Asesinado el ex primer ministro de L¨ªbano
La oposici¨®n acusa a Siria del atentado contra Rafik Hariri en el centro de Beirut
El ex primer ministro liban¨¦s Rafik Hariri, de 60 a?os, muri¨® ayer asesinado en Beirut como consecuencia de la explosi¨®n de un coche bomba. El atentado, uno de los m¨¢s graves y tr¨¢gicos que se han producido en la capital libanesa tras el fin de la guerra civil en 1990, cost¨® la vida a otras nueve personas m¨¢s, caus¨® al menos 100 heridos e importantes da?os materiales en el centro de la ciudad. El asesinato fue reivindicado por un grupo fundamentalista desconocido que dijo actuar en nombre de la guerra santa o yihad, pero todas las sospechas confluyen sobre el r¨¦gimen de Damasco, con el que Hariri se hab¨ªa enfrentado en los ¨²ltimos meses al reclamar la salida de las tropas sirias -unos 15.000 soldados- de L¨ªbano.
Una enorme explosi¨®n sacudi¨® ayer al mediod¨ªa, pocos minutos despu¨¦s de la una (las doce en la Espa?a peninsular), la Corniche de Beirut, la gran avenida que discurre a lo largo del Mediterr¨¢neo, alcanzando de lleno a un convoy formado por cuatro coches blindados negros, custodiados por media docena de jeeps, en el que viajaba Hariri con algunos de sus colaboradores. En ese momento el ex primer ministro se dirig¨ªa desde el Parlamento, donde hab¨ªa participado en un debate sobre las pr¨®ximas elecciones, a su casa, situada en un extremo del barrio de Hamra.
La explosi¨®n de lo que se supone que era un coche bomba, cargado con cerca de 350 kilogramos de explosivo, alcanz¨® de llen¨® la caravana de veh¨ªculos, provocando graves heridas en los viajeros, especialmente a Hariri. Aunque ¨¦ste fue trasladado urgentemente al hospital Americano cercano, los m¨¦dicos no pudieron hacer nada por salvar su vida, y falleci¨® a los pocos minutos. Al menos otras nueve personas, entre ellas, un agente de su seguridad personal, murieron en el atentado.
La carga explosiva hizo saltar puertas y ventanas de los edificios colindantes, entre ellos, dos de los hoteles m¨¢s emblem¨¢ticos y lujosos de la ciudad, Saint Georges y Phoenicia, abriendo, adem¨¢s, en el suelo un cr¨¢ter de cerca de cien metros. Los hu¨¦spedes de los hoteles fueron desalojados por los bomberos y las ambulancias en medio de un escenario dantesco, con coches ardiendo, explosiones aisladas de los dep¨®sitos de combustible de los veh¨ªculos y gritos pidiendo auxilio de los heridos, que yac¨ªan en medio de la chatarra.
El asesinato de Hariri fue reivindicado por una organizaci¨®n fundamentalista desconocida, -La Victoria y la Yihad en la Gran Siria (es decir, Jordania, Siria, L¨ªbano y Palestina)-, que en un comunicado enviado a la cadena Al Yazira dijo haber actuado contra el "infiel" para castigarlo por sus relaciones con Arabia Saud¨ª y en venganza "por aquellos que han muerto a manos del r¨¦gimen saud¨ª". Sin embargo, la reivindicaci¨®n parec¨ªa ayer poco cre¨ªble y todas las miradas y acusaciones se dirig¨ªan hacia el r¨¦gimen de Damasco, con el que Hariri se encontraba enfrentado desde hace seis meses.
Hariri, anta?o un pol¨ªtico sumiso al r¨¦gimen de Siria, hab¨ªa cambiado su actitud desde el pasado octubre, fecha en que dimiti¨® como primer ministro para protestar por las injerencias de Damasco en la pol¨ªtica de su pa¨ªs. A pesar de las presiones ejercidas por Siria, Hariri hab¨ªa optado por engrosar las filas de la oposici¨®n, que lidera el jefe druso Walid Yumblat. Los dos pol¨ªticos y amigos hab¨ªan redactado hace pocas semanas una plataforma reivindicativa, que trataba de servir de aglutinante a toda la oposici¨®n para concurrir de manera unida a las elecciones legislativas del pr¨®ximo mayo. Esta plataforma, apoyada por los l¨ªderes drusos, cristianos y musulmanes, pide la retirada de los 15.000 soldados sirios que a¨²n permanecen en L¨ªbano.
La actitud cr¨ªtica de Hariri hacia Siria hab¨ªa sido tildada por los sectores oficialistas de "colaboracionista" con Francia y EE UU, pero sobre todo como una prueba de su traici¨®n hacia Damasco. La traici¨®n de Hariri se hac¨ªa para estos sectores insoportable, sobre todo en estos momentos en que Siria se encuentra en conflicto abierto con la Casa Blanca y la ONU, que reclaman la salida de sus tropas de L¨ªbano y la disoluci¨®n de la guerrilla libanesa de Hezbol¨¢.
"Es un crimen abominable, cuyas responsabilidades son conocidas: empiezan en Damasco, pasan por Baada (el palacio presidencial), el Gobierno liban¨¦s y los servicios de seguridad libaneses", asegur¨® ayer Marwane Hamad¨¦, ex ministro de Finanzas en el Gobierno de Hariri. Hamad¨¦ salv¨® la vida el pasado 1 de octubre, tras sufrir un atentado similar en el centro de Beirut. Meses antes este pol¨ªtico hab¨ªa presentado tambi¨¦n su dimisi¨®n en el Gobierno para protestar por las injerencias sirias en L¨ªbano.
Gritos contra Damasco
L¨ªderes de la oposici¨®n cristiana y drusa se reunieron anoche y culparon a Siria del atentado, a trav¨¦s de un comunicado que exige a Damasco que asuma sus responsabilidades "como potencia dominante". Grupos de manifestantes recorrieron el centro de Beirut lanzando gritos contra Damasco. Algunos trataron de asaltar y saquear una sede del partido gubernamental sirio, Baaz, en la capital libanesa.
Un portavoz del r¨¦gimen sirio desminti¨® ayer estas acusaciones y se remiti¨® a las declaraciones de duelo realizadas por el presidente, Bachar al Assad, y recogidas por la agencia de prensa estatal, en las que se calificaba la situaci¨®n surgida de "peligrosa".
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