?Vuelve la energ¨ªa nuclear?
Debate en Aula EL PA?S sobre el impulso de nuevas centrales nucleares a causa de la crisis energ¨¦tica y ecol¨®gica
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?Vuelve la energ¨ªa nuclear? En el mundo hay unas 450 centrales nucleares en funcionamiento, pero la mayor¨ªa de ellas fueron construidas en los a?os setenta ya que desde los accidentes de Three Mile Island en Estados Unidos (1979) y Chern¨®bil en Rusia (1986) gran parte de los proyectos fueron abandonados. Ahora, dos factores parecen conjurarse a favor de la energ¨ªa nuclear: la creciente demanda de energ¨ªa, que ha llevado a episodios como el gran apag¨®n de California, y los alarmantes resultados de los estudios sobre el cambio clim¨¢tico, que obligan a reducir el uso de combustibles f¨®siles a corto plazo. Dos voces autorizadas se han pronunciado ¨²ltimamente en favor de la energ¨ªa nuclear: el prestigioso ecologista Jemes Lovelock y el ex presidente sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbavoch.
Estados Unidos, China y la India proyectan construir 120 plantas en los pr¨®ximos a?os
?Vuelve, pues, la energ¨ªa nuclear? La pregunta se plante¨® en un debate organizado por Aula EL PA?S y el ¨¢rea de Promoci¨®n de la Cultura Cient¨ªfica del Ayuntamiento de Barcelona, y tuvo como ponentes a Javier Dies, catedr¨¢tico y director de la secci¨®n de Ingenier¨ªa Nuclear de la Universidad Polit¨¦cnica, y Joaquim Corominas, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa Ambientales de la Universidad Aut¨®noma. Ambos coincidieron en que el actual modelo de abastecimiento energ¨¦tico es insostenible, pero mientras que Dies defendi¨® la energ¨ªa nuclear como una alternativa "segura, r¨¢pida y barata", Corominas sostuvo que presenta problemas tan graves o m¨¢s que los combustibles f¨®siles.
Dies trat¨® en primer lugar de desmitificar la idea de peligro que se asocia a las centrales nucleares: "Ahora ya tenemos una experiencia con ellas, y sabemos que es mucho m¨¢s agradable vivir al lado de una nuclear que al lado de una central t¨¦rmica", dijo. Las mejoras tecnol¨®gicas han dotado a la cuarta generaci¨®n de nucleares, seg¨²n Dies, de un nivel de seguridad muy alto, y los costes de generaci¨®n de electricidad son ventajosos respecto al gas y al carb¨®n. Ello explica, seg¨²n Dies, que pa¨ªses como Estados Unidos, Finlandia y Francia proyecten nuevas nucleares. Estados Unidos tiene ya 103, pero el Gobierno de George Bush ha anunciado un plan para construir otras 70, adem¨¢s de alargar la vida ¨²til de las que ya funcionan hasta los 60 a?os. "Pa¨ªses emergentes con grandes demandas de energ¨ªa las proyectan tambi¨¦n: China, por ejemplo, tiene previstas 30, y la India, 20. Estos pa¨ªses tienen derecho a desarrollarse y la energ¨ªa nuclear es la que puede garantizar que lo hagan sin aumentar la emisi¨®n de gases de efecto invernadero", sostuvo.
Corominas, por el contrario, considera que la energ¨ªa nuclear no es una alternativa. "Se habla del uranio como si fuera una fuente inagotable, y no es as¨ª. Ahora las centrales viven gracias a las reservas, y por eso el precio es a¨²n bajo, pero se consume el doble de uranio del que se produce; por tanto, el precio aumentar¨¢. Y hay estimaciones que indican que, de seguir el actual ritmo de consumo, en poco m¨¢s de 50 a?os se habr¨¢n agotado las fuentes de uranio. Y tampoco es tan barata, porque hay que contar el precio del desmantelamiento de las centrales y de almacenamiento de los residuos". Seg¨²n Corominas, el uranio presenta, adem¨¢s, el mismo problema de dependencia e inseguridad que el petr¨®leo: "El 50% de la producci¨®n se concentra en dos pa¨ªses, Canad¨¢ y Australia. Ahora hay 31 pa¨ªses que tienen centrales nucleares y el paso tecnol¨®gico para poder tener una bomba at¨®mica es relativamente corto. Y tampoco hay que olvidar que las nucleares pueden convertirse f¨¢cilmente en un objetivo terrorista".
Dies minimiz¨® el problema de los residuos: "Una central de carb¨®n que produzca 1.000 megavatios quema en un a?o entre 3 y 3,6 millones de toneladas de carb¨®n. Una de gas consume el equivalente a dos millones de toneladas. Una nuclear s¨®lo precisa 24 toneladas de uranio, luego los residuos que deja son tambi¨¦n infinitamente menores. Es cierto que son mucho m¨¢s peligrosos, pero la industria nuclear tiene la t¨¦cnica y el dinero suficiente para garantizar un almacenamiento seguro". De momento se guardan en las propias centrales nucleares, "porque la cantidad es tan peque?a que caben en una piscina de agua poco m¨¢s grande que un aula escolar", pero el almacenamiento definitivo "no es un problema porque se pueden construir grandes contenedores subterr¨¢neos de hormig¨®n".
En opini¨®n de Corominas, "es un fracaso que 50 a?os despu¨¦s todav¨ªa no sepamos qu¨¦ hacer con los residuos y los tengamos en almacenes provisionales". "El riesgo", dijo, "no se limita s¨®lo a las radiaciones que pueden emitir: "Las 40 toneladas de plutonio que se almacenan en cualquiera de esas piscinas pueden servir para fabricar 4.532 bombas at¨®micas". "El problema", replic¨® Dies, "no es el cuchillo, sino la mano que lo usa. Todo es susceptible de ser mal utilizado, pero tambi¨¦n podemos controlar que eso no ocurra. De lo contrario, no habr¨ªa progreso cient¨ªfico". Uno de los asistentes terci¨® para advertir de que no hay que desde?ar el importante efecto positivo que el miedo, como mecanismo de defensa, ha tenido en la evoluci¨®n de la humanidad.
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