Rescatados por un ermita?o
Un hombre que vive en una cueva de La Pedriza socorre a una pareja que andaba perdida por la sierra
La monta?a esconde historias excepcionales de gente. Historias que nunca salen a la luz salvo si pasa algo especial. Una de esas ocasiones singulares ocurri¨® ayer en la sierra madrile?a. Un ermita?o que habita de manera temporal en una de las cuevas de la sierra de Guadarrama socorri¨® a una pareja, de 27 y 22 a?os, que llevaba horas perdida por la monta?a. El hombre les dio cobijo, comida y abrigo en su cueva hasta que llegaron los equipos de rescate de los bomberos, seg¨²n inform¨® una portavoz del servicio de Emergencias 112.
Jos¨¦ Alberto y Clara, su novia, salieron ayer al mediod¨ªa de casa para dar un paseo por la sierra. Cogieron el autob¨²s en la plaza de Castilla y se trasladaron hasta la localidad de Manzanares el Real. Desde all¨ª decidieron darse una vuelta por La Pedriza, dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y comenzaron una ruta indicada a trav¨¦s de unos carteles.
Este paseo, que es circular, mide 4,5 kil¨®metros y tiene tres horas de duraci¨®n. "No somos monta?eros, ni senderistas, s¨®lo hab¨ªamos hecho antes alguna excursioncilla", explic¨® ayer Jos¨¦ Alberto. Los dos empezaron a subir y a subir. Una foto aqu¨ª, otra all¨¢. Pero sin darse cuenta se salieron de la ruta. A las cuatro de la tarde pararon a comerse un bocadillo. "Est¨¢bamos en una zona muy alta, hac¨ªa solecito, empezamos a andar de pico en pico pero nunca termin¨¢bamos de bajar", se?al¨® ayer Jos¨¦ Alberto.
A las seis de la tarde se hizo realidad su peor pesadilla: estaban perdidos en medio de la monta?a y con poca ropa de abrigo. Aunque Jos¨¦ Alberto y Clara consiguieron contactar a trav¨¦s de su tel¨¦fono m¨®vil primero con la hermana de ella y despu¨¦s con los servicios de emergencia, fueron incapaces de explicarles d¨®nde estaban situados.
"No conoc¨ªamos la monta?a ni sab¨ªamos dar nombres de sitios. Los bomberos nos hac¨ªan preguntas como: '?Qu¨¦ ten¨¦is enfrente?', pero nada, no sab¨ªamos c¨®mo decirles d¨®nde est¨¢bamos", apunt¨® Jos¨¦ Alberto.
Los bomberos pidieron a los perdidos que conservasen la energ¨ªa, que entrasen en calor el uno con el otro, que estuviesen pendientes de escuchar el silbato o de ver las luces de los servicios de emergencia. Hac¨ªa mucho fr¨ªo y la noche se iba volviendo cerrada. Un grupo de cinco bomberos del grupo de rescate en altura de la Comunidad de Madrid emprendi¨® la b¨²squeda de la pareja.
Sobre las diez de la noche, los j¨®venes segu¨ªan sin ser localizados, a 1.600 metros de altitud. "De repente vimos unas luces al fondo, muy a lo lejos. Y entonces mi novia empez¨® a gritar: 'Oeeeeee, oeeeee, estamos aqu¨ªiiii", cont¨® Jos¨¦ Alberto.
Las luces proced¨ªan de las linternas de los bomberos, que estaban demasiado lejos como para o¨ªrles. Pero alguien s¨ª que logr¨® o¨ªr sus gritos de socorro: el ermita?o. El hombre, que habita temporalmente en una cueva escondida en la sierra, oy¨® los gritos de Clara justo cuando hab¨ªa salido de su cueva para fregar unos cacharros.
Los dos perdidos vieron c¨®mo hacia ellos se acercaba un hombre no muy alto, delgado, mayor, cubierto por un gorro de monta?a y un plumas. "Se conoc¨ªa la zona de miedo. Nos dijo que nos encontr¨¢bamos debajo de unas piedras que llaman el Caballito de Ajedrez", explic¨® Jos¨¦ Alberto.
