Milonga
Se?or Aznar, haga usted el favor de dejar de apuntarme con la patilla de las gafas que desenvaino las Ray-Ban y la liamos. Vayamos por partes. Finalmente ha sucedido lo que ven¨ªamos anunciando, nos hemos vuelto todos locos. Se presenta un se?or armado s¨®lo con unas gafas a un duelo y casi lo gana. Y acabamos d¨¢ndole la raz¨®n a Umbral, que est¨¢ a un paso de creerse que Jos¨¦ Mar¨ªa construy¨® el monasterio de El Escorial, en lugar de alquilarlo para casar a la ni?a. Estamos dejando que nos cuenten la historia y la historia no se cuenta, se comprueba. El ex presidente, y hago hincapi¨¦ en lo de ex, que aqu¨ª algunos se piensan de veras que este se?or es el Cid y cabalga despu¨¦s de muerto, ten¨ªa y tiene s¨®lo dos opciones; o se equivoc¨® o nos enga?¨®. Negando la primera opci¨®n, deja m¨¢s que demostrada la segunda. Lo dem¨¢s son molinillos de papel, de esos que giran y giran, sin levantar nunca el vuelo.
Mientras los otros trataban de ganar las elecciones, ¨¦l trataba de no perderlas, pero no es eso lo que le hab¨ªamos preguntado o tal vez lo que deber¨ªamos haberle preguntado. El asunto fundamental es que si lo que se cuenta no se corresponde con lo que finalmente ha sucedido, estamos ante un error o una mentira, y lo que va de uno a otra es la cantidad y la calidad de la informaci¨®n de que se dispon¨ªa y c¨®mo se utiliz¨® dicha informaci¨®n. Pedro J. Ram¨ªrez puede encontrar ma?ana una bolsa de deportes con el logotipo de ETA enterrada en un valle asturiano con dos kilos de explosivos, una edici¨®n ilustrada del Cor¨¢n, (s¨¦ que tal cosa no es posible) y un tel¨¦fono m¨®vil en el que suenan los versos sat¨¢nicos de Sabino Arana en polifon¨ªa, que no convertir¨¢ el 11-M en un atentado de ETA. Otra cosa es que pueda demostrar la implicaci¨®n de ETA en el atentado, ya lo veremos, pero eso no desviar¨¢ un solo metro el rastro de sangre que llevaba a la pista isl¨¢mica, esa que Acebes y Zaplana a fuerza de no descartar estuvieron a punto de descartar del todo.
Por supuesto que queremos toda la verdad, y cuantos m¨¢s asesinos, o c¨®mplices de asesinos, caigan en esta operaci¨®n, mejor. Siempre que sean los que son y los que estaban. Pero una vez m¨¢s, no es eso lo que le estamos preguntando. Usted no es responsable del atentado -y, por favor, que alguien deje de ponerle la puerta de salida de este embrollo al alcance de la mano, equivocar la acusaci¨®n es como regalar la inocencia-, su responsabilidad pasa por la dudosa gesti¨®n de una crisis. Su responsabilidad pasa tambi¨¦n por explicar a los ciudadanos, a los vivos y a los muertos, por qu¨¦ se hacia en Irak una guerra que nadie entend¨ªa, en lugar de invertir una cantidad similar de dinero y esfuerzo en descifrar al verdadero enemigo que estaba ya operando en nuestras calles, prepar¨¢ndose para esa otra guerra que seg¨²n Bush no se iba a parecer en nada a las guerras de antes, pero que ustedes decidieron luchar con los mismos y, a la vista est¨¢, est¨¦riles y crueles m¨¦todos.
La milonga es el tango m¨¢s triste. No decir nada, muy enfadado y muchas veces, es a¨²n no decir nada. Si nadie le ha partido a¨²n la patilla de las gafas, se?or Aznar, es porque se ha enfrentado usted a un pelot¨®n de incapaces, en el que, para desgracia de todos, se hab¨ªa colado tambi¨¦n alg¨²n chistoso. Lo de ERC tendr¨ªa gracia si no fuese porque no tiene maldita la gracia. No me cabe duda de que Catalonia is not Spain, y, adem¨¢s, el Bar?a nos pas¨® por encima con todas las de la ley, y hasta puede que no merezcamos una olimpiada (a m¨ª las olimpiadas me gusta verlas en la tele y para eso igual me vale Londres que Kuala Lumpur), pero habr¨ªa que recordarle al se?or Carod Rovira, el gran bocazas de esta legislatura, y a quienes le representan, que los madrile?os muertos, aunque sean rumanos, y tambi¨¦n los vivos, se merecen un respeto. Estoy deseando que se produzca alg¨²n d¨ªa la desmembraci¨®n de Espa?a que tanto temen los conservadores, as¨ª podr¨¦ por fin corroborar una vieja sospecha: que todas las patrias son tan hermosas y tan idiotas como la m¨ªa.
Pero volvamos al maestro de esgrima, que me desv¨ªo del tema y me pongo a pisar sensibilidades.
Su principal enemigo no es la SER, se?or Aznar, su principal enemigo es el sentido com¨²n. Puede que haya salido ileso de estos cuatro sablazos mal dados, pero mucho me temo que para zafarse de la historia hace falta una agilidad que usted no tiene.
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