La cumbre policial donde se esfum¨® la apuesta del PP

El 8 de julio de 2004, el ex subdirector general operativo de la Polic¨ªa, Pedro D¨ªaz- Pintado revel¨®, en la comisi¨®n del 11-M, que en la tarde de aquel d¨ªa ¨¦l mantuvo una reuni¨®n con varios jefes policiales en la direcci¨®n general. "Ah¨ª es donde se dice, primero, que ha habido una confusi¨®n y que se trata de dinamita gen¨¦ricamente [no es marca Titadyne] y, segundo, que ha aparecido una furgoneta con los detonadores que son de fabricaci¨®n espa?ola y una cinta cor¨¢nica". Y a?ade: "Luego nos vamos a ver [al ministro]...".

Esa reuni¨®n clave confirma que el buque fondeado durante la ma?ana con la bandera de ETA est¨¢ naufragando. Es el hundimiento de la conjetura, elevada a categor¨ªa de hecho probado, de que la autor¨ªa de la masacre es obra de ETA.

Sobre las doce de la ma?ana, los jefes policiales especulan con ETA por antecedentes discutibles. En esas horas se asegura, tambi¨¦n, que se han hallado bombas-trampa en el atentado. Es decir, la mano de ETA.

Mientras los jefes policiales est¨¢n reunidos con el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, D¨ªaz-Pintado recibe una llamada. El comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, le asegura que el explosivo usado es marca Titadyne, la habitual de ETA.

La reuni¨®n de las cinco de la tarde se celebra en la sala de juntas de la Polic¨ªa, en la sede de Miguel ?ngel. En la planta baja, en torno a una larga mesa rectangular, se dan cita el subdirector general operativo, Pedro D¨ªaz-Pintado; el director general de la Polic¨ªa, Agust¨ªn D¨ªaz de Mera; el comisario general de Seguridad Ciudadana, Cuadro; el subdirector general t¨¦cnico, Gabriel Fuentes, y el jefe superior de Polic¨ªa de Madrid, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ranca?o.

Jes¨²s de la Morena, comisario general de Informaci¨®n, era esperado. Pero no llegar¨¢ porque permanece en Canillas, donde se somete a inspecci¨®n la furgoneta Kangoo hallada en Alcal¨¢ de Henares. La cinta de versos cor¨¢nicos y los detonadores son un golpe contra las conjeturas de ETA, pero la recapitulaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s devastadora. D¨ªaz-Pintado, que ya sabe que no es explosivo Titadyne, vuelve a preguntar a Cuadro, quien confirma que ha sido un error. D¨ªaz-Pintado pregunta por las mochilas-trampa. Cuadro dice que no son mochilas-trampa, que es otro error. El rostro de D¨ªaz-Pintado est¨¢ desencajado. Es ¨¦l quien deber¨¢ decirselo, cara a cara, al ministro Acebes.

Esa noche, mientras Fuentes se traslada con el director general de la Polic¨ªa, D¨ªaz de Mera, a Ifema, donde se ha instalado el tanatorio, le pregunta qu¨¦ cree sobre lo ocurrido.

Todos los indicios, hasta esa hora de la noche, apuntan -dice Fuentes- en la direcci¨®n del terrorismo islamista, no a ETA. Intercambian opiniones.Fuentes, entonces, piensa en voz alta. Dado que el ministro ha sido tan definitivo en relaci¨®n a la autor¨ªa de ETA, quiz¨¢ lo mejor ser¨ªa echar marcha atr¨¢s en dos fases. Decir ya que se contempla la hip¨®tesis de un atentado ETA-islamistas. Y, m¨¢s tarde, anunciar que ETA no es siquiera coautora.

Era s¨®lo una idea.