Balance migratorio

El ministro de Trabajo hizo p¨²blicas ayer las primeras estad¨ªsticas sobre el proceso de regularizaci¨®n de inmigrantes abierto el 7 de febrero: en los 15 primeros d¨ªas se han tramitado 48.347 solicitudes. Es posible que el ritmo se incremente a medida que avance el calendario, fijado en tres meses, pero la proyecci¨®n de las peticiones tramitadas est¨¢ muy lejos de las estimaciones que se han venido manejando y que cifraban en torno al mill¨®n el n¨²mero de inmigrantes que trabajan en nuestro pa¨ªs de forma irregular.

Caldera ha hecho bien en recordar que, una vez finalizado el proceso el 7 de mayo, se pondr¨¢ en marcha una inspecci¨®n rigurosa, centrada sobre todo en los sectores en los que se haya detectado un n¨²mero sospechosamente escaso de solicitudes. Esa advertencia deber¨ªa disuadir a empleadores que, seg¨²n han denunciado los sindicatos y algunas asociaciones de inmigrantes, est¨¢n procediendo a despidos o persisten en no legalizar a sus trabajadores en situaci¨®n irregular. La regularizaci¨®n en marcha va dirigida no s¨®lo a los inmigrantes, sino a quienes los contratan irregularmente. Se trata de hacer borr¨®n y cuenta nueva de situaciones de hecho que vienen del pasado, pero a las que hay que poner punto final.

Ser¨ªa lamentable que la regularizaci¨®n no alcanzara plenamente los objetivos fijados conjuntamente por el Gobierno, empresarios y sindicatos, que coinciden en su determinaci¨®n de hacer aflorar la contrataci¨®n sumergida. En esta l¨ªnea cabe esperar que el Partido Popular, dentro de su l¨®gica actitud cr¨ªtica a aspectos concretos de la iniciativa del Gobierno, abandone el discurso catastrofista que ha puesto en circulaci¨®n su secretario general y ex ministro, Acebes, y que la propia CEOE ha considerado inconveniente.

En el primer partido de la oposici¨®n deber¨ªan abrirse paso actitudes m¨¢s templadas, como la de Ana Botella, que, desde su responsabilidad como concejal de Empleo en Madrid, ha visto en el proceso de regularizaci¨®n una oportunidad para las esperanzas de cientos de miles de trabajadores inmigrantes y un hecho "positivo para el conjunto de la convivencia".