Salto cualitativo en la construcci¨®n de la UE
Los autores, miembros del Movimiento Europeo, consideran que la Constituci¨®n europea resuelve grandes temas pendientes y avanza hacia el futuro
El 29 de octubre de 2004 se firmaba en Roma el Tratado por el que se establece una Constituci¨®n para Europa. El 12 de enero de 2005 se ha convocado el refer¨¦ndum consultivo de ratificaci¨®n en Espa?a a celebrarse el siguiente 20 de febrero. El d¨ªa siguiente, 13 de enero, el Parlamento Europeo ha adoptado un dictamen muy favorable al Tratado-Constituci¨®n, en el que por primera vez no ve la botella medio llena, sino que se adhiere pr¨¢cticamente a todos sus contenidos.
Los medios de comunicaci¨®n de nuestro pa¨ªs est¨¢n sugiriendo la idea de que el Tratado-Constituci¨®n es un tratado m¨¢s, un paso equivalente a los tratados anteriores (Maastricht, Amsterdam, Niza) y ni siquiera el tratado definitivo. Se pone el acento en que no es una Constituci¨®n porque no re¨²ne los requisitos de la misma, ni en su forma de adopci¨®n ni en sus contenidos. Igualmente se afirma que no es un avance, ya que debilita la dimensi¨®n social de la Uni¨®n, relativizando su valor.
La Constituci¨®n incluye reformas para acercar Europa a los ciudadanos
El Tratado, en vez de elevar la construcci¨®n europea un escal¨®n, sube cinco a la vez
Ninguna de estas cr¨ªticas est¨¢ justificada. Sin ser un paso definitivo, ya que la construcci¨®n europea es un proceso, no es un tratado m¨¢s, equiparable a los pasos anteriores, puede considerarse que en vez de elevar la construcci¨®n europea un escal¨®n, sube cinco escalones a la vez. Le¨ªdo en la clave de los tratados anteriores, el Tratado-Constituci¨®n da respuesta a los problemas que ¨¦stos no resolv¨ªan, en la medida en que avanza hacia el futuro.
En palabras de la reciente Resoluci¨®n del Parlamento Europeo, el Tratado Constitucional "representa un compromiso adecuado que supone una mejora considerable de los tratados existentes, lo cual entra?ar¨¢ beneficios perceptibles para los ciudadanos europeos, para el Parlamento Europeo como representaci¨®n democr¨¢tica de ¨¦stos, para las instituciones de la Uni¨®n, as¨ª como para los Estados miembros, sus entidades regionales y locales y, por ello para la Uni¨®n Europea en su totalidad".
Este cambio profundo ha podido ser posible gracias a un poder constituyente singular que, sin ser una Asamblea constituyente elegida ex profeso por los ciudadanos, supone un avance respecto a las anteriores conferencias intergubernamentales, en las que ¨²nicamente decid¨ªan los Gobiernos de los Estados miembros. La Convenci¨®n Europea, deudora del impulso parlamentario, es un m¨¦todo innovador que ha permitido incorporar a las dos legitimidades, la europea y la de 27 Estados, miembros y candidatos, a trav¨¦s de la representaci¨®n no s¨®lo de sus Gobiernos, sino tambi¨¦n de sus Parlamentos.
La Convenci¨®n, presidida por el ex presidente franc¨¦s Giscard d'Estaing, tras a?o y medio de trabajos logr¨® dar respuesta a los interrogantes planteados en la Declaraci¨®n de Laeken, aprobando por consenso un Tratado Constitucional. As¨ª incluye reformas para acercar Europa a los ciudadanos, hace posible la vertebraci¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n ampliada e introduce medidas para permitir que la Uni¨®n sea un factor de estabilidad en la escena internacional y un referente para otros pa¨ªses y pueblos.
El m¨¦todo de la Convenci¨®n se ha caracterizado por ser abierto, transparente y plural, y ha asociado, adem¨¢s, a la reforma a los candidatos a la adhesi¨®n, permitiendo la participaci¨®n de los miembros futuros en el dise?o de la Uni¨®n del ma?ana. En contra de lo que se pensaba inicialmente, los factores internacionales -la guerra de Irak y el nuevo clima internacional- han conspirado a favor del ¨¦xito de la Convenci¨®n, cosa que inicialmente parec¨ªa imposible, propiciando un desarrollo y un alcance m¨¢s profundo de las reformas propuestas en el Tratado-Constituci¨®n.
