"Se estar¨¢n riendo los que lo hicieron"
Tres j¨®venes, encarcelados 18 meses por un crimen racista en Huelva, reclamar¨¢n da?os tras ser absueltos por un tribunal
Carmelo Rodr¨ªguez Reyes, de 20 a?os, sigue sin acostumbrarse a la calle, algo ins¨®lito en un joven que convirti¨® la calle en el escenario de sus actividades m¨¢s o menos l¨ªcitas desde la adolescencia. "Me han dejado hecho polvo, con trastornos y tengo la cabeza metida en prisi¨®n; todav¨ªa no me he adaptado a la calle", confiesa. A punto de estrenar nuevo trabajo, Carmelo trata de reacomodarse a la libertad tras 18 meses en la c¨¢rcel de Huelva, acusado de haber matado a un marroqu¨ª de 60 a?os el 17 de abril de 2003 junto a cuatro compa?eros, uno de ellos menor de edad.
El primer crimen racista que se cometi¨® en Andaluc¨ªa ocurri¨® el Jueves Santo de 2003, mientras los cat¨®licos celebraban su estaci¨®n de penitencia con procesiones nocturnas. Entre las tres y las cuatro de la madrugada, varios encapuchados apalearon con bates de b¨¦isbol a tres marroqu¨ªes que dorm¨ªan en la estaci¨®n de autobuses de Huelva porque hab¨ªan perdido el ¨²ltimo autocar hacia Lepe, su lugar de destino.
La v¨ªctima, un marroqu¨ª de 60 a?os, muri¨® tras recibir una paliza con bates de b¨¦isbol en 2003
Despu¨¦s de agonizar durante tres d¨ªas, Mohamed Zoubir, de 60 a?os, falleci¨® en el hospital a causa del traumatismo cranoencef¨¢lico, las fracturas craneales y la hemorragia cerebral que le provoc¨® el ataque. Abdesdek Ben Sfia y Boubker Echarraka, de 27 y 35 a?os, que dormitaban a su lado, sobrevivieron a los navajazos y a los golpes, aunque les dejaron secuelas de por vida. El tribunal que ha juzgado el caso no alberg¨® dudas sobre "las razones xen¨®fobas" que alentaron el crimen. De hecho, en la sentencia dictada en noviembre pasado por la Secci¨®n Tercera de la Audiencia de Huelva se incorpora la agravante de "cometer el delito por motivos racistas". En ese fallo se absuelve a Carmelo Rodr¨ªguez, Jaime Reyes Moreno y Francisco Manuel Rodr¨ªguez V¨¢zquez, todos ellos de 20 a?os, del asesinato de Zoubir y de la tentativa de asesinato de los otros dos marroqu¨ªes.
El tribunal, por el contrario, conden¨® a 32 a?os de prisi¨®n por estos delitos a Teodoro Fern¨¢ndez Redondo, de 26 a?os, cuya primera declaraci¨®n ante la polic¨ªa sirvi¨® para cimentar el procesamiento del resto de sus compa?eros. "Poco le ha ca¨ªdo con lo que nos ha hecho", apostilla Jaime Reyes.
Tras aquella declaraci¨®n de Teodoro, los tres mayores de edad (Carmelo, Jaime y Francisco Manuel) fueron enviados a la prisi¨®n de Huelva por orden de Esteban Brito, titular del Juzgado de Instrucci¨®n N¨²mero 2 de Huelva. El menor A. R. V., hermano de Francisco Manuel, pas¨® seis meses en un centro de internamiento juvenil en Almer¨ªa. Su caso, juzgado en un procedimiento aparte, tambi¨¦n ha desembocado en la absoluci¨®n de cargos en diciembre pasado.
Los mayores de edad reclamar¨¢n una compensaci¨®n econ¨®mica por los 18 meses que han pasado en la c¨¢rcel, aunque para ello deber¨¢n esperar a que el Tribunal Supremo resuelva el recurso de casaci¨®n anunciado por el fiscal contra su absoluci¨®n. En cualquier caso, una reparaci¨®n menor. "Lo que hemos pasado all¨ª no nos lo van a pagar, a¨²n as¨ª nadie me dice que siente lo que me ha pasado", reprocha Francisco Manuel Rodr¨ªguez. Tampoco lo que ten¨ªan antes de entrar en prisi¨®n, aunque fueran historiales de j¨®venes conflictivos, vand¨¢licos y alguno con antecedentes policiales por hurtos. "La polic¨ªa nos ten¨ªa muchas ganas por tonter¨ªas", sostiene Carmelo, que pone el dedo en la llaga: "Se estar¨¢n riendo los que lo han hecho".
Teodoro, el ¨²nico condenado, incrimin¨® a otras personas en distintos momentos de la instrucci¨®n, pero no se abri¨® ninguna otra l¨ªnea para tratar de averiguar qui¨¦n asesin¨® a Zoubir por el mero hecho de ser marroqu¨ª. Teodoro, que sufre una deficiencia ps¨ªquica moderada, se desdijo varias veces de sus acusaciones y sus contradicciones le restaron credibilidad ante el tribunal, pero no ante la fiscal que llev¨® el caso, Carmen Escudero, que sustent¨® sus acusaciones en sus palabras, si bien ninguna otra prueba incrimin¨® a los restantes encarcelados en el apaleamiento. A¨²n as¨ª todos siguieron en prisi¨®n preventiva hasta la sentencia que puso fin a su calvario. Sigue pendiente hacerle justicia a Zoubir, asesinado a palos por un grupo de encapuchados que, salvo Teodoro, siguen siendo unos racistas desconocidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.