Geograf¨ªa interior

Entiende el viaje como un proceso necesario hacia el encuentro de uno mismo. Tal fue su objetivo cuando puso rumbo a la India. El actor, que acaba de estrenar en Barcelona la obra teatral Un hombre de suerte, relata su aventura.

La India parece un destino ideal para la introspecci¨®n.

Me fui tras vivir una etapa de esas que me han perseguido de ¨¦xito aparente. Tuve una depresi¨®n, as¨ª que decid¨ª irme a un ashram (centro espiritual).

?C¨®mo fue el viaje hasta all¨ª?

En Bangalor, al sur del pa¨ªs, empez¨® un viaje en coche. A las cinco de la ma?ana paramos en medio de la carretera porque unas vacas se hab¨ªan instalado all¨ª y, como son sagradas, tienen prioridad. Me dio un ataque de risa y no nos qued¨® otra que bajar del coche e ir a tomar un t¨¦. Pens¨¦: "?Qu¨¦ bonita es la falta de aceleraci¨®n!".

S¨ª, pero a la vuelta de la esquina le esperaba una raci¨®n de sufrimiento.

Y tanto, en forma de unas cagaleras terribles. Somatic¨¦ el impacto que sent¨ª en el ashram, donde yo no era nadie. Mi ego estaba por los suelos. Me metieron en un cobertizo con una colchoneta para dormir.

Adivino que, entre otras vicisitudes, pasar¨ªa hambre...

S¨ª, mucha, pero eso era lo de menos. Me fui sintiendo m¨¢s liviano, m¨¢s trascendente, y cuando todo termin¨®, me cost¨® volver a Espa?a.

?C¨®mo era un d¨ªa all¨ª?

Nos levant¨¢bamos a las cinco de la ma?ana y rez¨¢bamos. El d¨ªa transcurr¨ªa entre charlas, lecturas y seminarios espirituales por donde pasaba gente como la actriz Shirley McLaine.