Sin efectos especiales

La colecci¨®n de cuentos populares rusos recopilados por Afan¨¢siev es una de las joyas imperecederas de la literatura popular. Hombre culto, erudito, fil¨®logo como los Grimm, su aportaci¨®n al cuento folcl¨®rico es igual o superior a la de los dos famosos hermanos. A diferencia de ¨¦stos, Afan¨¢siev no meti¨® mano a los cuentos (ni los literaturiz¨® libremente como hizo Perrault), sino que se ocup¨® de recopilarlos del conjunto de transcripciones existentes (es decir: no hizo trabajo de campo, eso se lo dieron hecho) y su aportaci¨®n extraordinaria es la compilaci¨®n y ordenaci¨®n de los mismos, adem¨¢s del rigor cient¨ªfico con que los reuni¨® y edit¨®. Es impensable hoy d¨ªa el estudio de la tradici¨®n folcl¨®rica sin el concurso de Afan¨¢siev.

Esta selecci¨®n que hoy aparece, centrada sobre todo en los cuentos denominados "maravillosos", es m¨¢s que una buena y equilibrada selecci¨®n: es una propuesta de lectura actual de unos textos cl¨¢sicos. Parece que el mundo de lo maravilloso est¨¢ hoy m¨¢s cerca de los efectos especiales que de la imaginaci¨®n. Los cuentos populares apelan a esta ¨²ltima y cabe la posibilidad de que el lector los encuentre desmesurados o infantiles. No son ni una cosa ni otra. Para el p¨²blico infantil y, sobre todo, juvenil, sumergirse en estos relatos se tarda lo que en dejar volar la imaginaci¨®n. Son cuentos duros, crueles incluso, varios de los cuales, si se leen con los ojos del adulto realista, dejan en pa?ales a Quentin Tarantino. El ojo infantil -no todo cuento popular es infantil, recuerdo- mira, en cambio, de manera simb¨®lica y, como dej¨® claro Bruno Bettelheim, convierte en estructuras y s¨ªmbolos los aparentes horrores para ayudar a los ni?os a ordenar el mundo sin da?o.

Los editores (un excelente

pr¨®logo explicar¨¢ mucho a los legos en la materia) han seleccionado, adem¨¢s, cuentos que tienen versiones o semejanzas suficientes con cuentos populares espa?oles, lo que hace a¨²n m¨¢s atractivo el libro (El drag¨®n y la camisa milagrosa, un tema cl¨¢sico; La pluma del hermoso halc¨®n, con el tema del pajarillo herido por las hermanas envidiosas, o La tsari¨¦vna rana, que es una versi¨®n cabal de nuestro La princesa rana). Por el volumen circulan los encargos inveros¨ªmiles que ponen a prueba al h¨¦roe, la astucia de las esposas para librar a sus maridos de apuros o para meterlos en ellos, los objetos m¨¢gicos, los malos castigados, despedazados, fusilados o decapitados, los humanos transformados en animales, el dominio del h¨¦roe o de sus ayudantes sobre los animales salvajes... pero, sobre todo, pues se trata de relatos que tienden a ser siempre ejemplares, a contener ense?anza, est¨¢n presentes valores tradicionales como la esperanza, la paciencia, el sufrimiento o el esfuerzo, s¨®lo que manifest¨¢ndose a trav¨¦s de im¨¢genes literarias y no de doctrina verbal; por ejemplo, los zapatos de hierro que ha de calzar y desgastar la hero¨ªna para reencontrar a su amado son la representaci¨®n de la paciencia y la voluntad por alcanzar algo; porque aqu¨ª, adem¨¢s, todo lo que merece la pena se alcanza con esfuerzo y ya se sabe que quien no se esfuerza en vivir o en pensar no ha de encontrar o pensar nada interesante. Por otra parte, tampoco hay tanto nuevo bajo el sol que no lo ilumine la imaginaci¨®n: en el relato que da t¨ªtulo a esta selecci¨®n, El anillo m¨¢gico, el lector de hoy no dejar¨¢ de reconocer a unas figuras estrictamente contempor¨¢neas: los clones, doce en total, en este caso.

Quien quiera contar un cuen

to que fascine a un ni?o o el adolescente que quiera dejar volar su fantas¨ªa sin necesidad de recurrir a efectos especiales -o para mejorarlos, que ¨¦sa es otra- ha de leer este libro. Incluso aunque se entre en ellos con reticencia, son cuentos que, a poco de empezar, te sumergen en un mundo lleno de fuerza expresiva, de ingenio y de memoria de nosotros mismos. Y conviene a?adir que una incursi¨®n de esta clase en lo fant¨¢stico, cr¨¦alo el lector, mejora la autoestima.