Las navidades

Por fin ha llegado la ¨¦poca del a?o en la que los hombres se comportan como hermanos, unidos en el esp¨ªritu navide?o. A pesar de que cada d¨ªa empiezan antes para los comercios, es cierto que ese buen ambiente no se produce hasta el ¨²ltimo momento. Doy fe, de que en el ¨²ltimo momento eso ocurre.

Paseo por la avenida de la Castellana y un impacto atraviesa mis ojos. ?Dios m¨ªo, qu¨¦ significa esta decoraci¨®n colgada armada de letras sueltas e inconexas! Parece ser que el Ayuntamiento en un arranque de locura encarg¨® a artistas y convoc¨® concursos para nuevos creadores, arruinando as¨ª nuestras queridas lucecitas de siempre que a?o tras a?o permanec¨ªan aburridas en los almacenes municipales a la espera de su semana grande.

Entre ¨¦stas, ?la peor!: Eva Lootz. No nos importa a los madrile?os que sea una artista de reconocido prestigio internacional, ni que, quiz¨¢ a muchos no les parezca tan mal que la ciudad sea algo m¨¢s atrevida, y disfrute de sus artistas. ?Nunca permitiremos que nos cambien las costumbres!, dicen algunos medios; ?a los artistas hay que doblegarlos a nuestros gustos!, dicen muy elocuentes otros.

Estoy horrorizado, me eduqu¨¦ en la concordia. Europa presume de ella, pero sufrimos demasiado escuchando palabras que sonrojan. Aplaudo y comparto absolutamente esta iniciativa del Ayuntamiento, ?ojal¨¢ hubiera m¨¢s! ?Se?ores enfadados, no se asusten, el arte mejora las cosas! Esperen un poco y lo comprobar¨¢n.