"Sin la ayuda de los hombres no conseguiremos la igualdad real"
Soledad Ruiz (Ceuta, 1962) afronta su primer 8 de marzo al frente de la direcci¨®n del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). Despu¨¦s de 20 a?os de ejercer en la pol¨ªtica sindical, Ruiz encara las desigualdades que sufren las mujeres en el terreno laboral y la necesidad de conciliar el trabajo con la familia como los principales retos. La directora del IAM reconoce que, pese a los avances de la sociedad andaluza, a¨²n quedan n¨²cleos de machismo muy importantes, y que hay que vencer la falta de sensibilizaci¨®n de los hombres para alcanzar la igualdad.
Pregunta. Ha dicho que el D¨ªa de la Mujer es un d¨ªa de reivindicaci¨®n que de celebraci¨®n. ?Por qu¨¦?
Respuesta. El 8 de marzo significa para las mujeres un d¨ªa de lucha. Es un d¨ªa de llamada de atenci¨®n a los gobiernos, de celebraci¨®n por lo conseguido por las mujeres, pero sobre todo de reivindicaci¨®n, porque queda todav¨ªa mucho por recorrer para alcanzar esa igualdad real, la cotidiana, del d¨ªa a d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ hay que reivindicar?
R. Hoy por hoy, el principal problema de las mujeres es la conciliaci¨®n: se les plantea como un problema en primer lugar para el acceso al empleo, y sobre todo, una vez conseguido ese empleo, porque es precario y en unas condiciones diferentes a los hombres, precisamente porque se les presupone a las mujeres un absentismo del trabajo para dedicarse al cuidado de los hijos. Es un estereotipo, porque esa teor¨ªa est¨¢ m¨¢s que desmontada, pero es la que funciona. Es uno de los retos m¨¢s grandes y complejos. Hay un importante papel que estamos haciendo desde la Junta, con el plan de apoyo a la familia, pero s¨®lo con grandes recursos de guarder¨ªa o para personas mayores o discapacitados no basta. Se necesita la participaci¨®n de los hombres, y sin su concurso y sin que se quite el estereotipo a los empleadores, dif¨ªcilmente podremos alcanzar en poco tiempo la igualdad real.
P. ?El D¨ªa de la Mujer sirve para algo? ?No es un reconocimiento de la desigualdad?
R. No es un d¨ªa inventado por el marketing publicitario, donde nos hagamos regalos, como otros que alguna empresa ha institucionalizado. Estamos hablando de reivindicaciones de derechos respecto a desigualdades constatables y objetivas. Estamos planteando que hay un d¨ªa de toma de conciencia. Desgraciadamente, tampoco tenemos tanta atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n ni de la sociedad en la participaci¨®n en los actos cuando se hacen durante todo el a?o, pero el 8 de marzo, que simboliza la uni¨®n de las mujeres en esa lucha, es tambi¨¦n un simbolismo de solidaridad. Estamos hablando de muchas cosas, de la llamada a salir del inmovilismo de las mujeres, y sobre todo, de la llamada a la participaci¨®n de las mujeres en la sociedad all¨¢ donde decidan.
P. ?Sirve entonces para que poco a poco las propias mujeres se conciencien?
R. A tenor de los resultados de participaci¨®n, las mujeres bus-
can aunque s¨®lo sea este d¨ªa un instrumento de encuentro, para reforzarse entre ellas y de alguna forma buscar modelos para seguir adelante en la lucha individual de cada una. Y sirve sobre todo para conocer las pol¨ªticas que se est¨¢n haciendo y evaluarlas. La mayor¨ªa de actuaciones que se hacen este d¨ªa se est¨¢n haciendo todo el a?o, y sin embargo, adquieren un simbolismo para arrancarlo de ese anonimato en la lucha constante, m¨¢s silenciada, de la que nos beneficiamos todas las mujeres.
P. Entonces, no se trata de ser reina por un d¨ªa.
R. No, se trata de todo lo contrario. Rechazamos que se plantee como un acto de marketing o que se politice. En ese sentido, creo que el lema que hemos elegido este a?o, una nadadora que se lanza a una piscina, trata de eso precisamente, de decirle a la mujer que se lance a la participaci¨®n all¨¢ donde decida. El lema que planteamos es que juntas podemos avanzar mucho m¨¢s, y mucho m¨¢s deprisa. Ese es el sentido del 8 de marzo.
