Craioveanu es joven

Al Racing le empezaron a sobrar defensas nada m¨¢s empezar el partido. Exactamente, desde el minuto 5. En ese momento, Craioveanu, a sus casi 37 a?os, dej¨® atr¨¢s con un quiebro veloz a Pablo Casar y Morat¨®n y le regal¨® un gol a Riki. El Racing, que hab¨ªa salido con siete jugadores por detr¨¢s de la l¨ªnea del bal¨®n, tuvo que reconvertir a sus carrileros, Casar y Ayoze, en extremos. El caso es que, con muchos o con pocos defensas, el equipo c¨¢ntabro se defiende mal. Contrasta con su capacidad ofensiva notable. Sus jugadores, Benayoun, Aganzo, Javi Guerrero, son r¨¢pidos, son listos, tienen buenas ideas y se mueven mucho. Claro que tambi¨¦n les cuesta meter goles. El Getafe, a los 30 minutos, ya llevaba dos tras una extraordinaria jugada de Gabi.

De ese modo, los papeles quedaron repartidos desde el comienzo. El Racing ten¨ªa la pelota, elaboraba y fallaba estrepitosamente sus ocasiones -algunas, como una de Aganzo completamente solo frente a S¨¢nchez Broto, muy buenas-. El Getafe se defend¨ªa en bloque y sal¨ªa con velocidad y acierto al contraataque. Gabi y Vivar Dorado se encargaban de lanzar a Riki, Gallardo y Craioveanu, y Rivas ejerc¨ªa de guarda jurado del centro del campo, de controlar la ofensiva c¨¢ntabra -hizo m¨¢s de la mitad de las faltas de su equipo-.

Y el choque era divertido. Ten¨ªa mucho ritmo. Muchas oportunidades. Muchas llegadas. Pero result¨® que el Getafe met¨ªa las suyas y el Racing no. El Getafe ten¨ªa a Craioveanu y a Gabi y el Racing no. El Getafe contaba con Riki, especialmente habilidoso ayer para pasar por el sitio adecuado en el momento adecuado y el Racing por supuesto que no.

En el segundo tiempo, Lucas Alcaraz, el t¨¦cnico del equipo santanderino, movi¨® casi todas sus piezas. Cambi¨® la defensa de cinco y la dej¨® en tres. Meti¨® a Mor¨¢n y a Pedro L¨®pez para abrir m¨¢s el terreno e intentar deshacer la malla pegajosa que le tend¨ªa el Getafe en el medio. Benayoun tambi¨¦n se desliz¨® a la banda izquierda. Incluso, cuando restaban 20 minutos, se decidi¨® a quitar a un central, Bert¨ªn, para incorporar a un delantero, Arizmendi.

Pero entonces el partido se deshinch¨®, incluso se volvi¨® algo bronco. El Racing perdi¨® orden y capacidad de subir el bal¨®n de manera escalonada. Perdi¨® velocidad y claridad. Y, a cambio, no gan¨® nada. No consigui¨® penetrar por los costados y dej¨® de acercarse con pases interiores a los puntas.

El Getafe, en vista de que la inercia le conduc¨ªa a la victoria, dej¨® que el partido se despe?ase manteniendo una actitud m¨¢s bien contemplativa, casi pasiva: observando como el Racing se enredaba en sus propias limitaciones, que no son pocas.