmo.
La jovenc¨ªsima Ir¨¨ne escribe relatos, cuentos y novelas antes de cumplir los 18, y en ellos ya aparece esa relaci¨®n ambivalente con el origen jud¨ªo. En Par¨ªs es amiga de Kessel, jud¨ªo como ella, pero tambi¨¦n de Brasillach, un antisemita furioso que ser¨¢ fusilado en 1945 por sus art¨ªculos incitando al odio racial. En 1926, en uno de los muchos bailes a los que asiste, conoce a Michel Epstein y lo convierte en su marido. Entre 1929 y el estallido de la II Guerra Mundial Ir¨¨ne publicar¨¢ nueve novelas, muy a menudo de inspiraci¨®n familiar. Ahora su modelo literario es Turgueniev, de quien copia la t¨¦cnica de documentaci¨®n paralela o previa a la escritura. El 3 de octubre de 1940, el Gobierno fantoche del mariscal P¨¦tain dicta un primer "estatuto del jud¨ªo" que deja a Michel Epstein sin trabajo y a Ir¨¨ne sin poder publicar, a pesar de que los dos han adoptado el catolicismo bautiz¨¢ndose en febrero de 1939. Entre 1940 y 1942, con la estrella amarilla cosida a sus ropas, Michel e Ir¨¨ne viven en un pueblecito, en Issy-l'?v¨ºque, junto a sus hijas Denise y Elisabeth. El 13 de julio, Ir¨¨ne, que el d¨ªa 11 hab¨ªa dado por acabada la Suite fran?aise y esbozado los dos vol¨²menes que iban a titularse La bataille y La lib¨¦ration, es detenida por los gendarmes, internada en un campo de concentraci¨®n franc¨¦s y enviada luego a la muerte en Alemania. Michel no admite lo que la deportaci¨®n significa. En el hotel de Issy exige cada d¨ªa que haya un plato en la mesa que indique que el regreso de Ir¨¨ne es inminente. Desesperado, escribe al mariscal P¨¦tain habl¨¢ndole de la fr¨¢gil salud de Ir¨¨ne y proponi¨¦ndose para reemplazarla en lo que ¨¦l imagina un campo de trabajo. En octubre, los gendarmes le detienen a ¨¦l, que muere en Auschwitz el 6 de noviembre de 1942, menos de tres meses despu¨¦s que su esposa.
Manuscritos en una maleta
Denise y Elisabeth tambi¨¦n son perseguidas por los gendarmes, que van a buscarlas a la escuela, pero ah¨ª topan con uno de esos peque?os gestos de hero¨ªsmo que impiden las generalizaciones sobre el colaboracionismo y Francia: la maestra esconde a las ni?as de 13 y 5 a?os en un rinc¨®n de su alcoba. Tras una serie de arriesgadas peripecias Denise y Elisabeth, siempre con un malet¨ªn repleto de los manuscritos de mam¨¢, consiguen llegar a Niza, donde vive su abuela en una gran mansi¨®n. No querr¨¢ ni tan s¨®lo abrirles la puerta, limit¨¢ndose a aconsejarlas que, "puesto que vuestros padres han muerto, deb¨¦is vivir en un orfanato". En 1989, a la muerte de Fanny, en la caja fuerte de su apartamento parisiense hab¨ªa s¨®lo dos libros -David Golder y J¨¦zabel-, en los que Ir¨¨ne presenta a una madre desalmada.
Un luto inacabable
ENTRE 1946 Y 1948 SE PUBLICAN tres libros de la desaparecida Ir¨¨ne N¨¦mirovsky, y luego, nada, un olvido progresivo, como el del Par¨ªs de entreguerras. Su hija Elisabeth Gille, que dirigir¨¢ una colecci¨®n en la editorial Deno?l, publica en 1993 Le mirador, una biograf¨ªa so?ada de mam¨¢, la biograf¨ªa imaginada por una ni?a que la ha visto por ¨²ltima vez a los cinco a?os. Denise Epstein, que hoy vive en Toulouse, al hablar de Suite fran?aise recuerda que "al principio no pude leer el manuscrito. El dolor y la c¨®lera me lo imped¨ªan. Luego, cuando lo le¨ª, no comprend¨ª enseguida que se trataba de una novela. Las anotaciones eran terribles. No me vi con ¨¢nimo de ordenar todo aquello hasta a?os m¨¢s tarde. Y entonces mi hermana y su Mirador ten¨ªan prioridad". Para Denise, el ¨¦xito del libro es "una victoria sobre el pasado, el abandono y el nazismo".
Suite fran?aise sali¨® a la calle con una tirada de 10.000 ejemplares. La revista profesional del sector -Livres Hebdo- consider¨® de inmediato que se trataba del "libro m¨¢s importante del a?o", y antes de ganar el Renaudot Deno?l ya confesaba haber vendido 25.000 libros. "Y Estados Unidos, Gran Breta?a, Canad¨¢, Australia, Alemania, Espa?a e Italia ya han adquirido los derechos de traducci¨®n. Ahora esperamos una oferta de Rusia", dice el editor.
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