La Conferencia Intergubernamental que sigui¨® a la Convenci¨®n ha confirmado los avances de su propuesta en contra de lo que se sosten¨ªa. As¨ª, no s¨®lo no ha echado agua al vino del texto convencional, sino que en algunos aspectos incluso -como la pol¨ªtica exterior y la seguridad y defensa- ha mejorado el vino. El hecho de que la Conferencia Intergubernamental asuma el modelo de la Convenci¨®n confirma la validez de este nuevo m¨¦todo de reforma.
El resultado de este proceso pol¨ªtico es un Tratado-Constituci¨®n que resuelve los grandes temas pendientes y avanza hacia el futuro. Entre los primeros -los viejos asuntos pendientes- puede citarse la personalidad jur¨ªdica de la Uni¨®n, la desaparici¨®n de los pilares, la obligatoriedad de la Carta de Derechos Fundamentales, el establecimiento de una delimitaci¨®n de competencias no r¨ªgida, la reforma de las instituciones, la simplificaci¨®n de los tratados y del Derecho Comunitario, la jerarqu¨ªa normativa, la reforma y extensi¨®n de la mayor¨ªa cualificada, la generalizaci¨®n de la codecisi¨®n del Parlamento Europeo, la transparencia, la comunitarizaci¨®n del espacio de libertad, seguridad y justicia y el desarrollo de la pol¨ªtica exterior com¨²n, entre otros muchos.
Pero, adem¨¢s, la Constituci¨®n establecida por este tratado avanza hacia el futuro con tres opciones fundamentales:
- la opci¨®n por la democracia, introduciendo al ciudadano como pilar de la Uni¨®n y dando fuerza jur¨ªdica a la Carta de Derechos Fundamentales;
- la opci¨®n por el modelo social europeo (que no es el modelo chino, ni el modelo norteamericano), consagrando como objetivos de la Uni¨®n un desarrollo sostenible basado en una econom¨ªa social de mercado altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social; combatir la exclusi¨®n social y la discriminaci¨®n; y fomentar la justicia y protecci¨®n sociales, la igualdad entre mujeres y hombres, la solidaridad entre las generaciones y la protecci¨®n de los derechos del ni?o;
- la opci¨®n por la paz, no s¨®lo en su interior, sino en el resto del mundo.
As¨ª, el Tratado-Constituci¨®n avanza hacia el futuro estableciendo el marco de convivencia de la primera democracia transnacional de la sociedad internacional de la globalizaci¨®n. "Por su naturaleza y contenido ese tratado establece una verdadera Constituci¨®n. Define la naturaleza, valores y principios que guiar¨¢n las actuaciones de la Uni¨®n; acota las competencias de la Uni¨®n; establece sus instituciones; presenta los instrumentos de decisi¨®n y precisa los actos; define los derechos de los ciudadanos respecto a la Uni¨®n; establece las normas que regular¨¢n su revisi¨®n... ?ste es el cometido de una Constituci¨®n, definir las condiciones y los l¨ªmites del ejercicio del poder en un marco de una entidad pol¨ªtica y garantizar los derechos de los ciudadanos".
A nosotros, como Movimiento Europeo que llevamos desde 1948 luchando por conseguir esto, posiblemente nos hubiera gustado que el Tratado-Constituci¨®n avanzara m¨¢s. Sin embargo, tiene que quedar claro que nadie hubiera podido pensar ni hace cincuenta, cuarenta... ni apenas un a?o, que este gran paso se hubiera conseguido y, sobre todo, que en nada se haya retrocedido. En todo caso, el Tratado-Constituci¨®n recoge los rasgos b¨¢sicos que hemos venido demandando desde hace 56 a?os. ?sta no es la Constituci¨®n definitiva, ya que Europa es camino y no posada, como dijera Ortega y Gasset, pero en el proceso el Movimiento Europeo entiende que supone un salto cualitativo. "El Movimiento Europeo Internacional cree que este paso en la direcci¨®n de una Europa m¨¢s unificada y democr¨¢tica no es el ¨²ltimo en relaci¨®n a estos objetivos, y proseguir¨¢ todos los esfuerzos para asegurar que el texto constitucional sea mejorado de acuerdo con nuestro punto de vista federalista, democr¨¢tico y social".
Francisco Aldecoa Luzarraga es decano de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa, Universidad Complutense de Madrid, catedr¨¢tico Jean Monnet y vocal del Consejo Federal Espa?ol del Movimiento Europeo. Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles Gil-Delgado, ex presidente del Parlamento Europeo, es catedr¨¢tico Jean Monnet, Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa Universidad Complutense de Madrid, y presidente del Movimiento Europeo Internacional.
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