Duyos halla una s¨®lida inspiraci¨®n ¨¦tnica en el M¨¦xico de Frida Kahlo
Ailanto se remite a los a?os setenta y a la herencia y el estilo libertario de Ossie Clark
Siguen los dise?adores de Cibeles mirando hacia atr¨¢s: Ailanto a los felices setenta; Duyos al M¨¦xico de Frida Kahlo; Miguel Palacio homenajea a Miuccia Prada, mientras Jes¨²s del Pozo hace un ejercicio manierista en los seguros factores de su estilo: los vol¨²menes y el Oriente. Antonio Pernas abarca toda la segunda mitad del siglo XX, y la falda, en todos los modistas, se aquieta bajo la rodilla, mientras las mezclas de tejidos, el brillo recurrente y los detalles artesanos ocupan zonas de distinci¨®n.
El d¨²o concertante de Ailanto, compuesto por los gemelos Aitor e I?aki Mu?oz, abri¨® la segunda jornada de Cibeles con una casi jocosa inspiraci¨®n en la Rusia folcl¨®rica de tiempos pasados tamizada por los gestos sueltos y el estilo libertario de Ossie Clark y los felices setenta (hasta mayo puede verse en el Victoria & Albert Museum una rigurosa retrospectiva de este desaparecido modista brit¨¢nico). En la pasarela, matrioshkas reales y figuradas (ahora se pueden encontrar en el mercadillo de la calle Arbat de Mosc¨² las que cuentan en sentido decreciente desde Catalina la Grande hasta Putin) y un giro significativo basado en el neopatch (viene del patchwork de toda la vida, de las colchas de la abuela) con pieles, tonos encarnados, juegos florales sacados de los pa?olones y un estampado de mu?ecas conc¨¦ntricas. La l¨ªnea eslava era exactamente m¨¢s polaca que rusa propiamente dicha: el Este est¨¢ de moda y ser¨¢ mercado seguro. Las modelos con gorra tobarish o del konsomol daban aliento a una colecci¨®n muy positiva e ingeniosa con la chispa del revival como bandera.
Juan Duyos present¨® una redonda y muy consciente colecci¨®n inspirada en M¨¦xico, y especialmente en Frida Kahlo, donde no hab¨ªa excesos y s¨ª mucha conciencia realista del producto. Las mezclas de superficies y texturas, los colores fuertes (fucsia, marr¨®n) junto a flores y cuadros gigantes compon¨ªan un conseguido fresco ¨¦tnico en tendencia a la vez. El punto presentado era escult¨®rico, con vol¨²menes de trama ancha, borlas de aplicaci¨®n y volanter¨ªa; los bordados y las aplicaciones evocaban lo ind¨ªgena junto a estampados precolombinos.
Sobrecogedor
De emocionante puede calificarse la presencia de los bordados en caligraf¨ªa Palmer donde pod¨ªa leerse "dolor", "vertebra" o "cuello" y en una capucha se le¨ªa "amor de mis amores". Era Frida con su angustiosa pr¨¦dica dando un aire melanc¨®lico a los conjuntos mientras Chavela Vargas desgranaba aquello de "soy la llorona". El efecto, sobrecogedor, y la ropa, lo mejor de Duyos en mucho tiempo con cuidado estilismo y mejor peluquer¨ªa. Se recordar¨¢ la sudadera con p¨¢jaros bordados en la capucha.
Miguel Palacio se mantuvo en sus trece, con repeticiones formales dignas poco agradecidas. Sus inveteradas botonaduras dobles, anchos tachonados, blusas de amplias mangas y chaquetas de doble solapa: todo lo que hab¨ªamos visto y aplaudido en sesiones anteriores ahora s¨®lo en negro, azul acero y color vis¨®n. Fue muy notorio su versionado de Prada: las cintas de lentejuela sobre lana (chaquetas cortas, interior de tachones, capa) y los drapeados con anudado que segmenta el vestido.
Jes¨²s del Pozo evoc¨® su propio estilo, sus se?as convencionales que pueden no serlo tanto con un viaje a Oriente en sedas lustradas y tornasoladas, vol¨²menes de gran presencia y una gama en contacto con la naturaleza. Antonio Pernas es el que menos adorn¨® sus prendas, y cerr¨® el d¨ªa Lemoniez.
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