Miles de indonesios siguen sin ayuda
El caos, las malas comunicaciones y las restricciones militares entorpecen la operaci¨®n humanitaria
Decenas de miles de indonesios esperan la llegada de medicinas, agua potable, comida y un pl¨¢stico para resguardarse de las lluvias torrenciales en la costa oeste de Sumatra, la isla m¨¢s grande de Indonesia y la m¨¢s cercana al epicentro del se¨ªsmo, seg¨²n Naciones Unidas. El transporte a¨¦reo est¨¢ colapsado y la mayor¨ªa de las carreteras destruidas por la fuerza de las aguas que hace 18 d¨ªas acab¨® con la vida de m¨¢s de 100.000 personas en Aceh, lo que dificulta la asistencia. El Ej¨¦rcito indonesio volvi¨® a alertar del peligro de ataques de la insurgencia independentista de Sumatra contra los cooperantes internacionales y les exige un permiso para acceder a la zona y viajar escoltados por efectivos militares.
"Hay v¨ªctimas, hay ayuda y hay gente para distribuirla, el problema es c¨®mo hacerla llegar", asegura un trabajador humanitario. "Hay poblaciones enteras, entre Kandag y Singkil, unos 100 kil¨®metros al sur de Meulaboh, donde podr¨ªa haber cerca de 30.000 personas que necesitan comida y no est¨¢n recibiendo ayuda. Hay muchos cuerpos todav¨ªa en las playas y es la propia gente de los pueblos la que los est¨¢ recogiendo. Los Gobiernos locales no dan abasto. Adem¨¢s, muchos de ellos han muerto y otros est¨¢n heridos o han perdido a sus familias. Ahora s¨®lo piensan en sobrevivir ellos hasta que llegue la ayuda", asegur¨® a este diario Russell Ulrey, coordinador en Medan del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
"Tirar alimentos desde los helic¨®pteros no funciona, porque al final el m¨¢s fuerte empuja y el que m¨¢s lo necesita se queda sin nada. Lo que necesitamos es poder llevar a gente para distribuirlo adecuadamente y atendiendo a las verdaderas necesidades", sostuvo Ulrey. Medan, unos 400 kil¨®metros al sur de Banda Aceh, se ha convertido en un cuello de botella en el que se agolpan tropas, trabajadores de la ONU y una mir¨ªada de ONG.
Fuentes del Ej¨¦rcito indonesio anunciaron ayer la apertura de dos aeropuertos adicionales en el norte de la isla: uno en Sabang y otro en Lhockseumaw, en el norte. El tr¨¢fico en la carretera que une Medan con Meulaboh, a unos 290 kil¨®metros en la costa oeste, ha quedado restablecido y los bulldozers trabajan ahora en las poblaciones arrasadas por la ola quitando escombros y restos de edificios para abrir paso a los camiones de ayuda.
Ingente esfuerzo humanitario
A la falta de infraestructuras se suma el caos log¨ªstico provocado por la llegada de tropas y mercanc¨ªa de todos los rincones del planeta sin un procedimiento com¨²n. S¨®lo en el aeropuerto de Banda Aceh se han instalado 60 organizaciones y 1.125 cooperantes. "Por favor, los paquetes tienen que venir en pal¨¦s, si se deshacen no valen. Los alimentos perecederos tienen que estar identificados", pidi¨® ayer el coronel David McGuire, portavoz militar australiano, que coordina este ingente esfuerzo humanitario.
Fuentes militares indonesias aseguraron, asimismo, que otro de los principales problemas con que se encuentran es que los propios trabajadores humanitarios acuden a las zonas afectadas sin provisiones. "Estar¨ªa bien que la gente que acude para ayudar venga con comida. Piensan que est¨¢n haciendo algo bueno, pero el efecto es el contrario", se?al¨® una fuente militar.
McGuire minimiz¨® la magnitud de las tensiones entre el fundamentalista isl¨¢mico Movimiento para Aceh Libre (GAM) y las fuerzas indonesias, y asegur¨® que la seguridad "est¨¢ bajo control todo lo que puede estar en una situaci¨®n como ¨¦sta". Asimismo, explic¨® que la mejor manera de evitar incidentes como el tiroteo ocurrido el domingo en Banda Aceh, cuya autor¨ªa a¨²n no se ha confirmado, es que los trabajadores humanitarios vayan debidamente identificados.
El Ej¨¦rcito indonesio exige, sin embargo, que los que transportan la ayuda vayan escoltados, lo que los rebeldes interpretan como una excusa de Yakarta para desplegar efectivos en la zona. Numerosas ONG han hecho caso omiso de lo que hasta ahora ha sido una recomendaci¨®n y se han trasladado a Aceh sin protecci¨®n alguna. Algunas de ellas se quejan de que los insurgentes montan controles en las carreteras en los que exigen dinero para permitir el acceso.
Mientras, el cerca de medio mill¨®n de desplazados que ha dejado el tsunami a su paso necesita medicinas, agua, jab¨®n, letrinas y ropa interior. Y dentro de dos semanas ya no tendr¨¢n arroz, aceite, ni az¨²car. "Hoy han llegado 10.000 nuevos desplazados a Medan y necesitan de todo", explic¨® Ronnie Bala, responsable de la Oficina Internacional de las Migraciones en Indonesia.
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