"A ellos se les ayuda m¨¢s que a nosotros"
Dos asistentas sociales relatan las dificultades para tramitar ayudas
Existe una frase manida que repiten algunos miembros de la primera inmigraci¨®n andaluza y extreme?a: "A ellos se les ayuda m¨¢s que a nosotros".
Elisabet Fornell y Neus Lorman, dos trabajadoras sociales del municipio de Salt, est¨¢n acostumbradas a escuchar este lamento. "Es normal que surjan conflictos entre estos colectivos: compiten por las prestaciones econ¨®micas, las ayudas de guarder¨ªa, las becas de comedor...", explica Fornell.
Las asistentes sociales no creen exagerado afirmar que existe un evidente riesgo de tensiones xen¨®fobas. Lo peor, afirma Fornell, es que el discurso de "los moros se lo llevan todo" est¨¢ calando en sectores acomodados que no compiten directamente con las ayudas: "Este es el peligro. Que la gente que s¨®lo se solidariza con la India, sin ver las miserias a su alrededor, encima se apunte al discurso de tintes racistas".
La cifras oficiales desmienten que la entrada de inmigrantes haya generado una huida de los aut¨®ctonos, cuya poblaci¨®n s¨®lo ha descendido el 0,17% entre 2001 y 2002. No obstante, s¨ª hay un desplazamiento interno hacia zonas residenciales de mayor estatus.
Los problemas de la pobreza se mezclan con otros. Los cambios del papel femenino, que chocan contra la r¨ªgida moral de la religi¨®n isl¨¢mica, desencadenan violencia dom¨¦stica y problemas juveniles.
El caballo de batalla de las trabajadoras sociales es la escasez de recursos y la mala coordinaci¨®n entre otros ¨¢mbitos, como la sanidad o la ense?anza. "Acabas tratando los casos con m¨¢s riesgo y a la m¨ªnima que ves que empiezan a salir adelante ya tienes otros esperando", explica Lorman.
"Es lo que hay": ¨¦sta es la frase que repiten con m¨¢s frecuencia a quienes acuden a los servicios sociales en busca de ayuda, entre los que no s¨®lo se encuentran inmigrantes. En su opini¨®n, las ayudas institucionales, quiz¨¢ buscando r¨¦ditos electorales, se generalizan en exceso a capas de poblaci¨®n con recursos suficientes.
Fornell cree que har¨ªa falta orientar los recursos con mayor decisi¨®n, hacia bolsas de poblaci¨®n con mayor riesgo de exclusi¨®n y en aspectos donde ser¨ªan mucho m¨¢s productivos. Tambi¨¦n reclaman m¨¢s campa?as de prevenci¨®n a largo plazo.
Las dos trabajadoras sociales esgrimen, a pesar del constante flujo de demandas que desborda sus posibilidades, una moral de hierro. "Tenemos fe, de lo contrario no estar¨ªamos aqu¨ª. Creemos que puede darse una buena convivencia. Las personas que consiguen remontar despu¨¦s de un tiempo de penuria nos animan a continuar", aseguran.
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