El a?o del principio del fin de ETA
La banda terrorista, que no comete un asesinato desde hace casi 19 meses, vive acorralada y con discrepancias internas
Este 2004 que est¨¢ acabando ha sido el a?o en que la sociedad espa?ola ha percibido con mayor nitidez que est¨¢ cercano el final de ETA o, dicho de otra manera, que ya ha comenzado el principio de su fin. Por vez primera se ve a una organizaci¨®n terrorista acorralada y contra las cuerdas debido a la presi¨®n policial y judicial que han desplegado de forma coordinada Espa?a y Francia. La sucesi¨®n ininterrumpida de detenciones de sus militantes en ambos pa¨ªses durante este a?o -131 activistas o colaboradores en total, seg¨²n las cifras oficiales- ha ido reduciendo su estructura operativa hasta tal punto que ha ca¨ªdo en picado su hasta ahora considerable capacidad de matar y amedrentar.
Las finanzas de la banda y su reserva econ¨®mica siguen siendo una inc¨®gnita
131 militantes y colaboradores han sido detenidos este a?o en Espa?a y Francia
El balance operativo de la banda en 2004 ha sido ¨ªnfimo: es el primer a?o natural desde el fin de la tregua en que no ha cometido un atentado mortal, mientras se ha visto obligada a marcar distancias del nuevo terrorismo islamista que ha golpeado a Espa?a. Su ¨²ltimo asesinato se remonta al 30 de mayo de 2003, cuando mat¨® con una bomba lapa a dos polic¨ªas en Sang¨¹esa (Navarra). El tiempo transcurrido desde entonces supera con creces la duraci¨®n de la tregua que declar¨® en septiembre de 1998 y rompi¨® a finales de noviembre del a?o siguiente.
Esta decadencia operativa tambi¨¦n se refleja en el balance de los atentados cometidos (22), aunque ha intentado varias acciones m¨¢s. Sin embargo, a pesar de su intencionalidad pol¨ªtica, estos atentados -la campa?a de verano colocando artefactos explosivos en la costa cant¨¢brica o la emprendida durante el puente de la Constituci¨®n- ya no tienen capacidad de desestabilizar al sistema ni de provocar la negociaci¨®n con el Estado, que exige a la banda el cese definitivo de la violencia. El drama de ETA es que este a?o se ha convertido en noticia antes por las peri¨®dicas detenciones de sus militantes que por el impacto de sus atentados. ?stos se han limitado a la colocaci¨®n de bombas de baja intensidad, como la citada campa?a de verano, calificada por los expertos de propagand¨ªstica, destinada a causar el m¨¢ximo ruido con el menor coste para la banda.
ETA ha mantenido despu¨¦s su intenci¨®n de causar estragos, pero sin matar, colocando explosivos en una torreta el¨¦ctrica de Ir¨²n con la pretensi¨®n frustrada de dejar sin luz a la comarca del Bidasoa. La explosi¨®n de tres bombas en noviembre contra inmobiliarias de San Sebasti¨¢n y Bilbao se interpret¨® m¨¢s en clave de extorsi¨®n econ¨®mica, puesto que la banda no ha renunciado a cobrar el chantaje del impuesto revolucionario enviando oleadas peri¨®dicas de cartas de amenaza.
El intento de hacerse notar tras la presentaci¨®n de la propuesta de paz de Batasuna el 14 de noviembre para que ¨¦sta no se interpretara como el definitivo silencio de sus armas ha guiado su tercera campa?a del a?o, en la que colaps¨® las salidas de Madrid con bombas en cinco gasolineras en v¨ªsperas del puente de la Constituci¨®n y coloc¨® siete peque?os artefactos en distintos lugares el mismo d¨ªa de la celebraci¨®n de la Ley Fundamental.
La constataci¨®n dentro de la propia ETA de que la lucha armada ya no tiene capacidad pol¨ªtica de desestabilizaci¨®n ha supuesto tambi¨¦n una revoluci¨®n interna. El debate mantenido este a?o entre su militancia ha analizado esta p¨¦rdida de influencia y varios antiguos dirigentes hoy presos, entre ellos el hist¨®rico Francisco Mujika Garmendia, Pakito, miembro de la troika dirigente Artapalo detenida en Francia en 1992, han llegado a proponer que la banda reconozca su incapacidad de influir con la violencia y delegue la direcci¨®n pol¨ªtica de la izquierda abertzale en la ilegalizada Batasuna. Es una forma de admitir la derrota militar. Aunque requiera su tiempo, esta reflexi¨®n supone un golpe interno irreversible.
