R¨¦plica

Lamento que mi querido colega Javier Varela discrepe de mis argumentos en torno a los llamados "papeles de Salamanca" (m¨¢s adecuado ser¨ªa llamarlos "papeles de la Generalitat en Salamanca"), y m¨¢s a¨²n lamento que se atreva a escribir sobre el tema sin haber le¨ªdo el informe que la "comisi¨®n de expertos" elev¨® al Gobierno. De haberlo hecho, no seguir¨ªan preocup¨¢ndole cuestiones que en este informe tienen una respuesta en mi opini¨®n satisfactoria. ?Por qu¨¦ no ha de devolverse tambi¨¦n la documentaci¨®n del Grande Oriente Espa?ol? Porque no es una instituci¨®n p¨²blica, un organismo perteneciente al Estado espa?ol, seg¨²n le suger¨ªamos al Gobierno que exija de todo reclamante. ?Por qu¨¦ no devolver los papeles a cualquier otra comunidad aut¨®noma que los reclame? Porque no son suyos, porque no exist¨ªa en 1939 y, por tanto, nunca fue expropiada de nada (mientras que la Generalitat actual s¨ª es continuadora y heredera leg¨ªtima de la entonces existente y expoliada).

A esas cl¨¢usulas restrictivas deben a?adirse otras que tambi¨¦n hemos propuesto, como la prescripci¨®n del derecho a la devoluci¨®n a los seis a?os de tener la posibilidad de hacerlo, esto es, la imposibilidad de reclamar nada a partir de 1984. De esa forma hemos intentado evitar la dispersi¨®n del archivo, que tanto preocupa al profesor Varela, a la vez que hacer justicia y devolver lo suyo a quien le fue injustamente arrebatado, cosa que parece preocuparle mucho menos.

En algo s¨ª estoy de acuerdo con ¨¦l: en que las expresiones de nacionalismo ¨¦tnico y excluyente han provenido, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, m¨¢s de ciertos nacionalismos perif¨¦ricos que del espa?ol. Pero la respuesta deber¨ªa ser soluciones razonables para los problemas y no competir en la excitaci¨®n de pasiones colectivas alrededor de pugnas simb¨®licas.