P¨¦sima preparaci¨®n ante los siniestros
El incendio del Windsor provoca que muchas compa?¨ªas se preocupen ahora de establecer planes contra cat¨¢strofes, una condici¨®n que no exige la Administraci¨®n espa?ola
"Las empresas espa?olas tienen un bajo nivel de preparaci¨®n para recuperar su actividad despu¨¦s de un siniestro. Exceptuando las m¨¢s grandes del sector de las telecomunicaciones, banca y energ¨ªa, las dem¨¢s est¨¢n mal preparadas", seg¨²n Juan Garc¨ªa Gay, de la corredur¨ªa de seguros Marsh. Seg¨²n estas fuentes, un gran n¨²mero de empresas nunca se recupera tras un siniestro por falta de previsi¨®n. El incendio del Windsor en Madrid ha sido un revulsivo y muchas empresas han empezado ahora a preparar sus planes.
Las empresas de servicios, Administraci¨®n P¨²blica y algunos sectores industriales son las peor preparadas para la crisis, seg¨²n los expertos
Entre el 40% y el 50% de las empresas que estaban en las Torres Gemelas en febrero de 1993, cuando sufrieron el primer atentado en los subterr¨¢neos, no volvi¨® a abrir su negocio. La mayor parte de ellas (dedicadas a inform¨¢tica y punto.com) estuvieron cerradas varios d¨ªas y, a los pocos meses, hab¨ªan perdido tantos clientes que echaron la persiana. Se enfrentaron a una situaci¨®n extraordinaria, casi imposible de predecir, pero dejaron en evidencia que no hab¨ªan planificado c¨®mo salir adelante ante un colapso en su negocio. El 11 de septiembre de 2001 volvi¨® a suceder algo parecido con un buen n¨²mero de empresas de las Torres Gemelas.
V¨ªctor Sandoval, uno de los empresarios m¨¢s veteranos del complejo Azca de Madrid, donde est¨¢ la quemada torre Windsor, reconoci¨® que la actividad comercial se hab¨ªa reducido en un 90% tras el incendio, lo que supondr¨¢ el cierre de muchos negocios. Alrededor de 200 comerciantes de esta zona han constituido una asociaci¨®n para reclamar sus da?os. Sandoval afirm¨® que la mayor¨ªa de los afectados no ten¨ªa seguros que cubran da?os de terceros, por lo que deben esperar a que se averig¨¹e qui¨¦nes son los responsables del incendio para hacer sus reclamaciones.
La mayor¨ªa de los comercios no estaban preparados para afrontar un siniestro de grandes magnitudes. La auditora Deloitte y el bufete Garrigues, ambas l¨ªderes en sus respectivos sectores, y presentes en el edificio Windsor, han salido adelante del envite, si bien han sufrido percances en su actividad diaria.
Los expertos creen que la primera reacci¨®n no debe ser buscar a los culpables, "porque, al final, siempre hay alguien (normalmente una compa?¨ªa de seguros), que paga. Lo importante es que tu negocio no se pare, que no pierdas a los clientes ni a los proveedores e, incluso, que tus competidores no aprovechen la circunstancia para acabar con tu negocio", apunta Juan Garc¨ªa Gay, de Marsh, la primera corredur¨ªa de seguros del mundo por volumen de ingresos. Algunas compa?¨ªas del sector tur¨ªstico tuvieron que poner en marcha planes de continuidad del negocio a ra¨ªz del tsunami del sureste asi¨¢tico, que barri¨® las instalaciones de importantes compa?¨ªas.
Aunque desconocidos para el gran p¨²blico, existen especialistas que preparan a las compa?¨ªas para sobrevivir a inundaciones, el colapso de los sistemas inform¨¢ticos, incendios, boicoteo de los productos con denuncias falsas, un vertido contaminante, amenazas de bomba o incluso atentados terroristas. Estos planes, que ofrecen pocas consultoras, se crearon en 1993, a ra¨ªz de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York.
No hace falta ser una gran empresa para contar con un plan de este tipo, incluso una compa?¨ªa peque?a puede elaborar por s¨ª misma su plan de continuidad siguiendo las normas b¨¢sicas del Business Continuity Institute (www.thebci.org), una organizaci¨®n norteamericana que regula las pr¨¢cticas en esta materia.
El objetivo de este tipo de planes "es minimizar las consecuencias econ¨®micas, reputacionales, de responsabilidad civil, etc¨¦tera, derivadas de escenarios cr¨ªticos de riesgos posibles para la compa?¨ªa", seg¨²n Julia Mart¨ªn-Sanz, especialista en esta materia en la consultora de riesgos y corredur¨ªa Aon. Si estas normas cumplen su cometido, la empresa afectada "reducir¨¢ el n¨²mero de d¨ªas de interrupci¨®n del negocio y limitar¨¢ las incidencias sobre los clientes", explica Manuel Garc¨ªa Riestra, director de este departamento en Aon.
