Maxi y Tamudo rompen al Albacete

Apabullado por la rapidez en la pegada de Maxi y Tamudo, el Albacete empez¨® sufriendo un calvario en Montju?c pero acab¨® jug¨¢ndole de t¨² a t¨² al Espanyol en una segunda parte de ritmo fren¨¦tico. Sin apretar gran cosa, el Espanyol fue perdiendo su autoridad de tanto como se durmi¨® y permiti¨® rehacerse al Albacete.

El tembleque y la blandura de la zaga del Albacete es propia de los equipos sumidos en un estado tan depresivo que da?a sus posibilidades hasta l¨ªmites insospechados. Los estragos en el ¨¢nimo de un equipo tan deprimido, antepen¨²ltimo y que hab¨ªa perdido la jornada anterior frente al colista, quedaron al descubierto. La m¨¢s leve acometida del Espanyol se convirti¨® en un quebradero de cabeza para la defensa del Albacete.

Tamudo gan¨® la partida a los centrales, especialmente a Rub¨¦n, con una facilidad inusitada. Maxi abandon¨® el carril derecho y se movi¨® preferentemente por el centro, combinando con Dani y con Tamudo. Tal acumulaci¨®n de efectivos en la misma zona del campo suele ser motivo de colapso. No fue el caso. Ante una defensa tan permisiva, el Espanyol encontr¨® agujeros y facilidades para combinar en todas las zonas del campo.

El primer gol defini¨® de una vez las calamidades del Albacete. Perdi¨® el bal¨®n en su zona de medios, nadie impidi¨® que Dani se acomodara el cuero para medir a placer un centro sobre el punto de penalti que Maxi cabece¨® por encima de Valbueba. La deficiente salida del portero del Albacete hizo mortal el remate de Maxi. No hab¨ªan transcurrido siquiera cinco minutos.

Igualmente vulnerable se mostr¨® la defensa del Albacete en el segundo tanto, originado en un c¨®rner botado por Maxi, bien rematado por Jarque, aunque sin oposici¨®n, y mal atajado por Valbuena. Tamudo no perdon¨®. El Espanyol, ante un rival que no hab¨ªa llegado al ¨¢rea de Kameni, crey¨® tener licencia para jugar con las manos en los bolsillos. Domin¨® pero sin intensidad. A¨²n as¨ª todav¨ªa sac¨® otra magn¨ªfica ocasi¨®n. El tirazo de Fredson, desde unos 30 metros, se estrell¨® en el palo.

Siempre ha tenido el Espanyol tendencia a dormirse cuando el partido tiene tan poca chicha. As¨ª lo hizo. Tras el descanso, el Albacete arriesg¨®. Atac¨® con convencimiento, aunque ello le hiciera mucho m¨¢s vulnerable a los contraataques del Espanyol. Desapareci¨® el entrejuego. El bal¨®n viaj¨® de ¨¢rea a ¨¢rea. David S¨¢nchez relev¨® a El¨ªas y el Albacete obtuvo, cuando todav¨ªa faltaba m¨¢s de media hora, el gol que le permiti¨® amenazar con el empate. Lotina tambi¨¦n refresc¨® a su equipo con la entrada de Corominas y ?scar Serrano. El Espanyol tuvo m¨¢s llegada pero el Albacete manten¨ªa su amenaza. Nada cambi¨®, para desgracia de Mart¨ªn Monteagudo que debut¨® con derrota en el banquillo del Albacete.