Y es que parece que en las filas de ETA ha entrado el v¨¦rtigo que produce la conciencia de ser una organizaci¨®n agujereada, situaci¨®n similar a la que le llev¨® a parar en la tregua de 1998. Este a?o han sido detenidos 74 militantes y colaboradores en Espa?a y otros 57 en Francia. La cifra total s¨®lo se ve superada por los 135 detenidos en 2001. Adem¨¢s del n¨²mero, hay que tener en cuenta el valor cualitativo de los arrestos, especialmente los registrados en Francia, donde la polic¨ªa ha detenido este a?o al m¨¢ximo dirigente de ETA, Mikel Albizu, Antza, y al n¨²mero dos de la banda, F¨¦lix Alberto L¨®pez de Lacalle, Mobutu, dos dirigentes muy escurridizos, con varios lustros de clandestinidad en el pa¨ªs vecino. Las fuerzas de seguridad han desbaratado la direcci¨®n etarra y arrestado a los m¨¢ximos responsables de su log¨ªstica, aparato electr¨®nico, los taldes (grupos) de reserva y el aparato financiero que dirig¨ªa la compa?era de Antza, Soledad Iparragirre, Anboto. Y ha descubierto 17 refugios de la mayor importancia estrat¨¦gica ya que se trata de una vieja y valiosa infraestructura usada, en su mayor¨ªa, desde hace muchos a?os.
Francia ha supuesto este a?o el infierno para ETA gracias a la concatenaci¨®n de detenciones iniciada el 9 de febrero en Cognac, al norte de Burdeos, donde fueron capturados Ibon Elorrieta y Enrique Garate mientras transportaban un arsenal de armas y explosivos. Las pistas que proporcionaron llevaron a la polic¨ªa a un piso en Limoges habitado por ellos mismos y a dos viviendas en Angulema y Ly¨®n. En esta ¨²ltima fueron capturados otros dos miembros del aparato log¨ªstico. Estos arrestos dieron la pista de la furgoneta localizada en Ca?averas (Cuenca), que llevaba en su interior 536 kilos de explosivos que dos legales (no fichados), Gorka Vidal e Irkus Badillo, trataban de introducir en Madrid para cometer una "acci¨®n espectacular" antes de las elecciones generales de marzo. En abril, la polic¨ªa francesa llegaba, en Saint Paul les Dax, hasta el jefe del aparato log¨ªstico, F¨¦lix Ignacio Esparza, Navarro. Su arresto proporcion¨® la pista de Mobutu y de su compa?era Mercedes Chivite, en Angulema, adem¨¢s de dar la pista de dos casas y de una f¨¢brica clandestina que guardaba 758 kilos de explosivos. Apenas 15 d¨ªas despu¨¦s se descubr¨ªa al norte de Francia, en Ch?tellerault, al grupo electr¨®nico de ETA, denominado Los Dinos, encargado de fabricar bombas.
Dos meses m¨¢s tarde, era detenido el jefe de los grupos de reserva I?aki L¨®pez de Bergara, Yves, cuando preparaba la campa?a de verano. La redada concluye con ocho terroristas atrapados y tres pisos localizados en Angers, Le Mans y Limoges, donde la banda guardaba dinero, armas, ordenadores y documentaci¨®n para la falsificaci¨®n. La operaci¨®n conlleva el descubrimiento de un incipiente comando Vizcaya que trataba de organizarse en Bilbao. En septiembre caen cerca de Toulouse otros dos militantes, Zigor Orbe y Joseba Esparza, que preceden a la detenci¨®n en Vizcaya y Le¨®n de cinco colaboradores.
El 3 de octubre es la fecha decisiva en la que la polic¨ªa francesa decide entrar en la vivienda de Salies de Bearn donde controlaba desde hac¨ªa un a?o la presencia de Antza y Anboto. En esta gran operaci¨®n intervinieron 200 polic¨ªas que entraron en siete casas sitas mucho m¨¢s cerca de la frontera que las del resto de aparatos de la organizaci¨®n repartidos por el centro y norte de Francia. Casi todas las casas escond¨ªan zulos con decenas de armas, incluyendo dos misiles rusos SAM tierra-aire, y abundant¨ªsima munici¨®n. En materia militar ETA queda ya desprotegida, pero a¨²n cuenta con el arma del dinero. Sus finanzas y el monto de su reserva econ¨®mica siguen siendo todav¨ªa una inc¨®gnita para la polic¨ªa.
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