Arabia Saud¨ª utiliza Internet para luchar contra el islamismo radical
El reino dialoga con 800 extremistas para que abandonen la violencia
El ministro saud¨ª de Asuntos Isl¨¢micos, jeque Saleh Bin Abdulaziz al Sheij, anunci¨® ayer una campa?a a trav¨¦s de Internet para tratar de contrarrestar el islamismo radical. "Hemos logrado establecer di¨¢logo con 800 extremistas y convencer a una cuarta parte de ellos", declar¨® el jeque Saleh en una inusual conferencia de prensa. Su comparecencia buscaba probar que el estamento religioso respalda las pol¨ªticas para combatirlo.
Saleh demostr¨®, dentro del marco de la Conferencia Internacional contra el Terrorismo, que sigue sin debatirse la influencia de la religi¨®n en la cultura de violencia que la hace posible. "El compromiso del Reino de Arabia Saud¨ª de luchar con todos los medios contra la naturaleza enga?osa del terrorismo se extiende tambi¨¦n al Ministerio de Asuntos Isl¨¢micos", asegur¨® el jeque Saleh, que, como es habitual entre los saud¨ªes m¨¢s piadosos, luc¨ªa su pa?uelo sin el aghal, el cordoncillo negro que lo sujeta a la cabeza. "Nuestra estrategia tiene dos frentes: el preventivo, que busca combatir las fuentes ideol¨®gicas del terrorismo, y el paliativo, mediante el cual tratamos de tender puentes de di¨¢logo", manifest¨® antes de dar a conocer la iniciativa a trav¨¦s de Internet.
En realidad, el ministro no fue demasiado expl¨ªcito sobre ella. "Es un di¨¢logo individualizado que nos ha permitido convencer a 250. Con los dem¨¢s seguimos en contacto, pero necesitamos hacer m¨¢s porque es psicol¨®gicamente dif¨ªcil", dijo, aunque admiti¨® que al tratarse de Internet no es posible saber exactamente si sus interlocutores est¨¢n dentro o fuera del reino. "Tambi¨¦n hemos intentado dialogar con los encarcelados", apunt¨® sin dar m¨¢s datos. Algunos activistas detenidos se han retractado posteriormente ante las c¨¢maras de televisi¨®n.
Ultraconservadurismo
Sus palabras no son s¨®lo las de un ministro. Hijo del muft¨ª del reino, el jeque Saleh pertenece a la familia Al Sheij, los descendientes de Mohamed Abdel Wahab, cuya alianza con el primer Abdulaziz sent¨® las bases pol¨ªtico-religiosas del reino y de cuya doctrina deriva la estricta interpretaci¨®n del Cor¨¢n que impera en Arabia Saud¨ª. Sin embargo, Saleh al Sheij desvincul¨® en todo momento el ultraconservadurismo religioso de su pa¨ªs del fen¨®meno terrorista que ahora padece.
"Cuando Osama Bin Laden viv¨ªa aqu¨ª, cooperaba con el Gobierno y con Estados Unidos; fue cuando dej¨® Arabia Saud¨ª en 1989 cuando su mente cambi¨®. No se le puede considerar fruto de la ideolog¨ªa saud¨ª", se?al¨®. ?Cu¨¢l es entonces el origen de los pensamientos desviados?, le preguntaron los periodistas usando la terminolog¨ªa saud¨ª. "La gente que abraza esas ideas no s¨®lo procede de Arabia Saud¨ª, sino de otros muchos pa¨ªses. Es un problema que arranca de la guerra de Afganist¨¢n", dijo repitiendo la doctrina oficial.
Es precisamente esa negativa a plantearse siquiera la posibilidad de que las tradiciones religiosas del reino hayan promovido el terrorismo islamista radical lo que hace temer a algunos observadores que no se llegue al fondo de la cuesti¨®n. "Es un mero ejercicio de relaciones p¨²blicas", desestiman varios analistas saud¨ªes. "El terrorismo es la consecuencia l¨®gica del extremismo religioso que impera en nuestra sociedad", explica uno de ellos, para quien los cambios en el curr¨ªculo educativo, el discurso de los predicadores y el control de las sociedades de beneficencia a¨²n se quedan cortos. M¨¢s all¨¢ de la que ser¨¢ la Declaraci¨®n de Riad, las delegaciones trabajan sobre todo en los contactos bilaterales.
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