Beckham descongela al Madrid

El Madrid ya no intimida con la pasi¨®n de antes, pero resuelve desde un punto de vista m¨¢s racional. En Soria el Madrid jug¨® al juego del control, de la colocaci¨®n, del orden. Fue menos espectacular y no tuvo llegada. No pis¨® el ¨¢rea y pareci¨® incapaz de resolver la situaci¨®n, presa de la rigidez, del fr¨ªo. Le bast¨® con una falta perfectamente lanzada por Beckham. El gol rompi¨® un duelo trabado, poco atractivo, que se desat¨® en los ¨²ltimos minutos con el Numancia colgando balones en un intento balad¨ª por restituir lo que estaba definitivamente perdido.

En el calendario del Madrid, la empresa soriana se anunciaba como una jornada desapacible y as¨ª fue hasta el gol de Beckham. El partido se jug¨® lejos de las ¨¢reas, en espacios reducidos, con muchos pases fallidos, pocos desmarques y una ca¨ªda de tensi¨®n general, aparentemente consecuencia de la baja temperatura, por debajo de cero grados. Entre el tedio y el fr¨ªo, pareci¨® que algunos jugadores se fueron congelando poco a poco. La cosa se resumi¨® en un movimiento pendular: el Numancia se cerraba atr¨¢s con cinco defensas, sal¨ªa y perd¨ªa la pelota; el Madrid no se desencajaba, aguantaba, y maniobraba sin profundidad.

El Madrid sali¨® sin Ronaldo y eso ya hizo mucho por quitarle filo. Del resto se ocup¨® Luxemburgo, que prefiri¨® dejar a Guti en el banquillo y situar a Gravesen en el medio centro. El dan¨¦s, sobre la pizarra, es un moj¨®n que aporta equilibrio y contundencia defensiva. Su cartel le confiere condiciones de filtro de ataques rivales. S¨®lo que ayer el Madrid jug¨® en Los Pajaritos, no en el Camp Nou. ?A qu¨¦ media punta deb¨ªa cerrar el paso Gravesen? ?De qui¨¦n hab¨ªa que defenderse? Al parecer, de Tevenet, un futbolista escurridizo y valiente, que debi¨® inspirar gran inquietud en Luxemburgo. Consecuencia de esa inquietud fue que Guti, el mejor pasador, se quedara en el banquillo otra vez.

Si el Numancia tuvo ocasi¨®n de sacar un punto, fue en la primera parte. Sin bandas, con Zidane volcado a la derecha y Figo en la media punta, el Madrid perdi¨® la pelota porque se meti¨® en un embudo. No ten¨ªa desborde por afuera. El Numancia se hizo fuerte acumulando gente atr¨¢s, todos atentos sobre un c¨¦sped que sirvi¨® de barricada. En el campo de ayer, los tacos se clavaron mal, y cuando eso ocurre, sufre m¨¢s el que lleva el bal¨®n que el que se afirma y espera. Dos tiros de Figo desde fuera del ¨¢rea, uno de ellos al palo, fue la producci¨®n del Madrid en los metros decisivos.

Puesto a gestionar los partidos con paciencia, el Madrid actual se impone por c¨¢lculo. Es cartesiano. No se parece en nada al equipo impulsivo y sorprendente de la primera mitad de la temporada, pero intimida menos. Es menos un regalo para el espectador, que ni sufre ni padece, ni se divierte lo que antes. Los rivales, como el Numancia ayer, encuentran menos resquicios para atacarlo pero se defienden con menos sobresaltos. As¨ª ocurri¨® ayer, hasta los ¨²ltimos minutos. Por lo dem¨¢s, hasta el gol de Beckham, el partido se jug¨® en el ¨¢mbito controlado de lo previsto, salvo por el penalti que el ¨¢rbitro le pit¨® a Helguera. Lo lanz¨® Tevenet y lo par¨® Casillas.

En la recta final, con el Numancia arrinconado, Beckham abri¨® el partido con un gol de falta directa. El ingl¨¦s fue intrascendente en todo menos en ese gol, marca de la casa. Escorado a la derecha del ¨¢rea del Numancia, se perfil¨® como si fuera a lanzar un c¨®rner y golpe¨® tras un escorzo perfecto. Dobl¨® el tobillo de goma, se apoy¨®, y con el otro pie mand¨® la palota al palo contrario. Lejos de N¨²?ez. El tanto oblig¨® al Numancia a jugar otro partido, en el que Guti demostr¨® que merece un sitio entre los titulares m¨¢s que nadie. Un duelo que permiti¨® un gol de Salgado y otro de Miguel, y en el que los t¨¦cnicos, incluido Luxemburgo, tuvieron menos mano.