La guerra de Figo
La llegada del dan¨¦s Gravesen amenaza al jugador portugu¨¦s con el banquillo
A sus 31 a?os, Luis Figo ya sabe que pende sobre ¨¦l la amarga amenaza de pasar a la historia. Por primera vez desde que era un juvenil, Figo se enfrenta al banquillo. Lo supo con certeza en el segundo tiempo del encuentro de ayer, mientras el Bernab¨¦u le ovacionaba. Luxemburgo le mand¨® a la ducha y no s¨®lo eso. El entrenador le cambi¨® en un momento decisivo en su etapa como jugador del Madrid. Le quit¨® para dar entrada al nuevo fichaje, Thomas Gravesen, y el cambio tuvo la carga de los mensajes fat¨ªdicos. Figo se fue al vestuario consciente de que desde el palco m¨¢s de un directivo le hab¨ªa bajado el pulgar. Esos mismos directivos que le promocionaron como un art¨ªculo de lujo, una estrella universal, ahora se refieren a ¨¦l como a "Vinagre". Ya nadie repara f¨¢cilmente en su condici¨®n de piedra fundamental de un proyecto. El cambio de opini¨®n coincide con variables financieras. La cercan¨ªa del mes de junio: entonces s¨®lo faltar¨¢ un a?o para que venza su contrato. Ser¨¢ el mejor momento para venderle, si es que el Madrid quiere sacar dinero por ¨¦l.
Luxemburgo le cambi¨® en un momento decisivo en su etapa como jugador del Real Madrid
Cuando le preguntaron por el cambio de Figo por Gravesen, el entrenador del Madrid, que conoce el terreno que pisa, advirti¨® sobre la necesidad de un cambio de mentalidad. "Los jugadores", dijo Luxemburgo; "no se tienen que enfadar cuando son sustituidos. Deben comprender que los cambios son parte del f¨²tbol y en todos los partidos tienen que haber cambios. Yo no quiero que mis jugadores se molesten cada vez que son sustituidos porque esto es algo normal".
Luxemburgo no mencion¨® a Figo pero el portugu¨¦s estaba impl¨ªcito en su discurso. El entrenador sabe que le esperan d¨ªas dif¨ªciles y que deber¨¢ tomar decisiones pol¨¦micas. Se puede decir que desde ayer Luxemburgo ha entrado de verdad en el banquillo del Madrid. Desde ayer, el t¨¦cnico ya sabe lo que es vivir entre aguas: los jugadores amenazantes, los directivos insinuantes y su propio criterio, que es, posiblemente, el que menos cuente.
En el caso de Figo las decisiones de Luxemburgo tienen olor a pol¨ªtica de club. De pronto, Beckham ha vuelto a ocupar la banda derecha por primera vez desde que dej¨® el Manchester en 2003. Ocurre justamente ahora, que las relaciones entre el Madrid y Figo pasan por un distanciamiento. Justo ahora que Figo se siente peor tratado que Zidane, o que Roberto Carlos, que renovaron hace tiempo. Justo cuando el extremo siente que ya no le quieren y que, puesto que no renuevan su contrato, parece que se disponen a aprovechar la ¨²ltima ocasi¨®n para sacarle unos euros.
A Figo, que es guerrero, le espera una ¨¦poca de placer morboso: una guerra psicol¨®gica. Sabe que deber¨¢ esforzarse para crear un conflicto de conciencia en Luxemburgo. Si lo consigue, si juega muy bien, entonces el entrenador se ver¨¢ obligado a pens¨¢rselo dos veces antes de hacer caso a insinuaciones externas y mandarle al banquillo. Porque al parecer, ahora Beckham tiene prioridad. Aunque la actual campa?a haya sido pobre para el ingl¨¦s. Ahora la pol¨ªtica ha dado un giro.
Luxemburgo, entre tanto, dio explicaciones t¨¦cnicas que oscurecen m¨¢s el futuro del portugu¨¦s en Madrid. "Quer¨ªa que Gravesen jugara como ¨²nico medio centro con dos mediocampistas por delante, dos interiores, no dos extremos", coment¨® el brasile?o, tras el encuentro de ayer. "Pero Beckham no lo entendi¨® y se peg¨® a la banda. Luego se lo dije y lo comprendi¨®. Quiero que Gravesen juegue en el medio, Beckham a la derecha un poco cerrado hacia el interior, otro volante por la izquierda, y Zidane libre".
Es posible que la retirada de Figo sea s¨®lo parte del plan t¨¢ctico del partido de ayer. Es posible, pero es poco probable, a tenor de los intereses que priman. Y los intereses que se han impuesto en el Madrid, de un tiempo a esta parte, han sido los econ¨®micos. Luchar contra esa realidad es casi temerario. Y a Figo, que tiene coraz¨®n de duelista, le van los desaf¨ªos. En contra tendr¨¢ a Sacchi, a la directiva, y probablemente al t¨¦cnico.
Adem¨¢s de hablar del centro del campo, Luxemburgo, critic¨® el juego de su equipo: "Me ha gustado el partido que hemos hecho porque hemos jugado con orden y con paciencia. El equipo ha sabido mover la pelota y esperar la ocasi¨®n. Hemos cambiado bien de frente, de una banda a la otra, y los jugadores siempre han estado bien colocados. Pero claro que eso no puede quedarse as¨ª. Tenemos que mejorar porque con esto no basta. Si seguimos jugando as¨ª no ganaremos la Liga".
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