Carlos y Camilla se casar¨¢n el 8 de abril
La reina, el Gobierno y la Iglesia anglicana apoyan el enlace del heredero de la Corona con una divorciada
Carlos de Inglaterra y su amante de toda la vida, Camilla Parker Bowles, se casar¨¢n el 8 de abril pr¨®ximo en una ceremonia civil en el castillo de Windsor. Signo de los tiempos: lo que hace 70 a?os le cost¨® el trono a Eduardo VIII, el casamiento con una mujer divorciada, ya no es un obst¨¢culo. Carlos, divorciado de la luego fallecida Diana de Gales, y Camilla, divorciada de Andrew Parker Bowles, recibieron ayer las felicitaciones de la reina Isabel, del primer ministro Tony Blair, de los partidos de la oposici¨®n y de la Iglesia anglicana. Camilla recibir¨¢ el t¨ªtulo de duquesa de Cornualles y el tratamiento de alteza real, princesa consorte, pero no ser¨¢ ni princesa de Gales ni reina consorte una vez que el pr¨ªncipe Carlos acceda al trono de Inglaterra.
El anuncio se precipit¨® debido a que 'The Evening Standard' iba a publicar la noticia
Las encuestas se?alan que los brit¨¢nicos aceptan que la pareja legalice su situaci¨®n
El tratamiento de princesa consorte es in¨¦dito en la Monarqu¨ªa brit¨¢nica, donde la mujer del rey suele recibir el tratamiento de reina consorte, y el marido de la reina es tratado como pr¨ªncipe consorte. Pero la renuncia de Camilla Parker Bowles a ser tratada como reina de Inglaterra y al t¨ªtulo de princesa de Gales que Diana utiliz¨® hasta su muerte se ha considerado necesario para facilitar la aceptaci¨®n popular de la amante del heredero como futura mujer del, quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa, futuro rey.
Las encuestas se?alan que los brit¨¢nicos cada vez aceptan m¨¢s la idea de que Carlos (de 56 a?os) y Camilla (que cumplir¨¢ 58 en julio), amantes m¨¢s o menos ocasionales desde que se conocieron hace ya casi 35 a?os y que viven juntos en la residencia oficial del heredero, legalicen su situaci¨®n. Pero siempre han mantenido una clara hostilidad ante la posibilidad de que Camilla usurpe el lugar que le deber¨ªa haber correspondido a Diana de Gales.
Las segundas nupcias de dos maduros divorciados no tendr¨¢n nada que ver con la aparatosa boda que Carlos y Diana celebraron en el altar de la catedral de San Pablo en 1981. La crisis vivida por la Monarqu¨ªa brit¨¢nica en los a?os ochenta y noventa, la muerte de Diana de Gales en 1997 y la oposici¨®n de la Iglesia anglicana a que los divorciados se vuelvan a casar salvo que su primer c¨®nyuge haya fallecido -es el caso de Carlos, pero no de Camilla- obligan a la discreci¨®n. La soluci¨®n de compromiso adoptada ha sido una ceremonia civil en el castillo de Windsor, la residencia de la reina cerca de Londres, seguida de un acto religioso en la capilla de San Jorge, en el propio palacio. El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, dio ayer su apoyo personal a la boda.
El anuncio, que cogi¨® por sorpresa a casi todos los medios, se precipit¨® debido a que el vespertino londinense The Evening Standard estaba a punto de publicar la noticia. Clarence House, la residencia oficial del pr¨ªncipe Carlos, la confirm¨® a primera hora de la ma?ana. Desde entonces se empezaron a suceder las declaraciones de felicitaci¨®n a los contrayentes. El l¨ªder conservador, Michael Howard, fue uno de los primeros. Luego los liberales, la reina Isabel y su marido, el duque de Edimburgo, y otros miembros de la familia real. El primer ministro, Tony Blair, ley¨® una brev¨ªsima nota de felicitaci¨®n a las 11.30 desde Downing Street, su residencia oficial. El arzobispo de Canterbury hizo otro tanto.
El portavoz del primer ministro explic¨® que Blair fue consultado d¨ªas atr¨¢s acerca de la boda y que ¨¦ste "dio los consejos que consider¨® necesarios" y otros ministros dieron los "consejos legales" oportunos, sin explicar cu¨¢les fueron ¨¦stos.
Legalmente, es la reina, no el primer ministro, quien ten¨ªa que dar su consentimiento a la boda del heredero. La reina dio su consentimiento a trav¨¦s de una nota en la que dijo: "El duque de Edimburgo y yo estamos muy felices de que el pr¨ªncipe de Gales y la se?ora Parker Bowles se vayan a casar. Les hemos expresado nuestros mejores deseos para su futuro juntos".
Pero si el poder se precipit¨® a dejar claro que apoyaba el enlace, la poblaci¨®n parece bastante m¨¢s despreocupada. En casi todas las encuestas, el porcentaje de gente que dice que le es igual si Camilla y Carlos se casan se sit¨²a entre el 20% y el 30%. La actitud de los brit¨¢nicos hacia la boda es importante para una Monarqu¨ªa que ha vivido momentos de aguda crisis con la ruptura del matrimonio de Carlos y Diana de Gales.
Durante a?os, Camilla Parker Bowles ha sido se?alada como una de las causas principales de esa ruptura, y su figura ha sido muy impopular. Desde 1999, diluidos ya los ecos de la tr¨¢gica muerte de Diana y su amante, Dodi al Fayed, un complejo dispositivo de relaciones p¨²blicas ha ido haciendo cada vez m¨¢s aceptable la figura de Camilla a la poblaci¨®n brit¨¢nica... y a la propia familia real. Lo importante para los Windsor no es que Camilla conquiste al p¨²blico, sino que el p¨²blico no se vuelva contra Carlos y contra la Monarqu¨ªa.
La boda no tiene un gran significado pol¨ªtico. "Su importancia pol¨ªtica es cero", sentenci¨® ayer el principal comentarista pol¨ªtico de la BBC, Andrew Marr. Fijada menos de cuatro semanas antes de la fecha en la que todo el mundo espera que se celebren las elecciones generales, el enlace no va a quitar ni a poner votos a ninguno de los partidos contendientes.
Desde el punto de vista institucional, la boda tampoco va a alterar el curso de la historia. Los tiempos han cambiado y el matrimonio del heredero con una mujer divorciada no lleva a la abdicaci¨®n a la que tuvo que someterse el rey Eduardo VIII en 1936 para casarse con la millonaria norteamericana divorciada Wallis Simpson.
La reina Isabel II, que va a cumplir 79 a?os, seguir¨¢ reinando hasta su muerte, seg¨²n todos los pron¨®sticos. Y la longevidad de su madre (101 a?os) y su buena salud auguran que a¨²n le quedan bastantes a?os en el trono. Muchos expertos dicen desde hace tiempo que Carlos nunca reinar¨¢, que abdicar¨¢ a favor de su hijo Guillermo cuando le llegue la hora de reinar. Su boda con Camilla ni impulsa ni resta posibilidades a esa tesis.
Para facilitar la uni¨®n, Camilla ha renunciado al t¨ªtulo de princesa de Gales y al tratamiento de reina consorte. Algunos expertos sostienen que eso va a exigir modificaciones legales no s¨®lo en el Reino Unido, sino tambi¨¦n en los pa¨ªses de la Commonwealth que mantienen al soberano brit¨¢nico como su jefe de Estado.
Otros creen que como la renuncia es voluntaria y no forzada por el legislador, no es necesario ese proceso legal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.