Jean Cayrol, poeta, el guionista de Alain Resnais
En 1955, 10 a?os despu¨¦s de la Liberaci¨®n y del descubrimiento en todo su horror de los campos de concentraci¨®n nazis (acontecimientos que ahora mismo, pasadas cinco d¨¦cadas m¨¢s, conmemoramos), el joven cineasta Alain Resnais realiz¨® el mediometraje Nuit et brouillard (Noche y niebla), por encargo de un Comit¨¦ de Historia de la Deportaci¨®n que se cre¨® en Francia.
No era entonces habitual la contemplaci¨®n de las im¨¢genes documentales del Holocausto, y de hecho cuando la pel¨ªcula iba a presentarse en el Festival de Cannes de 1956, la Embajada de la Rep¨²blica Federal de Alemania en Francia presion¨® hasta lograr que fuese retirada del programa.
Noche y niebla (que se pudo estrenar finalmente en Francia) constituye en su brevedad -junto a la muy posterior y colosal epopeya Shoah de Claude Lanzmann- el alegato cinematogr¨¢fico m¨¢s estremecedor y elocuente sobre el exterminio de los jud¨ªos centroeuropeos en la Segunda Guerra Mundial.
Jean Cayrol, novelista (ganador del Premio Renaudot en 1947), poeta, largo tiempo editor en Seuil (y descubridor all¨ª de Philippe Sollers, Denis Roche o Pierre Guyotat, entre otros), que acaba de morir en Burdeos, su ciudad natal, a los 93 a?os, escribi¨® y narr¨® ¨¦l mismo el texto literario de la pel¨ªcula de Resnais, partiendo de su propio libro de versos Poemas de la noche y la niebla, donde se recogen sus experiencias como deportado en el campo de Mauthausen. Las palabras de Cayrol trataban de reflejar l¨ªricamente ese mundo concentracionario del que todos, dir¨ªa el escritor a?os m¨¢s tarde, "llevamos los estigmas".
El dramatismo, seco, punzante, lo pon¨ªa Resnais: lentos y lacerantes travellings sobre los barracones abandonados, alternando con las im¨¢genes de archivo de los prisioneros, los trenes de la muerte, los cad¨¢veres esquel¨¦ticos, el humo de las c¨¢maras de gas; toda la escala de una infamia mort¨ªfera acompa?ada por la viva m¨²sica de Hanns Eisler.
Hombre comprometido, enrolado en la Resistencia desde 1941, a Cayrol le visit¨® siempre, como a tantas v¨ªctimas del Holocausto, el fantasma de la memoria. Una memoria que cambia de escenario y tiempo en lo que constituye su segunda y destacada aportaci¨®n cinematogr¨¢fica, el gui¨®n de Muriel ou le temps d'un r¨¦tour (Muriel o el tiempo de un retorno) (1963), que sigue siendo hoy, a mi juicio, la principal obra maestra de Alain Resnais.
Cuando la present¨® en el Festival de Venecia, Resnais dijo que su pel¨ªcula trataba de reproducir "el malestar de la llamada civilizaci¨®n de la felicidad". Pero tal vez Cayrol (guionista, dialoguista y autor incluso de las letras de la cantata compuesta por Hans Werner Henze para la banda sonora del filme) expres¨® mejor la verdadera entidad del filme: "Un intento hecho con todas nuestras fuerzas de retomar el mundo en el momento preciso en que lo abandonan la actualidad, la vida pol¨ªtica, la vida social. Y un ensayo de rehabilitaci¨®n del hombre en el mismo coraz¨®n de las pruebas que ha de superar".
En el tri¨¢ngulo sentimental vivido en la pel¨ªcula por H¨¦l¨¨ne, una mujer de mediana edad, Alphonse, el hombre al que am¨® hace m¨¢s de 20 a?os, y Bernard, un hijastro de ella reci¨¦n regresado de Argelia, flota sin aparecer nunca la Muriel del t¨ªtulo, que no es una mujer sino un espectro: el de la joven resistente argelina torturada por un grupo de soldados franceses, entre ellos, el propio Bernard.
Ten¨ªa entonces Resnais, con la ayuda de gente como Cayrol, una memoria m¨¢s aguda que ahora, cuando lleva tantos a?os entregado a la recreaci¨®n estampada, sentimental y algo ?o?a de la Francia que ensordece su mala conciencia hist¨®rica con los sones de una chanson ligera.
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