Reconocer el 'mobbing'
De un d¨ªa para otro, uno puede convertirse en blanco de las iras de los compa?eros de trabajo. El car¨¢cter gregario de los grupos har¨¢ lo dem¨¢s. Una detecci¨®n y una reacci¨®n precoz son las ¨²nicas defensas posibles frente al cada vez m¨¢s extendido 'mobbing'.
A t¨¦rminos como marketing o coaching hay que a?adir, por desgracia, uno m¨¢s: mobbing, el acoso psicol¨®gico en el trabajo, patolog¨ªa que ha experimentado un preocupante aumento en una gran proporci¨®n de empresas europeas desde principios de los noventa. En Espa?a, en s¨®lo 10 a?os, el mobbing se ha manifestado en m¨¢s del 11% de las empresas, seg¨²n un estudio de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.
El mobbing se confunde a menudo con otras patolog¨ªas laborales como el estr¨¦s, el burnout (estar quemado) o el acoso sexual. Aunque se parezcan, no son lo mismo, y la forma de tratarlos tambi¨¦n debe ser diferente. Por estr¨¦s se entiende el agotamiento del individuo sometido a una sobrecarga de tareas, a un excesivo ritmo y presi¨®n. El burnout es un s¨ªndrome de fatiga emocional que se da entre individuos que en su trabajo han de estar interactuando constantemente con otras personas (es com¨²n entre profesores y personal sanitario). Por su parte, el acoso sexual implica asedio ofensivo, intimidatorio o humillante de una persona hacia otra en el seno de una relaci¨®n laboral, con requerimientos de tipo sexual (chantaje), o de origen sexual, pero sin llegar al requerimiento (acoso ambiental).
El mobbing tiene una caracter¨ªstica que lo diferencia de los anteriores: consiste en hacer el vac¨ªo a una persona para minar sus posibilidades y alternativas laborales, apart¨¢ndola del resto de compa?eros y superiores y coartando todos sus posibles canales de comunicaci¨®n. Su objetivo fundamental es el aislamiento del asediado.
Tan grave como un maltrato f¨ªsico, el mobbing se trata de un aut¨¦ntico maltrato psicol¨®gico que busca la creaci¨®n de un patito feo dentro de la oficina, la f¨¢brica o el taller. La comparaci¨®n puede parecer jocosa, pero sus consecuencias no lo son. Todo empieza con un conflicto de tantos, pero lo que debiera ser un mero roce pasa a una segunda fase de estigmatizaci¨®n en la que el agresor o los agresores siguen una estrategia de hostigamiento y van apartando socialmente a su v¨ªctima mediante comportamientos sutiles y perversos hasta aislarla por completo. La persona entra en una fase de marginaci¨®n que le puede llevar a estados leves de angustia o incluso hasta la depresi¨®n profunda si la empresa no lo detecta y ataja a tiempo. Hay casos en los que el juego ha acabado en suicidio; son excepcionales, pero los hay. De hecho, se considera que el mobbing puede tener peores consecuencias que el estr¨¦s.
Las estrategias del agresor son variadas. Una es la de asignar al asediado tareas que sabe que no va a poder completar con ¨¦xito (mediante trampas, si es necesario) para as¨ª probar p¨²blicamente su incompetencia. Otra consiste en difundir todo tipo de rumores acerca de la persona a la que se quiere hacer mobbing, hasta lograr que la mayor¨ªa de los compa?eros la vea como alguien que se debe evitar y le niegue todo tipo de comunicaci¨®n. Pero el abanico es m¨¢s amplio: omisi¨®n del saludo, desd¨¦n, gestos, ataques directos o indirectos, persecuci¨®n, hostigamiento, amenazas, gritos, asignaci¨®n de motes?, u otras m¨¢s rebuscadas. Hace unas semanas se descubr¨ªa el caso de una trabajadora a la que le abonaban su n¨®mina en cubos llenos de c¨¦ntimos de euro que deb¨ªa transportar en varios viajes hasta el banco para poder ingresar su sueldo, cubos que luego deb¨ªa devolver porque pertenec¨ªan a la empresa.
