Una mirada igualitaria a los centros educativos
Un 68% de los miembros del Consejo Escolar del Estado son hombres
Un primer dato para la esperanza: cuando a los chicos del instituto se les pregunta alg¨²n ejemplo de machismo en su entorno familiar suelen recurrir a la figura de los abuelos, salt¨¢ndose una generaci¨®n entera. "Cuando vuelvo de marcha de madrugada con mis primas mi abuela s¨®lo les echa la bronca a ellas", dice Javier en clase de m¨²sica. Si se pregunta por la violencia de g¨¦nero el rechazo no tiene fisuras, nadie se plantea peros ni porqu¨¦s: "Est¨¢n locos", "no se pega a quien se quiere"; "no est¨¢n locos, lo que pasa es que no quieren que cambien las cosas", apuntan las alumnas.
Esto no es una encuesta, s¨®lo es un vistazo a trav¨¦s de la cerradura del instituto Valle Incl¨¢n en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). All¨ª da clases la profesora Milagros Montoya, una de las pocas en Espa?a que impregna todas sus ense?anzas, sean de la disciplina que sean, de conocimientos y actitudes sobre la igualdad entre hombres y mujeres. A eso le llaman en el mundo educativo asignaturas transversales, las que deben estar presentes en todo el programa escolar aunque no se les ponga una nota: ser¨ªa el caso de la igualdad, la paz, la educaci¨®n sexual y la ambiental. Pero la mayor¨ªa de ellas quedan en el olvido. Milagros Montoya se esfuerza cada d¨ªa por que eso no ocurra.
Pese a ello, las chicas y los chicos (como les habla Montoya) tienen lagunas propias de la edad o heredadas de un entorno poco favorable. La profesora cree que ellos andan m¨¢s despistados sobre el tema. As¨ª se deduce con facilidad cuando se charla con ellos. ?Cu¨¢nto contribuye la escuela a eliminar estas lagunas? "No basta con que una maestra se dedique a esto, deber¨ªan hacerlo todos", apunta Maril¨®, la orientadora del centro. Pero a veces falta tiempo, a veces voluntad y a veces apoyos, porque tampoco son muchos los materiales ni la formaci¨®n que se presta a los profesores. Milagros no desespera. Sus a?os de maestra le han ido regalando cartas de antiguos alumnos que le devuelven con claridad los ecos de sus ense?anzas. "En educaci¨®n hay que saber esperar".
Mientras tanto, y de cara al D¨ªa Internacional de la Mujer Trabajadora, que se celebra ma?ana, no est¨¢ de m¨¢s echar una mirada a los maestros, una profesi¨®n mayoritariamente femenina. Demoscopia hizo el a?o pasado una encuesta para Comisiones Obreras sobre los docentes. De infantil a bachillerato y formaci¨®n profesional, las maestras son mayor¨ªa en los centros escolares, pero el peso de la representatividad y las mejores condiciones laborales caen del lado de sus colegas masculinos. De cada 100 profesores, 18 son interinos mientras que de cada 100 profesoras 24 est¨¢n en esa situaci¨®n. De cada 100, 11 maestros imparten materias que no son de su especialidad; de cada 100 maestras, eso le pasa a 15 de ellas.
CC OO tiene algunos datos m¨¢s: en secundaria s¨®lo el 25% son directoras de instituto. La balanza es favorable a las mujeres, parad¨®jicamente, en una cosa: ellas tienen m¨¢s t¨ªtulos adicionales que ellos.
En el Consejo Escolar del Estado, el organismo en el que est¨¢ representada la comunidad educativa, s¨®lo el 31% son mujeres. Y en la representaci¨®n de los padres y madres de alumnos en este organismo hay un 83% de hombres, cuando la mayor¨ªa de los profesores saben qui¨¦nes son las que se encargan sobre todo de vigilar el d¨ªa a d¨ªa de los hijos en la escuela.
Esos mismos porcentajes, o a¨²n m¨¢s favorables a los hombres, se repiten en la inspecci¨®n, en las c¨¢tedras, en los rectorados, en los decanatos. El 49% de las profesoras considera que, incluidas las tareas de la casa, ellas tienen muchas m¨¢s horas de trabajo que sus compa?eros. Es la teor¨ªa de la doble jornada y el porcentaje de las que opinan as¨ª se ha duplicado desde 1992. Pese a todo, la ense?anza es un sector de car¨¢cter p¨²blico en el que las discriminaciones, aunque existan, no se ven tanto: los salarios y la jornada son iguales. Pero los horarios para la formaci¨®n fuera del centro siguen ahogando a las mujeres: "Tengo que ir a mis clases de canto por la noche cuando llega mi pareja y se encarga de la cena de los cr¨ªos", dice la profesora de m¨²sica del Valle Incl¨¢n, Blanca Aller. "La formaci¨®n por las tardes nos viene muy mal". "S¨ª, deber¨ªa hacerse por las ma?anas", coincide Carmen Heredero, de la secretar¨ªa para la Igualdad de CC OO. Opina que la asignatura transversal sobre igualdad no se est¨¢ impartiendo: "En los ¨²ltimos a?os se fueron encargando de sacarla de la ley, y si ya era dif¨ªcil que se cumpliera cuando la ley la recog¨ªa, m¨¢s dif¨ªcil es ahora [la Ley de Calidad, de 2002, retir¨® la educaci¨®n para la igualdad de los contenidos obligatorios aunque no la elimin¨® como asignatura transversal]". "No encontramos esos contenidos en los libros de texto y dedicarse a ello por cuenta propia lleva su tiempo y esfuerzo", a?ade. Por lo menos ya no detecta entre sus compa?eros las risas ni los chistecillos de a?os atr¨¢s. "S¨®lo se quedaban con lo superficial. Nos hac¨ªan chistes con la a del femenino. Te dec¨ªan folio y folia, bol¨ªgrafo y bol¨ªgrafa. Ahora eso ya no ocurre, porque lo pol¨ªticamente correcto ha calado".
Carmen Vi¨¦itez, secretaria de Igualdad de FETE-UGT, opina con su colega de CC OO que la transversalidad no se da pr¨¢cticamente en las escuelas. "Debe seguir insisti¨¦ndose en eso pero, vistos los resultados, nosotros somos partidarios de un ¨¢rea espec¨ªfica donde se recoja esta educaci¨®n en valores", se?ala.
Vi¨¦itez sabe que la discriminaci¨®n por razones de sexo es "sutil" entre el profesorado "pero existe": "En primaria los puestos de direcci¨®n est¨¢n m¨¢s igualados, pero a medida que avanzan las etapas van desapareciendo las directoras y en la universidad ya es escandaloso", lamenta.
Prosigue: "Pero se encuentran m¨¢s mujeres jefas de estudios o secretarias de los centros. Son puestos que requieren mucho trabajo pero en los que no recae la representatividad, luego la carga familiar, aunque les pesa, no les influye. Creo que la mujer teme la interlocuci¨®n con la Administraci¨®n o los conflictos que puedan surgir en el instituto, la dureza con que pueda ser tratada su labor. Prefieren hacer el trabajo en la sombra y evitar conflictos, quiz¨¢".
El 33% de los docentes considera insatisfactorio el tratamiento que la escuela da a las cuestiones de g¨¦nero. Quiz¨¢ ah¨ª est¨¦ la clave para cambiar en el futuro el resto de los datos.
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