P. Pese a que la atenci¨®n est¨¢ centrada en los malos tratos, los principales problemas de las mujeres tienen m¨¢s que ver con las cosas pr¨¢cticas del d¨ªa a d¨ªa, como la conciliaci¨®n o los sueldos.
R. Por fortuna, s¨®lo una parte muy peque?a de mujeres sufre malos tratos, con respecto a la poblaci¨®n total de mujeres andaluzas. Cuando se habla de las mujeres, se creen que somos todas iguales y tenemos todas el mismo problema. Aqu¨ª hay que hablar de dos biograf¨ªas. Las mujeres que no estudiaron o s¨®lo tuvieron acceso a una formaci¨®n los primeros a?os, y que se vieron obligadas a trabajar en el ¨¢mbito familiar, reclaman ahora una participaci¨®n, aun sabedoras de que tienen que seguir con la carga familiar. Pero reclaman un espacio propio, donde puedan formarse, por ejemplo, en acceso a nuevas tecnolog¨ªas. Y por otro lado, est¨¢ la generaci¨®n mejor formada, que no percibe la discriminaci¨®n mientras est¨¢ en el proceso formaci¨®n, hasta que salen con su t¨ªtulo, con una formaci¨®n y unas notas excelentes, pero ven que a igualdad de expediente se sigue eligiendo a un hombre para el trabajo al que optan, de manera que la igualdad de oportunidades es bastante virtual. Estas mujeres reclaman la igualdad laboral y la independencia econ¨®mica como eje principal.
P. ?Qu¨¦ avances hay en la negociaci¨®n colectiva?
R. En el VI Acuerdo de Concertaci¨®n Social, entre patronal, sindicatos y gobierno de Andaluc¨ªa, hay medidas espec¨ªficas respecto a las mujeres. Pero hay un problema para implementar esos acuerdos en las empresas en concreto. Los que negocian el convenio colectivo o las condiciones laborales de un sector o empresa determinada son realmente los que tienen la posibilidad de invertir la situaci¨®n,
P. El director del Instituto de Estad¨ªstica de Andaluc¨ªa, Juan Antonio Fern¨¢ndez Cord¨®n, opina que los cambios en la mujer han sido demasiado r¨¢pidos para que los asimile la sociedad.
R. En toda la lucha de las mujeres, desde las sufraguistas, empezamos con bastante retraso en Espa?a, hay un desfase respecto a otros pa¨ªses. El salto cualitativo y cuantitativo de las mujeres ha sido con la democracia, y realmente, es muy poco espacio de tiempo, 25 a?os, en el que hemos avanzado mucho y bastante bien, s¨®lo que todav¨ªa nos queda otro trecho por recorrer.
P. ?La propia mujer ha de cambiar de mentalidad?
R. Las mujeres tienen la mentalidad en la que han sido criadas, en una sociedad patriarcal, machista, y hay repetici¨®n de roles, sin ser conscientes de ello. Pero hay mujeres que nos negamos a repetir esos roles. El machismo de las mujeres es producto de la educaci¨®n machista patriarcal que hemos recibido hombres y mujeres.
P. ?La sociedad andaluza es machista?
R. Machista es un t¨¦rmino peyorativo con una connotaci¨®n muy fuerte. Creo que la sociedad andaluza ha avanzado much¨ªsimo en esa materia, y por tanto, no la puedo calificar as¨ª. Pero que hay n¨²cleos muy importantes machistas, sin duda, en actitudes, desde el hogar hasta la de elegir a un hombre en vez de a una mujer en el empleo.
P. ?Son suficientes las medidas p¨²blicas actuales para conciliar la vida familiar y laboral?
R. Falta la parte de la sensibilizaci¨®n de los hombres. Hay que hacer un importante papel en la educaci¨®n, en las responsabilidades familiares y dom¨¦sticas. Se est¨¢ desarrollando el plan de apoyo a la familia, con una inversi¨®n muy importante de la Junta en guarder¨ªas y centros de atenci¨®n a personas dependientes. Todo el mundo reclama infraestructuras, y la Junta est¨¢ en ello. Pero falta una parte. Porque si tienes una guarder¨ªa que se acopla a tu horario laboral, pero es la madre la que lleva y trae al ni?o, lo da de comer, lo viste, lo ba?a, se sienta a repasar sus estudios, no sirve para nada. La otra base que debe ir en paralelo a la puesta en marcha de recursos es la concienciaci¨®n de los hombres de que es un proyecto familiar, de pareja, y que debe ser compartido por dos personas equilibradamente.
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