Irresponsables

El pasado s¨¢bado asist¨ª en los Cines Princesa de Madrid a un hecho sorprendente: la autorizaci¨®n a entrar en la sala donde se proyecta la pel¨ªcula de Mart¨ªn Scorsese El aviador a una ni?a de unos siete a?os. Acompa?ada de un adulto, probablemente su padre, la peque?a ocup¨® su localidad, provista de su correspondiente cubo de palomitas, dispuesta a pasar una tarde de diversi¨®n.

Que El aviador es una pel¨ªcula excelente es indiscutible, pero que haya sido oficialmente autorizada para mayores de siete a?os no la convierte en un espect¨¢culo familiar. En el filme no hay nada que pueda molestar al espectador. Sin embargo, ?est¨¢ capacitado un ni?o tan peque?o para entender su argumento y seguir sus dos horas y media de proyecci¨®n en versi¨®n original subtitulada? Al margen de los habituales y ya de por s¨ª odiosos ruidos de las palomitas y un constante ir y venir de su asiento a las rodillas de su progenitor, me parece lamentable que este tipo de cosas no se cuiden m¨¢s. Ya que hay padres que no seleccionan las pel¨ªculas que van a ver con sus hijos, al menos los responsables de las salas deber¨ªan estar m¨¢s vigilantes y advertir a estos padres descuidados que la biograf¨ªa del multimillonario Howard Hugues no es precisamente un argumento infantil.

La pobre criatura languideci¨® durante toda la tarde hasta acabar medio dormida, aburrida hasta el infinito por una historia que le daba igual. Si le someten a este tipo de encerronas muchos fines de semana, dentro de unos a?os esta ni?a no querr¨¢ ir al cine y mucho menos en versi¨®n original.