Sin llegar a tal l¨ªmite, la convivencia en el trabajo suele ser complicada. Pero la presi¨®n laboral puede hacer que se diagnostiquen falsas situaciones de mobbing. Sin una frecuencia continuada de asedio no se puede hablar de mobbing. Si tras una conversaci¨®n para aclarar el conflicto el acoso persiste, entonces es probable que s¨ª estemos ante un caso de mobbing.
?Por qu¨¦ el 'mobbing'? Los factores que motivan esta conducta pueden ser envidias, o ganas de eliminar a un posible competidor o de lograr que una persona abandone la empresa por su propio pie sin tener que despedirla, ahorr¨¢ndose la indemnizaci¨®n.
?Por qu¨¦ cobra el mobbing tanta fuerza con el nuevo siglo si a?os atr¨¢s su presencia era marginal? Puede ser que la competitividad en el trabajo, el ritmo fren¨¦tico o la mayor productividad, que generan crecimiento econ¨®mico, tengan tambi¨¦n un coste. Conviene reflexionar sobre los efectos de considerar a las personas como recursos productivos, olvidando su dimensi¨®n fundamental, esto es, la humana.
Lo m¨¢s importante. ?C¨®mo actuar si se es objeto de mobbing? Se ha de poner en conocimiento de los superiores, sean directores de personal o dirigentes sindicales, por doloroso y arriesgado que parezca. La empresa debe investigar y actuar en consecuencia amonestando a los acosadores y ubicando a la persona asediada en otro departamento para alejarla del foco infeccioso. Pero hay organizaciones que no se toman en serio estos asuntos y los achacan a peleas entre compa?eros o al car¨¢cter neur¨®tico del que pide ayuda. Si sucede esto (o si el mobbing procede de los mandos m¨¢s altos), lo mejor es salir corriendo: apartarse de esa empresa e intentar encontrar otro empleo. Y mientras tanto, hablar lo m¨¢ximo posible con amigos, pareja o familiares, pues la comunicaci¨®n reconforta.
En el mobbing se demuestra la responsabilidad y compromiso de cada uno. Los compa?eros de trabajo han de reconocer esas conductas reprobables y hacerles frente, aun a riesgo de enfrentarse al n¨²cleo duro que ha dise?ado el hostigamiento.
Fernando Tr¨ªas de Bes y ?lex Rovira son profesores de Esade, conferenciantes y coautores del libro 'La buena suerte', con casi dos millones de copias vendidas en el primer a?o y los derechos adquiridos para 34 idiomas.
De arriba abajo y de abajo arriba
Los colectivos m¨¢s susceptibles de ser objeto de mobbing son las mujeres (70% de los casos), especialmente si est¨¢n embarazadas; los trabajadores mayores de 55 a?os, o las personas a las que les quedan pocos a?os para la jubilaci¨®n y que la empresa quiere apear con el menor coste posible. Tambi¨¦n j¨®venes o individuos con energ¨ªa y ganas de progresar que se integran en entornos sedentarios o con vicios adquiridos acerca de pausas, ritmo de trabajo u horarios; personas discapacitadas; personas de orientaci¨®n sexual diferente, o minor¨ªas raciales.
Muchas personas piensan que el mobbing se produce desde el superior hacia el subordinado o entre compa?eros. Sin embargo, tambi¨¦n existe el acoso psicol¨®gico hacia los superiores, aunque parezca imposible. Sucede cuando, por ejemplo, se ha promocionado a una persona que antes era compa?era de sus ahora subordinados, quienes no toleran o aceptan su autoridad. Tambi¨¦n en situaciones en las que llega a una organizaci¨®n un jefe nuevo que no ha encajado con su equipo y al que todos desean boicotear para que le cambien.
En definitiva, no es preciso ser una persona d¨¦bil para ser susceptible de ser acosado psicol¨®gicamente. Cualquiera puede, en un momento dado, encontrarse en unas circunstancias as¨ª. Depende de los otros, pero salir depende de uno.
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