Del derecho penal-ficci¨®n a la realidad

El 27 de marzo de 1987, en el Centro de Derecho Internacional del Instituto de Sociolog¨ªa de la Universidad Libre de Bruselas, el profesor Eric David explicaba: "No. No estamos desvalidos ante las m¨¢s graves violaciones del derecho internacional. El instrumento de una represi¨®n legal de esas violaciones existe y si bien no es m¨¢s que una pura virtualidad, puede ser reactivado y aplicado a cualquiera que cometa actos que formen parte de sus disposiciones".

David prosigui¨®: "Hagamos un poco de derecho penal-ficci¨®n e imaginemos que Augusto Pinochet, l¨ªder del golpe militar que derroc¨® al Gobierno de Salvador Allende en Chile, en septiembre de 1973, viaja a un pa¨ªs como B¨¦lgica, ?podr¨ªamos perseguirle? En tanto que actos inhumanos cometidos por motivos pol¨ªticos en nombre de un Estado, estos hechos son cr¨ªmenes contra la humanidad. La inmunidad de jurisdicci¨®n [la presunta soberan¨ªa jurisdiccional de Chile] puede, de buena ley, serle rechazada".

Garz¨®n sac¨® del congelador la doctrina de N¨²remberg para juzgar los cr¨ªmenes de la dictadura argentina

El debate abord¨® la pregunta: ?Qu¨¦ queda del derecho de N¨²remberg? David se pregunt¨®: "?Espada de Damocles sobre los dictadores y torturadores o producto congelado que permanece sepultado en la nevera del aparato legislativo de los Estados?". Su respuesta: "El derecho de N¨²remberg es las dos cosas, aunque la realidad nos lleve m¨¢s hacia el congelador que a la espada. No est¨¢ tan mal porque el producto existe y no hay m¨¢s que hacerle salir de su letargo e hibernaci¨®n para insuflarle vida. El derecho de N¨²remberg es un fantasma. Todo juez y todo tribunal que tenga la posibilidad de arrestar al responsable de un crimen contra la humanidad debe perseguirle y enjuiciarle; es una exigencia del derecho y la moral".

Nueve a?os despu¨¦s, en junio de 1996, el juez Baltasar Garz¨®n sac¨® la doctrina de N¨²remberg del congelador al proclamar la jurisdicci¨®n espa?ola para juzgar los cr¨ªmenes de la dictadura argentina. La descongelaci¨®n la hab¨ªa iniciado el fiscal Carlos Castresana, quien present¨® una querella contra los miembros de la junta militar argentina en nombre de la Uni¨®n Progresista de Fiscales (UPF). Garz¨®n abri¨® m¨¢s tarde un cap¨ªtulo en la causa argentina, la llamada Operaci¨®n C¨®ndor, en la que el terrorismo de las dictaduras argentina y chilena, entre otras, hicieron frente com¨²n para aniquilar a decenas de miles de opositores.

En febrero de 1997, el juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, por su parte, admit¨ªa la querella presentada por el abogado Joan Garc¨¦s, unida a la de la UPF, elaborada tambi¨¦n por iniciativa de Castresana.

Fue precisamente en octubre de ese a?o de 1997 cuando el capit¨¢n de corbeta retirado Adolfo Scilingo viaj¨® a Madrid. Hab¨ªa confesado en Buenos Aires su participaci¨®n en los vuelos de la muerte, en 1995, al periodista Horacio Verbitsky, quien reflej¨® los hechos en su libro El vuelo. En 1997, pues, viaj¨® a Madrid para narrar los hechos al programa Informe Semanal.

En Buenos Aires, la historia ya era ampliamente conocida. En una de sus entrevistas con el periodista argentino Horacio Verbitsky, en 1995, Scilingo le extendi¨® una carta.

-L¨¦ala pero no se preocupe por retener detalles porque le voy a dejar una copia. Usted va a ver que hicimos cosas peores que los nazis -dijo Scilingo.

La carta estaba fechada en los a?os noventa y su destinatario era el dictador Jorge Rafael Videla. En 1977, siendo teniente de nav¨ªo, Scilingo estaba destinado en la despiadada Escuela Mec¨¢nica de la Armada.

"Siendo usted comandante en jefe del Ej¨¦rcito y en cumplimiento de ¨®rdenes impartidas por el Poder Ejecutivo, cuya titularidad usted ejerc¨ªa, particip¨¦ de dos traslados a¨¦reos, el primero con 13 subversivos a bordo de un avi¨®n Skyvan de la prefectura, y el otro con 17 terroristas en un Electra de la Aviaci¨®n Naval. Se les dijo que ser¨ªan evacuados a un penal del sur del pa¨ªs y que por ello deb¨ªan ser vacunados. Recibieron una primera dosis de anestesia, la que ser¨ªa reforzada por otra mayor en vuelo. Finalmente, en ambos casos fueron arrojados desnudos a aguas del Atl¨¢ntico Sur desde los aviones en vuelo".

El juez Garz¨®n cit¨® a declarar a Scilingo el 7 de octubre de 1997, y orden¨® su detenci¨®n mientras continuaba su declaraci¨®n. El 10 de octubre, el juez decret¨®, tras finalizar la comparecencia, su prisi¨®n incondicional y comunicada.

La ficci¨®n del profesor David se cumpl¨ªa con creces. El juez Garz¨®n, informado de que Augusto Pinochet se encontraba de visita en Londres, orden¨®, el 16 de octubre de 1998, su arresto. La polic¨ªa brit¨¢nica procedi¨® a ejecutar la orden. Dos semanas despu¨¦s, la Audiencia Nacional confirmaba la jurisdicci¨®n espa?ola para juzgar al ex dictador.

Tanto el juicio contra Scilingo como la anulaci¨®n de las leyes de impunidad en Argentina, as¨ª como los procesos en curso actualmente en Chile contra Pinochet forman parte, pues, de la larga espada de Damocles.