Disgusto a Microsoft
El proceso que la Uni¨®n Europea ha abierto contra pr¨¢cticas mercantiles del coloso estadounidense Microsoft ha tenido una primera rev¨¢lida. El tribunal de Luxemburgo no entra en el fondo de la cuesti¨®n, la sentencia puede tardar cinco a?os, pero insta a que se apliquen las medidas cautelares que en marzo impuso la Comisi¨®n Europea.
El paquete incluye tres medidas. La multa de 497 millones de euros es un ara?azo menor para la multimillonaria empresa. M¨¢s preocupantes son las otras dos. Una consiste en suministrar datos t¨¦cnicos a la competencia para mejorar la interoperabilidad de los productos de ¨¦sta con Windows. Es una medida para el mundo de los servidores. Ya en el pleito zanjado en Estados Unidos se acreditaron maniobras de entorpecimiento de la competencia por parte de Microsoft. Aquello que evite que se repitan tiene su l¨®gica si es efectivo. Microsoft alega que se le obliga a suministrar secretos a empresas que logran en los tribunales lo que no hacen invirtiendo en I+D.
La ¨²ltima medida alcanza al consumidor. Microsoft reina en los sistemas operativos. Su Windows est¨¢ en todas partes y lleva embebidas multitud de aplicaciones, como un lector de archivos multimedia, motivo de la disputa. Es evidente que la comodidad del usuario conduce a comprar un ordenador capacitado de f¨¢brica para las funciones que el cliente le pedir¨¢. Igualmente cierto es que cuando Microsoft a?ade un servicio a su omnipresente Windows, los otros fabricantes pierden oportunidades en el mercado. Microsoft ofrecer¨¢ ahora, s¨®lo en la UE, un Windows completo y otro, al mismo precio, sin el lector multimedia, descargable gratuitamente. Algunos analistas sostienen que impedir el f¨¢cil aterrizaje de las aplicaciones Microsoft, por el hecho de ir incrustadas en Windows, ser¨ªa un reto para la propia firma que deber¨ªa prestigiarlas por s¨ª mismas.
La gran duda sobre esta medida es si los sistemas operativos han de desnudarse forzosamente. Pocos usuarios configuran su ordenador pieza a pieza. Mientras en Estados Unidos se actu¨® sobre pr¨¢cticas corruptoras del mercado, Europa ha entrado a dictar la composici¨®n t¨¦cnica de un producto. Veremos dentro de un a?o cu¨¢ntos europeos habr¨¢n hecho uso de la libre elecci¨®n. Quiz¨¢ cuando llegue la sentencia ya estaremos hablando de otros temas centrales como la emergencia del software libre frente a los programas propietarios que defienden las compa?¨ªas en esta batalla.
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