Papas con mojo, por favor

CON TRES AVIONES, cinco barcos, y muchos kil¨®metros que recorrimos en coche de alquiler durante casi una treintena de d¨ªas, pudimos conocer las afortunadas islas Canarias. En primer lugar, Tenerife, con su imponente Teide y sus ca?adas y paisajes de lava. As¨ª pudimos contemplar la gran diferencia entre el norte y sur de la isla.

Le sigui¨® Lanzarote, la isla de C¨¦sar Manrique, la m¨¢s cuidada, el contraste entre el negro del paisaje y el blanco de sus pueblos, sus maravillosas vistas del norte hacia La Graciosa y las encantadoras calas del sur, separadas por la gran cadena volc¨¢nica de Timanfaya.

Fuerteventura, playa, playa, playa y m¨¢s playa, desde Corralejo hasta Cofete, en Punta Jand¨ªa. Despu¨¦s, Gran Canaria, isla y continente en miniatura, la isla que disfruta de lo mejor de cada una de sus vecinas, pero el hormig¨®n oculta ya las hermosas dunas de Maspalomas.

La isla bonita, La Palma, de veras, nos pareci¨® la m¨¢s bonita en conjunto. Ninguna de las dem¨¢s posee las caracter¨ªsticas de La Palma, adem¨¢s de su tranquilidad y sosiego. El bosque laurisilva de los Tilos (reserva de la biosfera), el Roque de los Muchachos con su paisaje astron¨®mico, piscinas naturales, la gran Caldera de Taburiente, el imprevisible volc¨¢n Tenegu¨ªa, y cu¨¢ntas cosas m¨¢s. Un lugar para visitarlo con calma.

El Hierro, la m¨¢s peque?a y la m¨¢s perdida, vigilada por el faro de Orchilla, bonita por tierra e impresionante por mar, donde pudimos observar tortugas, mantas, y una biodiversidad acu¨¢tica envidia de medio mundo. Y, por ¨²ltimo, La Gomera, donde la legendaria Garajonay apareci¨® por sorpresa, y desde el castillo de la playa de Hermigua disfrutamos de las mejores vistas del Teide.

Un recorrido apasionante en el que pudimos conocer sus gentes, costumbres, gastronom¨ªa (las deliciosas papas con mojo), folclor, paisajes, volcanes, bosques, playas, aguas, parques nacionales, espacios protegidos, y tantas y tantas cosas: hasta vimos llover horizontalmente.