Ricardo Rodr¨ªguez reflexiona en 'La moral del verdugo' sobre la desaz¨®n que impone la libertad

La muerte, la v¨ªctima y la maldad humana se encierran en las p¨¢ginas de La moral del verdugo (Mondadori), de Ricardo Rodr¨ªguez (Cabezamesada, Toledo, 1968), con la intenci¨®n de provocar cierto desasosiego en el lector y obligarle a reflexionar sobre la libertad humana. El escritor aborda en esta novela los diferentes planteamientos morales y ¨¦ticos de Eric, un verdugo que se ve obligado a ejecutar a su amigo de la infancia acusado de terrorismo. La v¨ªctima le hace enfrentarse a su responsabilidad y a la libertad de elegir.

El verdugo escribe una larga carta a la hija de quien va a ajusticiar y en ella le descubre sus sentimientos, las contradicciones que siente en los d¨ªas previos a la ejecuci¨®n y los recuerdos de su vida entrecruzados con los de su v¨ªctima. "Soy verdugo. Se me ha encomendado la misi¨®n de acabar con la vida del padre de usted dentro de diez d¨ªas, al desperezarse la aurora... La muerte de su padre es, sencillamente, necesaria para la subsistencia del orden social en el que se basa nuestra libertad c¨ªvica, porque nuestra libertad se conserva y se engrandece devorando a sus propios v¨¢stagos, igual que Saturno".

El protagonista considera que es una pieza m¨¢s del engranaje legal; sin embargo, el amigo le habla de la libertad de elecci¨®n. "No es una novela sobre la pena de muerte, sino una reflexi¨®n sobre la responsabilidad y las libertades humanas", asegura el escritor.

Coraje de las v¨ªctimas

La moral del verdugo est¨¢ dedicada a la amiga del autor Pilar Manj¨®n, presidenta de la Asociaci¨®n de Afectados del 11-M. "Es un homenaje a una amiga, por su amistad, por su coraje y por su vida, pero tambi¨¦n a las v¨ªctimas del 11-M y de infamias similares. A esos miles de personas que tienen el valor de ser libres. Uno no elige casi nunca ser v¨ªctima pero s¨ª ser verdugo. La opci¨®n existe y muchas personas asumen y ejercen esa libertad que abordo en el libro", asegur¨® ayer el autor en rueda de prensa.

Rodr¨ªguez record¨® que debido a su formaci¨®n en Derecho pudo introducir en la novela un elemento que est¨¢ relacionado con el derecho penal del Tercer Reich. "A los nazis no les importaba si el acusado era culpable o inocente, sino que el sistema se sostuviera", puntualiz¨®. En el libro, "el verdugo sabe que ha podido acabar con la vida de gente inocente, pero piensa que el sistema en el que vive requiere personas como ¨¦l porque se necesita un equilibro".

Ricardo Rodr¨ªguez comenz¨® a pensar la novela a finales de 2001, con las im¨¢genes de los atentados del 11-S en la mente. El autor cree que su obra es, sobre todo, "una reflexi¨®n moral del verdugo, que, consciente de su papel, est¨¢ convencido de que todo se desmoronar¨ªa si las cosas no se desarrollaran tal y como ¨¦l las hab¨ªa imaginado. Pienso que es una novela lo suficientemente inc¨®moda para que cree desasosiego en el lector".