El ermita?o les llev¨® a su cueva, a su refugio. All¨ª les dio agua y manzanas. La estancia estaba iluminada de manera tenue por unas velas. Una estufa de le?a donde el hombre iba echando troncos sirvi¨® para calentar a los j¨®venes. El hombre les cont¨® que la cueva hab¨ªa sido acondicionada por otro ermita?o y que ¨¦l pasaba en ella estancias espor¨¢dicas. "Nos gust¨® mucho su modo de vida, su retiro. Estaba muy preocupado por el medio ambiente y nos cont¨® que en la cueva reciclaba la basura", explic¨® Jos¨¦ Alberto.
El hombre telefone¨® desde el m¨®vil de la pareja a los servicios de rescate para indicarles que los perdidos estaban en su refugio. Los bomberos ya conoc¨ªan la existencia de la cueva, as¨ª que no tuvieron problema en encontrarla. A medianoche, la pareja de excursionistas fue rescatada y puesta a salvo. Jos¨¦ Alberto y Clara se despidieron del hombre que les salv¨® del fr¨ªo. "Ojal¨¢ que volvamos a vernos alg¨²n d¨ªa, aunque con lo escondido que est¨¢ usted me parece que va a ser imposible", le dijo Clara.
La mayor preocupaci¨®n de Jos¨¦ Alberto y Clara ahora mismo es que esperan que la historia no perturbe la vida de los dos ermita?os: del que los rescat¨® y del otro que vive en la cueva con m¨¢s asiduidad. "No queremos que por lo que ha pasado se estropee su modo de vida. Si fuese as¨ª, para nosotros ya no ser¨ªa una historia bonita", pidi¨® Jos¨¦ Alberto. "El hombre que nos atendi¨® est¨¢ muy bien all¨ª, nosotros no vimos que lo est¨¦ pasando mal", agreg¨®.
La alcaldesa de Manzanares el Real, municipio al que pertenece la zona donde est¨¢ la cueva de los ermita?os, se?al¨® ayer que uno de ellos trabaja como barrendero en Madrid los fines de semana, y entre semana se sube a la sierra.
Despu¨¦s de que saltase la noticia, varios vecinos vieron al ermita?o en el propio Manzanares, adonde habr¨ªa bajado para arreglar unos asuntos. "Estoy muy preocupada por la situaci¨®n de estos hombres. Es un sitio muy peligroso para estar y estos d¨ªas est¨¢ haciendo mucho fr¨ªo", se?al¨® la regidora.
Bomberos de altura
El auxilio de Jos¨¦ Alberto y de Clara es el segundo importante que han tenido que hacer durante este invierno los miembros del Gera, el grupo de rescate en altura de la Comunidad de Madrid. Estos bomberos lograron encontrar hace un mes a otros dos chicos que se hab¨ªan perdido por la misma zona, seg¨²n inform¨® una portavoz del servicio de Emergencias 112.
"En esa ocasi¨®n, los chicos estuvieron perdidos cuatro o cinco horas y el rescate se produjo de madrugada", se?al¨®. Adem¨¢s, el domingo pasado miembros del Gera rescataron con un helic¨®ptero a un hombre de 71 a?os que no pod¨ªa salir de la zona de El Yelmo.
El excursionista, que caminaba solo, se qued¨® atrapado en unas pe?as, sin posibilidad de ascender o descender. El hombre utiliz¨® el tel¨¦fono m¨®vil que llevaba para pedir ayuda al tel¨¦fono de emergencias. Tambi¨¦n el domingo pasado una joven de 16 a?os result¨® herida al volcar el trineo en el que se desplazaba en el paraje de El Bosque (puerto de Navacerrada), en una zona donde est¨¢ prohibida esta pr¨¢ctica. La joven fue trasladada con pron¨®stico grave al hospital de San Lorenzo de El Escorial.
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