En Espa?a, las compa?¨ªas m¨¢s preparadas para estos hechos son las m¨¢s grandes del sector financiero, energ¨¦tico y las telecomunicaciones. "Son empresas que necesitan dar una respuesta en minutos o en horas, por lo que ajustan sus planes. En general, las empresas est¨¢n bien preparadas para la primera fase, la de emergencia y primeros auxilios, pero en el resto de la operativa tienen un nivel m¨¢s bajo. Es decir, pocas est¨¢n preparadas para la gesti¨®n de la crisis (avisar a los clientes y empleados) y mucho menos para la fase de recuperaci¨®n de la actividad, donde el nivel es malo", comenta Garc¨ªa Gay. Las peor preparadas ser¨ªan, seg¨²n los expertos consultados, las de servicios, la Administraci¨®n P¨²blica y algunos sectores industriales. La Administraci¨®n espa?ola es m¨¢s permisiva en este campo que otras de Europa, como la brit¨¢nica o la alemana, y mucho m¨¢s que la de Estados Unidos, donde los ¨²ltimos acontecimientos han endurecido las normas. Esta circunstancia provoca una escasa cultura de la previs¨®n, si bien la situaci¨®n est¨¢ cambiando. El incendio del edificio Windsor "ha provocado una verdadera avalancha de empresas que se est¨¢n preocupando por sus planes de recuperaci¨®n. Antes no les prestaban atenci¨®n, pero ahora los estudian con inter¨¦s", comenta Julia Mart¨ªn-Sanz.
La pr¨¢ctica demuestra que si las empresas no han preparado un plan de emergencia para prepararse para el d¨ªa despu¨¦s de un siniestro, "pocos superan esta situaci¨®n. Son momentos en los que hay que tomar decisiones de gran trascendencia, algo ya dif¨ªcil en situaci¨®n normal, pero m¨¢s todav¨ªa si se hace con urgencia y bajo la presi¨®n de un siniestro", seg¨²n Garc¨ªa Gay. Sergio Arana, responsable de gesti¨®n de la energ¨ªa y que se ocupa de las situaciones de crisis en la el¨¦ctrica, afirma que "en cinco horas no se puede organizar nada. Si no tienes un plan perfectamente detallado y adaptado a las dimensiones de la empresa con el 95% de las actuaciones que tienes que hacer, cuando llegue el siniestro no solucionar¨¢s los problemas".
Planes en el caj¨®n
Nada m¨¢s ocurrir la cat¨¢strofe, el primer paso es la coordinaci¨®n de la emergencia. Este proceso suele durar horas o incluso d¨ªas. A continuaci¨®n, y en ocasiones de forma paralela, se activa una segunda fase, que es la gesti¨®n de la crisis, "cuyo objetivo es salvaguardar la reputaci¨®n y la imagen. Es vital que exista un portavoz que hable con los medios, que ser¨¢n los que transmitan los mensajes a los clientes". Para Telef¨®nica, esta fase de transici¨®n incluye "el traslado de equipos, adquisici¨®n de hardware y habilitaci¨®n de centros de respaldo". M¨¢s adelante se aborda c¨®mo recuperar la actividad y a los clientes.
Pero de nada sirven los planes si s¨®lo son te¨®ricos o se quedan guardados en el caj¨®n de un responsable de una empresa. "Hay que formar al personal de la organizaci¨®n en la aplicaci¨®n de estos proyectos de contingencia, detectar qui¨¦nes son los m¨¢s capacitados, ya que de lo contrario aumenta la confusi¨®n en el momento del siniestro", comentan los responsable de Aon.
Es decir, es necesario realizar simulacros de atentado, incendio, etc¨¦tera, en los que se comprueba el tiempo de evacuaci¨®n y se ajustan las previsiones. El BBVA cuenta con toda una gama de planes de contingencia para emergencias "con los que garantizamos la integridad de los empleados y los servicios a los clientes. La entidad cuenta con dotaciones de espacio para continuar la actividad en otros centros por si se bloquea alguno de ellos y un sistema de copia aut¨®matica de los sistemas inform¨¢ticos", explican fuentes oficiales.
Hacer pruebas o simulacros es fundamental. Garc¨ªa Gay lo ejemplifica de esta an¨¦ctoda: "Est¨¢ demostrado que cuando una persona no ha cogido al menos tres veces un extintor, si se inicia un fuego en su despacho, sale corriendo y nunca piensa en apagarlo". Sin embargo, Julia Mart¨ªn-Sanz cree que en Espa?a "predomina la improvisaci¨®n y pensar que nunca te va a pasar a t¨ª".
"Todo el d¨ªa con el m¨®vil conectado"
La vida de los ejecutivos responsables de salir adelante tras un siniestro siempre est¨¢ pendiente de un m¨®vil. Seg¨²n algunos responsables consultados, "puedes estar un tiempo sin incidencias, pero cuando te estalla algo grande, pasas varias noches sin dormir".
Sergio Arana, responsable de gesti¨®n de la energ¨ªa de Uni¨®n Fenosa, reconoce que "nuestras familias sufren tanto como nosotros cuando llegan los incidentes. Adem¨¢s, tenemos que estar 24 horas con el m¨®vil encendido por si acaso". Esta compa?¨ªa sabe lo que es tener problemas, ya que en 2004 se quemaron dos subestaciones de la el¨¦ctrica en el centro de Madrid, con una importante repercusi¨®n en la opini¨®n p¨²blica. Sin embargo, la buena capacidad de respuesta ha provocado que otras empresas energ¨¦ticas "nos pregunten por nuestros planes", que, por cierto, los han confeccionado ellos mismos, sin la ayuda de ninguna consultora.
Una empresa como Fenosa moviliza alrededor de 500 personas en caso de siniestro, que se coordinan en seis comit¨¦s: el de actuaci¨®n, el de siniestro, el de clientes, el de comunicaci¨®n, el institucional y el econ¨®mico-laboral.
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